Correo
Teletón
Desde hace unas décadas en Chile, el voluntariado se ha impuesto con fuerza como una forma efectiva de realizar y ejercer participación ciudadana que escapa a los parámetros establecidos, que se articula con una serie de redes desde el tercer sector, representados por las fundaciones y organizaciones no gubernamentales.
Teletón, desde su constitución, dio inicio a una acción voluntaria de un grupo de médicos del Hospital Luis Calvo Mackenna y sus esposas, quienes decidieron dar respuesta a la situación y secuelas provocadas por la poliomielitis que afectaba a muchos niños y niñas del Chile de la década de los 40. En estos más de 75 años de historia, tanto Teletón como su institución predecesora han propiciado que la sociedad se involucre, de manera organizada y sistemática, en la atención de la discapacidad.
Y eso es lo que hacemos desde el Voluntariado Teletón, orientando y generando espacios de encuentro, colaboración y participación activa entre los usuarios, sus familias y personas con el deseo de ayudar. Canalizamos sus energías, capacidades y conocimientos, a través del desarrollo de programas comunitarios y de servicio que apuntan al mejoramiento de la calidad de vida y extender la misión de Teletón en la comunidad. Como institución tenemos el orgullo de contar con una gran cantidad de personas que, año tras año, quieren donar su tiempo y estar al servicio de las personas con discapacidad. Son un millar de voluntarias y voluntarios que comparten los mismos valores y sueños de aportar en la construcción de un país más justo, igualitario e inclusivo para las personas en situación de discapacidad.
El voluntariado, de alguna u otra manera, constituye una forma de participación ciudadana, donde la comunidad en acción realiza actividades de desarrollo comunitario. Con ellas se busca dar respuesta y solución a aquellos miembros de la sociedad que, por diversas razones, están excluidos.
El voluntariado es un motor que permite que la sociedad civil se organice en pos de soluciones. Todas las iniciativas que tienden a acumula -lo que se ha llamado- capital humano, son las más importantes para la superación de la pobreza.
El voluntariado permite que un grupo importante de personas se contacte y vincule con diversos ámbitos de su comunidad, muchas veces desconocidos o poco cotidianos. De esta forma se realiza la inclusión social, la educación en valores y la transformación de las personas en agentes de cambio y transformación social.
Aldo Orrigoni, director nacional de Gestión Social y Voluntariado de Teletón
VIH y Salud Mental: Una deuda pendiente
El VIH/SIDA continúa siendo un problema de salud pública en Chile. 4.090 personas se han notificado recientemente diagnosticadas con VIH en el período enero - septiembre de 2022, según el ISP, siendo los jóvenes de 25 a 29 años el grupo que alcanza mayor incidencia entre estos nuevos casos.
En Chile ha habido un notorio avance en las políticas públicas en relación al VIH, sin embargo, en este escenario, la salud mental sigue siendo una dimensión ausente.
La evidencia científica muestra que las personas que viven con VIH presentan mayores niveles de sintomatología en salud mental que la población general, entre ellos depresión, ansiedad, abuso de sustancias e ideación suicida, lo que impacta en la adherencia al tratamiento, la indetectabilidad y, por lo tanto, la intransmisibilidad del virus. Se hace urgente entonces, ampliar las políticas hacia intervenciones psicosociales que puedan realizarse inmediatamente después de recibida la notificación de VIH, si la persona así lo requiere, tanto en ámbitos públicos como privados. Estas medidas han mostrado ser eficientes en reducir los problemas de salud mental en esta población y mejorar la adherencia al tratamiento farmacológico.
Cristian Ortega y Stefanella Costa; Facultad de Psicología Universidad Diego Portales
Inclusión
Según cifras del Banco Mundial 85 millones de personas en América Latina y el Caribe tienen algún tipo de discapacidad, lo que equivale a 14,7% de la población total.
Desde hace 30 años, cada 3 de diciembre se conmemora «Un día para todos» para que logremos reflexionar y dejar de mirar a las personas con discapacidad desde el asistencialismo y reconozcamos que muchos de ellos pueden realizar labores de manera autónoma y productiva según sus capacidades.
La Ley de Inclusión Laboral de Personas con Discapacidad 21.015, vigente en Chile desde 2018, creó espacios de trabajo que sin duda se vieron mermados por la pandemia. Las empresas, por tanto, deben volver a poner foco en reactivar la cuota que por obligación deben cumplir. Sin embargo, la invitación sigue siendo a ir más allá, para identificar las capacidades de cada persona y ofrecerles un trabajo digno como a cualquier otro colaborador.
Es una oportunidad para reflexionar sobre cómo incluir a las personas con discapacidad en otros ámbitos de la vida. Ejemplo de ello es la Ley N°20.422 que establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de las personas con discapacidad, basando sus principios en vida independiente, accesibilidad universal, participación y diálogo social.
La pregunta es cuánto hemos avanzado en este ámbito, qué hemos construido como sociedad para ofrecerle a este colectivo que les permita tener una vida plena. Somos nosotros los únicos encargados de hacer de la inclusión algo concreto desde la empatía y la humanización no solo un día al año, sino que todos los días.
Cristina Gil, directora Centro Barlovento
Desconexión
Poco más de 3 meses después del histórico rechazo a la propuesta de Nueva Constitución, resulta sorprendente como el Poder Ejecutivo y Legislativo siguen enfrascados en la búsqueda de un nuevo acuerdo para iniciar un nuevo proceso constituyente. Según Cadem, pese a que la gran mayoría está de acuerdo con que Chile necesita una nueva Constitución, este asunto ha sido relegado por la ciudadanía por otros que ameritan una mayor atención, como la delincuencia, orden público y narcotráfico (61%), economía e inflación (35%), salud (27%), entre otras. Así, no es raro que las instituciones peor evaluadas sean el Congreso (17%) y el Partido Comunista (16%), demostrando una vez más la grave desconexión entre la ciudadanía y la clase política. No vaya a ser que el remedio sea peor que la enfermedad.
Pablo Venezian,Fundación Para el Progreso