Un informe de la Corporación de Bienes Capital (CBC) entregó antecedentes de la inversión pública en obras durante 2022-2023, lo que mostró que Copiapó concentra este ítem con cifras cuantiosas. De acuerdo al reporte, 124 millones de dólares se concentran en la capital regional, le sigue Alto del Carmen con 16 millones de dólares, Vallenar y Tierra Amarilla con 9 millones de dólares cada una, Huasco con 6 millones de dólares, Diego de Almagro con 5 y Chañaral con 2.
Si bien se entiende que Copiapó debe tener números más abultados, dada su población y extensión, ni siquiera hay una proporcionalidad en este ítem. Si comparamos Chañaral con Copiapó, hay una diferencia abismante, dado que la inversión es 100 veces mayor en circunstancias que en población la diferencia entre la capital regional y la comuna costera es solo 10 veces mayor.
Cuando se habla de inequidades una de las más grandes tiene que ver con el factor suerte a la hora de nacer, dado que si se surge en determinado territorio hay más posibilidades de tener una mejor calidad de vida que en otro, lo que es más grave cuando hablamos de obras del Estado, que deben propender mayormente a achicar las brechas.
También es cierto que Copiapó tiene muchas urgencias y que de no resolverlas, se podría transformar en una ciudad llena de trastornos, pero ello no implica que el resto de las comunas reciban las "migajas" del desarrollo.
Se hace necesaria una distribución más equitativa pensando en dar apoyo a las comunas, pero al parecer ese no es el meollo del asunto, sino que las capacidades técnicas de cada comuna para desarrollar sus iniciativas. Según el gobernador Miguel Vargas, hay una mayor capacidad técnica en el Municipio de Copiapó, lo que en teoría termina acrecentando las brechas respecto a otras casas consistoriales que viven con los problemas del día a día. Se ha dicho en otras ocasiones que los equipos no tienen las condiciones o no están aptos para aportar al desarrollo de sus comunas.
Ya es tiempo de hablar de inequidades territoriales a partir de los recursos y obras que se destinan, pero también de las capacidades que deben tener los equipos de servicios públicos para afrontar las necesidades de la población que son urgentes y muchas en los territorios más alejados. De otra forma, seguirán estancadas.