Una vieja expresión de Goethe dice "Ver Nápoles y luego morir". Retomando esas palabras, creo que para cualquier aficionado de Historia o para él que le guste analizar la naturaleza humana, uno no se puede morir sin haber visitado Roma antes. Y eso por la simple razón que desde los romanos, al menos en política, muy poco se ha inventado. Los senadores siguen teniendo las mejores ubicaciones en el "Coliseo" y a la masa aún le encanta el circo, el espectáculo, lo efímero. En la Roma Antigua, los gladiadores tenían un promedio de vida de 22 años.
"Coliseo" no era el nombre original del lugar de los enfrentamientos, en realidad el verdadero era "Anfiteatro", lo que significa etimológicamente "dos teatros". ¿Porque dos? Porque era un escenario elíptico, de 360 grados donde se podia ver de los dos lados. Sepan que ahí, el último combate de gladiadores ocurrió a finales del siglo 5. Algo de éxito tuvo la fórmula inventada por los romanos. Hoy, podemos observar como la famosa liga UFC, en el siglo XXI, retoma los mismos códigos, en versión menos intensa, incrementando cada vez más su audiencia.
Hablando de Coliseo, el evento que más caracteriza a la Semana Santa, en Roma, es el Vía Crucis; un recorrido que va desde ese lugar hasta el Templo de Venus. En 2003, el Pontífice Juan Pablo II quiso que, en esa oportunidad, las meditaciones fueran un texto suyo, uno que escribió en 1976, cuando todavía no era Papa, y que indicaba: "la Tierra se ha convertido en un cementerio, un gran planeta de tumbas".
El Papa polaco insistio para que en el último tramo de ese Vía Crucís, la cruz también fuera llevada por la viuda y el hijo del fallecido médico italiano Carlo Urbani, quien fue el primero que identificó el síndrome respiratorio agudo y grave, el llamado SARS, más conocido como la neumonía atípica asiática, hoy denominada SARS-CoV-1…. En efecto, por sus actividades e investigaciones, Carlo Urbani resultará contagiado y acabará falleciendo el 29 de marzo de 2003, en Bangkok. Otra expresión consagrada quiere que "todos los caminos lleven a Roma", en Italia. Ese mismo país que será golpeado violentamente, hace menos de dos años atrás, por el SARS-CoV-2. Por suerte, "Roma es eterna". En cambio, en lo que concierne la humanidad, aún no tenemos la certeza de aquello.