Es de público conocimiento que la medicina veterinaria a crecido a pasos agigantados estos últimos 20 años. El desarrollo y la masificación en el área de animales de compañía (perros y gatos) es algo extremadamente notorio. Si hasta el año 2005 nuestra capital regional contaba con no más de 5 clínicas o centros veterinarios con escaso equipamiento y perfeccionamiento, hoy casi triplicamos ese número de instituciones de salud animal.

¡Qué decir del equipamiento! Hoy es poco probable encontrar un centro veterinario sin equipos de química sanguínea, servicio de radiografía o ecografía. Así como salas de hospitalización de alto estándar, monitores, bombas de infusión, concentrador de oxígeno. Pero, existe un problema no resuelto ¡La especialización!

En Atacama existen pocos veterinarios y, por ende, muy pocos centros de salud animal. La geografía tampoco ayuda para contar con capacitación continua y el esfuerzo es mayor.

En este sentido, se debe considerar que las personas tienen más exigencias con sus mascotas. La pandemia nos enseñó que los animales son parte de la familia y, eso conlleva, una gran responsabilidad para los que ejercemos la profesión y para sus tutores.

Si bien las especialidades no son reconocidas en nuestro país, este es un tema que como Colegio Médico Veterinario hemos puesto en la palestra: ser considerados profesionales de la salud, y también buscar fórmulas de acreditación y certificación de nuestros colegas.

En Copiapó y algunas comunas del territorio, se han desarrollado algunas áreas de interés; ecografía, dermatología, endocrinología, cardiología, medicina interna, medicina felina, fisiatría, cirugía, animales exóticos, entre otros. Así también, se ha logrado que reconocidos médicos (as) veterinarios (as) del país, visiten la zona y aporten un granito de arena, facilitando la vida a los abnegados tutores.

Nuestro reconocimiento como profesionales de la salud en el código Sanitario, así como la especialización son temas que llegaron para quedarse. Solo es cosa de tiempo para que podamos ver centros de salud enfocados en áreas específicas que permitirán entregar una mayor y mejor calidad de atención, bajo el enfoque de Una Salud.

La Inteligencia Artificial está surgiendo como una herramienta fundamental para la vida diaria y Atacama no es la excepción a aquello. Escolares están creando cuentos, como parte de sus acciones para tener mejores notas, lo que está dando resultados dada la utilidad que tienen programas como "ChatGPT".

Niños y adolescentes se han acercado en un proceso que se podría decir como lógico, dado que son los que tienen más interés en explorar lo nuevo de Internet, mientras que a nivel de docencia y gremio no parece haber tanta certeza de cómo se están utilizando estos sistemas en las aulas.

Lo cierto es que por una parte los alumnos están recibiendo una ayuda interesante para mejorar sus rendimientos, pero en la práctica queda la duda acerca del impacto en general que tienen. En el caso de los cuentos, un aspecto primordial es la creatividad y "echar a volar la imaginación", pero al usar la Inteligencia Artificial eso queda a las acciones de "otro". ¿Se podría establecer en términos "papistas" que estamos ante una nueva forma de copia de material indetectable?

Por otra parte, no hay fiabilidad total en los datos de "ChatGPT". Expertos mencionan que al requerir información de hechos históricos, se entregan datos incorrectos por lo que en este caso provocaría un mal aprendizaje y, por ende, mala calificación.

Es fundamental que escuelas, colegios, liceos, gremios y autoridades indaguen en lo que los alumnos hacen con la Inteligencia Artificial y los efectos que está provocando en la enseñanza diaria.

No olvidemos que con la arremetida de Internet, los docentes y padres y apoderados han perdido el control total de lo que hacen los estudiantes y que con Inteligencia Artificial las consecuencias pueden ser más nocivas.