Finalmente los colectiveros agrupados en la Federación de Taxis Colectivos de la Región de Atacama (Feretacol) depusieron el paro anunciado el fin de semana por los trabajos en avenida Henríquez, entre Copayapu y Costanera Norte, que se basaba en que El Palomar quedaría "aislado", lo que afectaría a los transportistas y a "la comunidad en general". El acuerdo fue que se dejaría una pista y que en caso de que se cierre completamente se harán las coordinaciones necesarias.
En lo medular, en esta pasada, los colectiveros tienen razones de sobra para reclamar. Avenida Henríquez se ha convertido en el eje principal de sectores importantes y que crecen en población como El Palomar y Rosario, junto a esto ha ido sumando sitios de interés de trayecto como es el Kaukari y el terrapuerto. Es por esto que cualquier obra puede provocar trastornos, especialmente cuando no hay alternativas que permitan un traslado como corresponde a una ciudad que de acuerdo a estudios de lo que mejor que tiene es la conectividad.
Cerrar Henríquez por dos semanas (los trabajos partieron el sábado) no solamente sería un problema para colectiveros, sino que para miles de personas que deben trasladarse a sus trabajos o a dejar a sus hijos a los recintos educacionales, generando tacos interminables y aumentando los tiempos de traslados a los ya altos tiempos que hay en horas tempranas.
Por ello es coherente dejar al menos una vía, pero aún así los planes se podrían quedar cortos. ¿Era posible retrasar estas obras a medida que los establecimientos educacionales vayan saliendo de clases?
Ya en este mismo espacio se ha advertido la carencia de medidas de mitigación en este sector, a propósito del levantamiento de conjuntos habitacionales, pero no es lo único dado que lo ocurrido en avenida Henríquez es el reflejo de la sensibilidad que hay en torno a la conectividad en Copiapó. Hoy son los colectiveros los que reclaman, pero mañana otras personas las que pueden sentir incomodidad y el problema no es que estemos hablando de grandes obras que generen trastornos, sino que pequeñas y cotidianas en otros sitios de la capital regional.
Queda clara la falta de alternativas de vías en Copiapó, dado que en otras vías como Los Carrera y Copayapu los tacos ya son habituales, sin que haya un gran plan o medidas de mitigación para afrontar el problema. ¿Será el tiempo de potenciar las conexiones en sectores altos?