Atacama registra 30 muertos por accidentes de tránsito, cifra que ya sobrepasó a lo contabilizado en todo 2020 y muy cerca de 2019, año en que se registraron 31 decesos. Sin duda son números que deben preocuparnos como sociedad y que hacen revivir la eterna petición de la doble vía en la Ruta 5 Norte. De acuerdo a Carabineros, la mayor cantidad de accidentes -entre los que también se pueden agregar los no fatales- se concentran entre Caldera y Chañaral, donde hay una sola pista por ambos sentidos y donde es posible tener maniobras de adelantamiento que pueden ser muy peligrosas, especialmente cuando hay camiones.
Parece incluso majadero seguir repitiendo la necesidad de mejorar la seguridad y estándares de la conexión Caldera-Antofagasta, pero se hace necesario dado que la modernidad y el progreso se detuvo pese a que el proyecto de doble vía es considerado de Interés Público.
Todo esto en un contexto en que pueden registrarse más accidentes con los cambios en el Plan Paso a Paso que prácticamente no tiene a comunas en cuarentena, y con ello hay un aumento en el flujo vehicular interregional y hacia el norte por motivo de vacaciones, salud y otros.
Mayores libertades implican más riesgos no solo en lo sanitario, sino que en los traslados a distintos puntos y eso debe estar en la óptica de las autoridades, más si tenemos datos de una alerta roja en cuanto a muertos por accidentes. De todas formas no sería acertado atribuir todo a los cambios de fase, dado que desde antes de la pandemia los accidentes son una constante en la ruta que tiene solo una pista.
Pareciera que ahora queda solamente apelar a que los conductores tomen los resguardos necesarios para evitar accidentes, porque no se tendrá una doble vía en el corto plazo y quedan muchas dudas si se pueda concretar en unos cinco o seis años.
El gran proyecto para Atacama -que por lo demás no es propio dado que es compartido con Antofagasta- pareciera que no cumplirá las expectativas en los tiempos que se prometían hace años. Será labor de parlamentarios, el gobernador Miguel Vargas y el delegado presidencial Patricio Urquieta el gestionar una mayor celeridad y golpear la mesa para contar con fechas claras.