Correo
40 Horas laborales
Fueron 5 años discutiendo en el Congreso, sobre reducir la jornada laboral legal en Chile y finalmente se aprobó. Y, es que nuestro país, es una de las siete naciones de la OCDE con menor productividad laboral medida en términos de PIB, por hora trabajada, y es la tercera, junto con Turquía, con la jornada ordinaria más extensa.
En definitiva, esta nueva normativa que rige en nuestro país busca flexibilidad, donde los empleadores y trabajadores pueden pactar horarios laborales más diversos y que permitan conciliar mejor tanto las necesidades de la empresa, como del trabajador.
En ese sentido, el punto a destacar es el referido a padres y madres trabajadores, quienes podrán optar al horario Diferido, el que consiste en solicitar ingresar una hora después, con el objetivo de trasladar a sus hijos en las mañanas al establecimiento educacional. O bien, estará como opción La Jornada de Trabajo 4X3, donde se podrá pactar, en conjunto con el resto de trabajadores y empleador, jornadas de 4 días laborales y 3 días libres.
Si en Chile queremos seguir el camino el ejemplo de los países desarrollados, reducir la jornada laboral a 40 horas es una de las alternativas, donde será clave que exista compromiso de los empleadores y trabajadores, para que esta ley sea productiva en todo sentido, o de lo contrario, no terminemos con una mala copia del modelo europeo, a la "chilena", sino más bien, con la esperanza de obtener los mismos resultados de Noruega, Finlandia, entre otros.
Juan Pablo Rico, concejal por Copiapó
AFP Estatal
Señor director:
Uno de los principales argumentos del Gobierno para sacar adelante su reforma previsional, refiere a las utilidades de las AFPs, pero la pregunta es si es un argumento real o bien una pantalla para otro objetivo superior.
En el segundo mandato de la Presidenta Bachelet, en su campaña presidencial, ofreció la creación de una AFP Estatal, promesa que nunca fue abordada.
La creación de una AFP Estatal lograría varios aciertos en conjunto. En primer lugar generaría más competencia, con una nueva AFP. En segundo lugar, que el Estado también participe en las utilidades de la industria, a través de su AFP Estatal, y tercero, que el afiliado elija libremente entre un gestor público o privado la administración de sus ahorros previsionales.
Si bien una AFP Estatal sería una alternativa interesante a evaluar, la realidad es que para el Gobierno está fuera de toda discusión, pues su objetivo real es el control de los fondos previsionales, y con una AFP Estatal -en las mismas condiciones del resto de la industria-, se anula absolutamente.
Eduardo Jerez Sanhueza
Salario mínimo
Señor director: Resulta desconcertante el anuncio del gobierno de que llegó a un acuerdo con la CUT para subir escalonadamente el salario mínimo hasta llegar a los 500 mil pesos en julio del próximo año. Primero, porque dentro de las conversaciones y lo acordado, se dejó fuera a uno de los actores más relevantes dentro del proceso, como son las pymes, al no considerarse su opinión y posturas frente a este tema y porque son las empresas de menor tamaño las que se verán fuertemente impactadas por una medida así. Además, el gobierno está contemplando un alza sustantiva en un período corto de tiempo, lo que será una carga excesiva para muchas pymes que no tienen en la actualidad la capacidad de absorber ese incremento sin que se vean afectados sus costos, y por tanto el empleo, sobre todo, porque hoy la realidad económica de muchas de ellas y del país es compleja.
En el incremento anterior, el Ejecutivo consideró un subsidio que ahora sólo se ha mencionado, pero del cual se desconoce el monto. Sin ese subsidio, este incremento del salario mínimo se transforma en una pesada mochila para las pymes.
El propio gobierno tenía en su plan original llegar a ese monto a fines de su mandato, pero al parecer, ante la necesidad de mostrar logros debido al cuestionado desempeño del Ejecutivo en otras áreas, como la seguridad, se ha optado por adelantar esta medida, perjudicando una vez más al mundo de las pequeñas empresas. Algo muy contradictorio para un gobierno que se asume pro pymes.
Eduardo del Solar, presidente Convergencia Nacional de Gremios Pymes y Cooperativas de Chile
Ley Tea
Desde su primera descripción a inicios de la década de los años 40, el trastorno del espectro del autismo es un cuadro que afecta según cifras de la OMS a 1 de cada 100 niños, aunque cifras de estudios actualizados nos sugieren una prevalencia casi 2,5 veces mayor.
Las personas con autismo habitualmente requieren de los equipos de salud tratamientos complejos, multidisciplinarios y no pocas veces de larga duración, desde las edades tempranas hasta la vida adulta. Es sabido que la posibilidad de poder recibir estos apoyos tiene un impacto muy positivo, mejorando la calidad de vida de las personas con autismo y sus familias. Tristemente, en nuestro país la mayoría no tiene acceso a este tipo de tratamientos, o lo tiene a costa de grandes sacrificios económicos y personales para las familias.
También han sido objeto, muchas veces, de discriminación o estigma en el ámbito escolar, social, laboral e incluso entre los profesionales de la salud. Afortunadamente han quedado muy atrás los días en que se atribuía este cuadro a la crianza poco afectiva de los padres (y sobre todo las madres), y con alegría vemos cómo la aceptación e inclusión de las personas con autismo avanza, y así dejamos de privarnos de sus valiosos aportes. El horizonte es prometedor, pero también desafiante.
Tomando en cuenta las limitaciones que tiene legislar en base a cuadros médicos de forma aislada, la recientemente publicada Ley TEA podría ser una oportunidad de avanzar en deudas que son, en algunos casos, inexcusables. Es imposible planificar medidas de salud públicas o destinar recursos para apoyar a poblaciones que hasta ahora ni siquiera han sido debidamente cuantificadas, por lo que se aplaude la incorporación en la ley de planes en esta línea.
Un dilema interesante surgirá de forma inevitable tras los esfuerzos de visibilizar y promover los derechos de las personas con autismo, y consiste en cómo hacernos cargo de proveer los suficientes recursos (humanos y económicos) para ofrecerles los apoyos que requieren y los espacios que merecen, al tiempo que avanzamos en hacer buenos y oportunos diagnósticos sin caer en la tentación de sobre interpretar los problemas sociales de toda índole como sinónimo de autismo.
Dr. Sebastián Robert, psiquiatra Clínica UANDES