Correo
Los responsables
Me sentí aludido en la columna del profesor Agustín Squella. A propósito de la propuesta de Constitución que se conocerá el 4 de julio, el académico dividió a los chilenos en tres grupos, los que aprueban, los que rechazan y los indecisos, aunque precisó que estos últimos, en realidad más que "indecisos", son "responsables". En este tercer grupo es donde yo me encuentro actualmente y ciertamente es una situación absolutamente provisoria. "Responsable" aunque tironeado por aquellos que, libro sagrado bajo el brazo, predican, despotrican o canonizan el nuevo texto, cuando lo único que se ha visto a la fecha son escritos apócrifos más o menos parecidos publicados aquí y allá en redes sociales.
No se puede declarar estar o no de acuerdo del nuevo texto constitucional hasta que no se conozca su redacción completa hasta el último punto por mucho que haya indicios o certezas de aspectos incluidos o excluidos de mayor o menor importancia como se ha vociferado en redes sociales o instalado en la opinión pública a partir de declaraciones muchas veces fallidas de los propios constituyentes y sus cajas de resonancia, que embriagados de entusiasmo y frustración, dependiendo el caso, han llevado agua a su propio molino, para quedar secos al cabo de una discusión en la asamblea.
Era necesaria la corrección de los motes, la armonización, la síntesis final, los decretos transitorios, la firma de la mesa, en fin, en fin, la redacción definitiva. Squella tiene razón, los "responsables" somos los únicos que tenemos claro el panorama, esperaremos el 4 de julio para decidir, a la luz de los antecedentes expuestos en el documento que se presentará a la ciudadanía, sin dejarnos llevar por la propaganda de unos y otros, sin dejarnos influir por los fatales designios de los oráculos políticos ni por cantos de sirena de cualquier tipo ni menos por los erráticos discursos de redes sociales.
Don Agustín, prometo que si nos encontramos en el café este fin de semana, solo conversaremos de cine.
Rodrigo Reyes Sangermani
Derecho a sufragio
El texto constitucional que la Convención nos propone aprobar otorga derecho a sufragio a quienes ante la ley chilena son menores de edad. En efecto, podrán votar en todas las futuras elecciones quienes hayan alcanzado la edad de 16 años, aunque por su corta edad carezcan de muchos otros derechos, de una suficiente experiencia de vida, se encuentren cursando la educación media y estén sometidos a la potestad de sus padres.¿Qué motiva esta norma que contiene una disposición tan carente de toda lógica?
El historial del funcionamiento de la Convención Constitucional nos muestra que se trata de un acuerdo entre indigenistas y constituyentes de extrema izquierda para innovar en esta materia -la Constitución del año 2005 que nos rige exige mayoría de edad (18 años cumplidos)- y así asegurarse, para las futuras elecciones, un importante caudal de votos que entienden a su favor.
Estimo que los ciudadanos no debemos dejarnos atrapar en esta maniobra electoral fraguada al interior de la Convención Constitucional, maniobra que rompe la buena fe que debe regir las relaciones políticas en un sistema plenamente democrático y levanta una verdadera trampa para obtener el poder, ejercerlo sin contrapesos y mantenerlo indefinidamente.
Una razón más para no aprobar el próximo 4 de septiembre.
Francisco Bartolucci Johnston
Ley Fintech
Una buena señal hacia el mundo Fintech y sus usuarios es el llamado al sentido común que hace Hacienda tras criticar, con sólidos argumentos, las indicaciones al proyecto de ley que regula esa actividad, enmiendas que solo reducen al mínimo impacto algo tan importante como el open banking. Esas indicaciones no solo desnaturalizarían el texto que se encuentra en el Senado, sino también dificultaría tener un buen resultado de la ley. Es bueno que el Ejecutivo elimine la duda presunta, o razones hasta hoy sin fundamento. En la Ley Fintech se protege la privacidad de datos y son las personas las que expresamente van a dar la autorización del acceso e intercambio de sus datos. Ojalá que con esta definición del Gobierno demos un paso, no entorpezcamos el debate, y ya despejada la duda, el Congreso siga adelante y despache el proyecto, por el bien de la industria, de las personas y de la confianza en las instituciones.
Gustavo Ananía CEO de RedCapital
Impactos
El IFE de invierno y el quinto retiro han sido descartados, según nos dicen, por el impacto irresponsable que tendrían sobre la inflación. Desconozco el impacto sobre el IPC y en la devaluación del peso que tendrá la reforma tributaria.
Fidel Conde
Particulares subvencionados
Reducir la jornada laboral a 40 horas semanales, iniciativa que el gobierno declaró apoyar, será especialmente complejo de implementar en los colegios estatales y particulares subvencionados (90% de ellos gratuitos), ya que en primer lugar el curriculum escolar establecido por el Mineduc exige una cierta cantidad de horas por curso, cumplidas con la actual planta de profesores trabajando 44 horas a la semana.
Al disminuir la jornada en 4 horas, habrá que contratar nuevos docentes, lo que generará un problema financiero de envergadura al Estado, que deberá hacerse cargo de este incremento de gastos y algo no menos importante: ajustar el presupuesto nacional para absorber tales costos.
En orden económico, si pensamos que en 2021 había 124.006 docentes trabajando en ambos sectores contratados por 44 horas, tendría que contratarse un 9% de nuevos profesores; es decir 11.106 docentes adicionales. Si estimamos un sueldo bruto promedio de $1,8 millones mensuales por cada uno, y considerando el dólar a $850, significaría un gasto anual aproximado de US$235 millones para el aparato público.
Una situación similar sucede con otros profesionales y asistentes de la educación que trabajan en los colegios. En este último segmento tendrían que contratarse a 11.267 asistentes adicionales, con un costo anual estimado de US$159 millones.
A lo anterior habría que adicionar el déficit actual de docentes, lo que suma un problema operacional no menor. Luego, la pregunta es: ¿Además del "sello 40 horas", tendrá el Estado la espalda suficiente para hacer frente como le corresponde a esta situación, sin perjudicar a los estudiantes y a la calidad de la educación que reciben?
Hernán Saldaña Coordinadora de Colegios Particulares Subvencionados