La semana pasada el Ministro de Justicia, señaló que el sistema penitenciario chileno se enfrentaba a un escenario complejo en los próximos meses debido al crecimiento desmesurado de la población penal, tres mil personas solamente en lo que va del año han ingresado a las cárceles, lo que nos encamina a lo que el Ministro refirió como la fase crítica, es decir el umbral de los 52 mil reclusos, lo que implica hacinamiento en todas las cárceles del país.
Bottoms acuñó el término "populismo punitivo" en 1995, y luego diversos intelectuales e investigadores fueron desarrollando el concepto, que en lo esencial se refiere a un punitivismo que rompe con los expertos y que se acerca a los requerimientos de sectores mayoritarios de la sociedad, azuzados por los medios de comunicación y su agenda vinculada a la política, que busca exacerbar las penas y los castigos en pos de la protección de ciertas víctimas con un efecto directo en el sistema penitenciario pero con etiqueta de eficiencia en la respuesta frente al fenómeno delictual.
Podríamos decir que lo que estamos viviendo actualmente es populismo punitivo, sin embargo, a esta altura de la discusión criminológica y penal, el concepto se encuentra bastante desvirtuado, como señala Anitua, por las diferentes derivas ideológicas que se entrecruzan. Desde luego la apelación a lo populista, y porque se trata de una narrativa que parece abarcar toda la respuesta penológica actual siendo que la realidad es mucho más compleja. Por eso, aun cuando comparto las definiciones previas, prefiero hablar de punitivismo a secas, entendiendo que detrás de aquello no está el sentimiento popular sino una nueva forma de gestión del instrumento penal definidamente poco reflexiva y más bien demagógica, sin atender las consecuencias lesivas de las decisiones adoptadas.
Qué duda cabe, que nuestro país experimenta por enésima vez, una pulsión punitiva, desde leyes penales sustantivas, restricción de las alternativas a la prisión, hasta políticas de persecución penal, que buscan maximizar el castigo penal vindicativo, haciendo uso de su herramienta predilecta, la cárcel atávica. El problema está en que esta vez la ola punitiva revienta sobre un sistema penitenciario en su hora 25.
Frente al colapso del sistema penitenciario urge resistir la ola punitiva, como señala Larrauri, introduciendo racionalidad, reduciendo las fuentes de ansiedad sociales y económicas, además de educar cívicamente y ofrecer formas de participación ciudadana como es el caso de la justicia restaurativa. De no ser así, la fase crítica será particularmente dañosa, no solo en lo carcelario sino también en el sistema de justicia penal y su deslegitimación abrumadora.
Las niñas y su relación con el deporte
Este 23 de mayo se conmemora el Día Internacional del Fútbol Femenino, hito que busca fomentar y visibilizar un espacio en el que históricamente las mujeres se han visto limitadas en sus accesos, participación y validación.
Hablar de la mujer y la niña en el deporte exige el ejercicio de enfatizar en algunos datos que permitan contextualizar la realidad. Uno de ellos es el reporte entregado por la encuesta "Igualdad de género en el deporte: el desafío de fomentar la autoestima y el liderazgo en las niñas", realizado por ONU Mujeres y Dove enfocado en niños, niñas y jóvenes de 10 a 17 años.
Algunas conclusiones fueron que 7 de cada 10 de los encuestados/as declaran que se incentiva más el deporte en los niños que en las niñas. Adicionalmente, la misma cifra da cuenta que las niñas no cuentan con un referente o referenta en la escena deportiva.
En ocasiones se reduce la discusión a los intereses que movilizan a la infancia según género, sin embargo, el análisis propone ser mucho más profundo, evaluando las barreras desde diferentes ángulos. Con esta perspectiva se puede orientar el debate a la falta de referencias deportivas del género femenino, producto de la poca (a veces nula) visibilidad que se les otorga, como también, a la falta de inyección de recursos.
En la región, el Club Deportes Copiapó femenino está presente en la Primera B, campeonato que hasta la fecha aún no inicia su fase regular completando más de 250 días sin jugar oficialmente. Entonces, ¿cómo acercamos a las niñas a la cancha del barrio si les negamos constantemente la posibilidad de proyectarse en otras deportistas?
Lanzamos la liga intercomunal 2023 en Atacama y Fundación Fútbol Más, en alianza con el club, concretó una actividad deportiva donde la infancia de Tierra Amarilla pudo interactuar con las jugadoras y volver a soñar con un deporte libre de barreras instauradas por la repetición de estereotipos.
En la previa de este significativo día, estamos conscientes de la falta de espacios deportivos destinados a niñas y mujeres, y el desafío de aportar en eso sigue siendo prioridad para que se escuche más fuerte que #ElBalónNoTieneGénero.