Muere Sidney Poitier, primera estrella de raza negra que ganó un Oscar como protagonista
CINE. A los 94 años falleció el también considerado símbolo de los derechos civiles.
Agencias/Redacción
A los 94 años falleció ayer Sidney Poitier, considerado el primer actor de raza negra en ganar un premio Oscar como protagonista de una película.
La triste noticia la dio a conocer el gobierno de Bahamas a través de Twitter, debido a que la familia del actor era natural de una de las islas de esta nación.
El vice primer ministro y titular de Turismo, Chester Cooper, aseguró estar "aturdido por la gran pena" por la pérdida de un hombre al que definió como "un icono y un héroe", aunque no ofreció detalles sobre las causas del deceso.
Poitier nació el 20 de febrero de 1927 en Miami, EE.UU., pero se crió junto a sus seis hermanos en Cat Island, en Bahamas, donde pasó sus diez primeros años de vida, hasta que se mudó a la capital, Nassau, y posteriormente a Florida.
El actor ganó el Oscar en 1964 por su rol protagónico en la película "Lillies of the Field".
Cinco años antes, en 1959, también se había consagrado como el primer estadounidense afroamericano en recibir una nominación al Oscar de mejor actor por la película "The Defiant Ones".
Poitier fue además la segunda persona de raza negra en ganar un Oscar, después de Hattie McDaniel, quien obtuvo el premio a Mejor Actriz de Reparto por "Lo que el viento se llevó".
En 2002 recibió el Oscar de honor que entrega la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas a aquellas figuras del cine que han tenido un peso especial en la industria.
De esta forma, el intérprete, director y destacado activista de los derechos civiles, fue un auténtico ídolo de Hollywood y también ejerció como embajador de Bahamas en Japón entre 1997 y 2007.
Derechos civiles
Durante su vida, Poitier destacó como un símbolo de Hollywood durante el movimiento por los derechos civiles, un periodo en el que se convirtió en la mayor estrella de la industria del cine americano.
Con medio centenar de películas, entre las que destacan "To Sir, with Love", "In the Heat of the Night" y "Guess Who's Coming to Dinner", estrenadas entre junio y diciembre de 1967, justo cuando las calles ardían, el actor cimentó su icónico estatus en la sociedad estadounidense.
Esas interpretaciones, que en mayor o menor medida hablaban del racismo en EE.UU., ayudaron a derribar las barreras sociales entre afroamericanos y blancos, y lo convirtieron en la primera gran estrella de raza negra de la industria.
Poitier lo consiguió con talento, conciencia, integridad, carisma y un encanto extraordinario, sin que eso impidiera a sus personajes replicar a una cachetada o pedir respeto con iracunda frialdad. Su figura fue un bálsamo para el público, alguien con la contención de Martin Luther King en plena era de rebeldía y convulsión.
Sus películas mostraron la división estadounidense, pero también las ganas y el deseo de unirse para dejar atrás la confrontación, un mensaje que quedó grabado a fuego en el rostro del actor, estandarte de la dignidad en unos tiempos donde el cine pedía a gritos la figura de un héroe que ejemplificara esa lucha por la igualdad. Y Poitier no solo aceptó ese rol, sino que agitó las conciencias.