Al perder la voluntad
El urgente llamado es a no abandonar a quienes tanto amamos.
Un grupo de jóvenes corría por la carretera desenfrenadamente. De pronto un automóvil disminuyó la velocidad y se acercó a ellos. Desde el interior una voz femenina les preguntó si necesitaban ayuda, grande fue la sorpresa de la mujer al comprobar que todos los adolescentes se encontraban ebrios, con voz fuerte dijo: ¡miren como se encuentran!, un absoluto y doloroso silencio respondió.
Queridos amigos lectores, los jóvenes hoy al igual que ayer, deben aprender a controlar aquellos incontrolables deseos de beber sin medida ante cualquier evento que festejen. Creo ha llegado el instante de ingresar en el corazón de nuestros queridos hijos, el concepto de abstinencia consecuente. Es sano que los adolescentes tomen la decisión oportuna de mantenerse abstemios, demostrándoles con el ejemplo, que pueden hacerlo. Es real que lo que nunca faltan son pretextos para justificar aquellas conductas que solo provocan desolación y desamparo. Nadie pude negar que luchar contra la esclavitud de beber, es difícil, pero no imposible. Como sociedad sabemos que en algunos, el proceso puede ser algo trágico y oscuro, por lo mismo, somos los adultos los que estamos llamados a crear redes de apoyo para sostener a quienes toman la opción de abandonar el trago.
Prácticamente desde que el hombre se separó del resto de los animales como seres racionales, capaces de buscar y elaborar sus alimentos, surgieron las bebidas que fermentadas provocaban estados de euforia y así comenzaron a ser utilizadas como una errada demostración de alegría en ocasiones especiales o sencillamente como auxilio frente el frío. Desgraciadamente de manera imperceptible muchos, debido al consumo inadecuado de este tipo de bebidas, han caído en el precipicio de uno de los problemas médicos más destructivos que se puede padecer: ¡El Alcoholismo!. Al perder la voluntad y en estado de embriaguez, cometen todo tipo de actos reñidos con la moral y la ética. El urgente llamado entonces hoy, es a no abandonar a quienes tanto amamos, ya que en cada circunstancia las personas grandes o pequeñas, necesitamos que la familia nos sostenga ya que por algo es la institución reconocida mundialmente, como el núcleo central de orientación y acogida a cada ser humano.
Mily Soler Grez
Comunicadora social