Secciones

  • Portada
  • Actualidad general
  • Opinión
  • Deportes
  • Clasificados
  • Servicios
  • Cartelera y Tv
  • Espectáculos

Tres figuras humanas y un cerdo pintados hace 51.200 años son el arte narrativo más antiguo

INDONESIA. Nueva técnica agrega varios miles de años a las pinturas de isla Célebes.
E-mail Compartir

Efe

La representación de tres figuras humanas interactuando con un cerdo salvaje es la pintura rupestre figurativa más antigua del mundo. Las imágenes, pintadas hace al menos 51.200 años, están en una cueva en la isla indonesia de Sulawesi.

El descubrimiento, realizado por un equipo de científicos de Australia e Indonesia, fue posible gracias al uso de una nueva técnica de datación que ha revelado que las pinturas de esta isla que están entre las más antiguas del mundo tienen al menos 5.700 años más de lo estimado inicialmente.

El hallazgo confirma que tanto la representación de figuras de aspecto humano y animales como el uso de escenas compuestas en el arte fueron usadas por los humanos mucho antes de lo que se pensaba.

Los detalles del estudio se publican en la revista Nature.

Arte rupestre en Sulawesi

Las pinturas rupestres de las cuevas kársticas de la isla de Sulawesi (o isla de Célebes) son la evidencia de la presencia de humanos modernos en las islas oceánicas entre Asia y Australia-Nueva Guinea, y se encuentran entre las muestras de arte rupestre figurativo más antiguas del mundo.

En 2014, un equipo de científicos de Australia e Indonesia descubrió que las pinturas encontradas en siete cuevas del suroeste de Sulawesi tenían entre 39.900 y 17.400 años de antigüedad, pero que incluso podrían ser más antiguas.

En 2020, otro equipo de australianos anunciaba que una escena de caza hallada en las cuevas de la isla tenía 43.900 años y un año después, encontraron el dibujo de un cerdo verrugoso pintado en unas cuevas en la región de Maros-Pangkep. La pintura tenía 45.500 años y era, por tanto, el arte rupestre figurativo más antiguo del mundo.

Ahora, una nueva datación más precisa y con nuevas técnicas, revela que las pinturas de isla son varios miles de años más antiguas.

Nueva técnica de datación

Para hacer el estudio, el equipo liderado por Maxime Aubert, de la Griffith University (Australia), empleó un método de datación alternativo conocido como imágenes de series de uranio por ablación láser (series LA-U) para volver a evaluar algunas de las pinturas rupestres de la región de Maros-Pangkep, en el sur de Sulawesi.

El método usa un láser acoplado a un espectrómetro de masas para analizar muestras de carbonato cálcico con detalle y calcular la edad con más precisión.

Los autores analizaron la escena de caza, datada en al menos 43.900 años y considerada una de las pinturas narrativas más antiguas del mundo pero con el nuevo método, han estimado que la pintura tiene, como mínimo, unos 48.000 años de antigüedad, al menos unos 4.000 años más de lo que se pensaba.

Y tras aplicar el método a un ejemplo de arte figurativo sin datar de Leang Karampuang (también en la región de Maros-Pangkep), que representa a tres figuras humanas interactuando con un cerdo, descubrieron que la pintura se hizo hace al menos 51.200 años, lo que la convierte en el arte rupestre figurativo más antiguo conocido hasta la fecha y en la escena narrativa más antigua.

Para los autores, las conclusiones de este estudio ponen en duda que la representación de figuras de aspecto humano y el uso de la composición narrativa (escenas) para transmitir significado en el arte no se hicieron relativamente comunes hasta finales del Pleistoceno tardío (hace entre 14.000 y 11.000 años) como se ha defendido hasta ahora.

Además, defienden que el método de la serie LA-U es más rápido, más rentable, menos destructivo para las obras de arte y proporciona una mejor resolución espacial (y, por tanto, mejora la precisión, en comparación con el método basado en soluciones).

Una nueva interfaz y una pierna biónica permiten caminar más rápido y natural

E-mail Compartir

Un objetivo de la investigación para personas amputadas es que las prótesis puedan emular las prestaciones del miembro perdido. Una nueva interfaz neuroprotésica se acerca a ello con una pierna biónica que responde plenamente al sistema nervioso, lo que acelera la capacidad de marcha y un caminar más natural.

El nuevo sistema aumentó en un 41% la velocidad de marcha de siete personas amputadas por debajo de la rodilla, en comparación con otras tantas que no lo llevaban, y mejoró su rendimiento en entornos reales como escaleras, pendientes y caminos con obstáculos.

La propiocepción es un sexto sentido que nos informa de la posición en el espacio de las partes de nuestro cuerpo. La nueva interfaz permite transmitir información de control neuronal a la prótesis y devuelve al usuario la sensación propioceptiva de esta, por lo que no se siente como algo ajeno y mejora la forma de regular el movimiento.

Así lo explicó el investigador Hugh Herr del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE.UU) y autor principal del estudio donde detalla el procedimiento publicado en Nature Medicine.

Herr destacó que ningún estudio anterior ha podido demostrar "este nivel de control cerebral" sobre una prótesis lo que produce una marcha natural y a un ritmo similar al de una persona no amputada.

Para crear el movimiento de una extremidad en toda su amplitud, los músculos actúan en pares agonistas-antagonistas y transmiten señales propioceptivas al sistema nervioso central, lo que proporciona a la persona la conciencia de la posición y el movimiento.

La amputación quirúrgica de una extremidad provoca un deterioro considerable de la arquitectura neural-muscular en el lugar de la amputación, que altera la dinámica muscular y la propiocepción.

Qué siente el paciente

El equipo creó una interfaz que conectó quirúrgicamente pares musculares agonista-antagonista, cada uno con diversos electrodos de detección muscular y un pequeño ordenador que decodifica las señales.

Herr explicó que cuando el paciente piensa en mover su extremidad biónica siente que los músculos se mueven naturalmente como lo hacían cuando tenía la pierna intacta: "Aunque su extremidad esté hecha de titanio, silicona y todos esos componentes electromecánicos, esta se siente natural y se mueve de forma natural sin ni siquiera pensar en ello".

Todo el ciclo de la marcha y la dinámica de la prótesis biónica está controlada por el cerebro, que recibe información de los sensores no solo sobre la posición en el espacio, sino también la fuerza ejercida contra el suelo o la rigidez en función de la velocidad.

De hecho, cuando la persona mueve la prótesis, "siente ese movimiento con una sensación de propiocepción natural", destacó el investigador.

El estudio se centró en las aferencias musculares propioceptivas, que surgen de receptores que hay en los músculos y articulaciones de todo el cuerpo y que envían información al sistema nervioso central.

El también investigador del MIT y firmante del artículo Hyungeun Song destacó que con solo un 18% de información neuronal biológica fue suficiente para restaurar el control de una marcha funcional, lo que consideró un "hallazgo científico significativo".