Durante estos días participé en dos reuniones, valorando el pensamiento crítico de actores en el ámbito productivo y cultural. El primero ocurrió en la ceremonia de aniversario de la Corporación para el desarrollo de la Región de Atacama, en donde el presidente de la CNC, José Pakomio, señaló que "hoy más que nunca el comercio debe seguir siendo el impulsor de nuestra economía y principal generador de empleos". Por su parte, el presidente de CORPROA, Juan José Ronsecco, enfatizó su inquietud por el cierre de grandes empresas, señalando que "creemos en Atacama y que continuaremos impulsando diversos proyectos que ayuden a construir la región que soñamos". Por otro lado, el presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio, CPC, Ricardo Mewes, hizo un llamado para fomentar la inversión en Atacama y a promover el diálogo entre el sector público y privado para impulsar a la región hacia su desarrollo. Finalmente, el gobernador regional, Miguel Vargas Correa, manifestó su preocupación por los prolongados procesos de diseño y ejecución de proyectos públicos, promediado en cinco o más años, lo que es demasiado tiempo. Reflexiones y opiniones compartidas y valoradas por todos los sectores, porque la autocrítica no hay que verla como algo negativo, sino como una oportunidad para el crecimiento y mejora.

La otra reunión fue el realista análisis del informe de resultados del censo de archivos y actualización de información para la identificación del acervo documental en la región, elaborado por el Archivo Regional que depende del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural. Entre los problemas detectados, se abordó el desconocimiento de normas técnicas por parte de autoridades y funcionarios que ejecutan labores de procesamiento documental, la ausencia de protocolos y cuidados de la documentación resguardada en instituciones y la falta de conciencia archivística institucional. En conclusión, los archivos públicos están en riesgo en Atacama, presentando un estado de conservación precario, depósitos inadecuados, etc, siendo necesario capacitar y elaborar estrategias para proteger los documentos institucionales.

La encuesta Research Chile entregó los datos de confianza de las instituciones correspondiente al mes de mayo, que mostró cifras que confirman una tendencia lamentable y de la que como país no hemos podido hacernos cargo, sin tener noción de que pueden dar señales de un descontento que sigue siendo mal encauzado.

Un total de 31 de 33 instituciones tuvieron una importante caída. El Congreso (-28%), los canales de televisión (-30%) y las Isapres (-26%) son parte de las que han tenido una mayor baja, mientras que dentro de lo que sorprende es la baja en la confianza al Consejo Constitucional, que tuvo -20% a pesar que no ha pasado una semana desde que comenzó su labor.

Los datos son un síntoma de una trizadura o fractura social, que está en distintas capas. La magnitud es grande a nivel político dado que se arrastra el rechazo a autoridades en general, mientras que en otros ámbitos es menor como en el caso de Bomberos, pero esto es igual de preocupante dado que es una institución que por sí sola genera aceptación y que no ha estado envuelta en grandes escándalos.

Hay una menor confianza, y por ende hay una mayor lejanía y falta de interés en el rol de las instituciones, lo que inevitablemente genera una menor cohesión social y un sentido de vida lejano a la sociedad con la que se vive día a día.

Cuando las instituciones y el Estado fallan, aparecen otros entes a cubrir esas necesidades. Narcos que aparecen como "salvadores", políticos populistas que prometen el cielo y violentistas que capturan luchas sociales para delinquir, aparecen como referencia.

El país y Atacama está viviendo el día a día, sin saber lo que pasa realmente con la población. Se debe frenar esta falta de confianza de una vez por todas.