Amelia Carvallo
Con cuatro meses de conducción en el cuerpo, Eduardo de la Iglesia confiesa que los ajustes que se han hecho a su late show "Todo va a estar bien" han sido "pequeños, pero infinitos".
El programa de conversación va por VíaX de lunes a viernes a las 22:30 horas y también puede verse en YouTube. "Estamos muy contentos con los resultados, pero aún estamos en proceso de ajuste. De todas formas, trato de procurar que los cambios sean siempre graduales. No me gustan los golpes de timón, sobre todo en etapas iniciales. Aún tenemos que asentarnos, que el público decodifique bien el programa como para hacer grandes transformaciones", dice el periodista viñamarino.
Sobre las secciones que presentan en cada emisión, confiesa que no hay ninguna que sea estable, que tratan de que cada juego en el que involucran a los invitados sea único. "Y tenemos cuarenta invitados al mes, eso es todo un mérito del equipo". Parte de ese equipo son los músicos que amenizan el espacio, Tito Troncoso de Chileswing y Roberto Alvarado de la banda Metrópoli.
Comenta además que las buenas cifras de rating posicionan a la franja nocturna de Vía X entre los diez canales del cable más vistos en su bloque nocturno y eso también lo llena de orgullo y alegría. "Creo que es consecuencia de un trabajo serio, metódico, entre los equipos de contenidos, producción y el canal en general. Es un orgullo y una alegría lograr sintonizar con las audiencias y nos desafía a seguir trabajando para afianzar y aumentar esos números".
-Llevas un año y medio en este canal. ¿Cómo ha sido la experiencia?
-Cuando me llamaron para trabajar en Vía X una gran amiga me dijo: "Anda, es el mejor lugar para crear en televisión". Y no se equivocaba. Son un equipo ejecutivo rápido, que analiza, estudia y decide velozmente. Y me he sentido muy apoyado y escuchado dentro del canal.
-¿Qué balance haces de 'Tiempos Violentos', tu anterior programa?
-Fue muy positivo para mi carrera, me permitió perfilarme en un formato diario de conversación, con debate y entrevistas a personalidades relevantes del quehacer político y social.
-¿Y cómo ha sido la transición a "Todo va a estar bien"?
-Creo que ha sido una transición rápida y eso da cuenta de la flexibilidad que tiene el canal para abordar sus contenidos, así como de mi versatilidad para llevar adelante distintos formatos y temas. Además. creo que me ayudó llevar un año en el canal cuando decidimos el cambio de programa. Conocer a los equipos es fundamental.
El nombre
Sobre el optimista nombre del programa, cuenta que no fue idea suya, pero le gusta mucho. "Siento que nos faltan espacios para conversar con franqueza, con relajo, con naturalidad de temas relevantes y también de cosas intrascendentes. Creo que hemos perdido la capacidad de sorprendernos con lo cotidiano y esa es parte de la impronta que quiero imprimir al programa". En cuanto a las reuniones de pauta dice que son espacios donde pasa de todo. "Peleamos, reímos, lloramos, pelamos, creamos, soñamos. El foco está puesto en cada invitado y en cómo lograr momentos únicos con cada uno de ellos", admite.
-¿Qué espectro de personas les interesa tener en el programa?
-A todos. Lo peor es cerrarse a un tipo de invitados. Aquí entran todos: actores, políticos, comediantes, escritores, músicos, deportistas. No nos importa tanto qué hacen o qué han hecho, sino qué nos pueden aportar y contar hoy.
-Y como entrevistador, ¿qué privilegias en una conversación?
-Privilegio la comodidad de mis invitados. Una persona que se siente cómoda y relajada siempre va a estar dispuesta a contarte algo genuino. Y en mi rol, me gusta ser directo y natural con mis preguntas. No tengo vergüenza ni tapujos en preguntar cualquier cosa.
-De las personas que han estado en el set, ¿quién te ha sorprendido más?
-Francisco Sagredo al emocionarse hasta las lágrimas tras recordar cómo su padre lo conminó a seguir su pasión por el periodismo deportivo. Yo había trabajado con él y tenía una imagen distinta del hombre al que entrevisté. Para mí fue un recordatorio de que jamás debemos quedarnos con primeras impresiones.
-Tanto de televisión chilena como de la extranjera, ¿cuáles han sido tus late-shows favoritos?
-Acá en Chile creo que los mejores han sido los conducidos por Eduardo Fuentes y por Jean Philippe Cretton en "Mentiras Verdaderas". Y en el mundo hay demasiados referentes: de los clásicos hasta "La Resistencia de Broncano" en España, o los late argentinos que no tienen problema para hablar de política coyuntural hasta de farándula. Eso me encanta.