Una de las verdades que se hizo patente durante la crisis social fue el fuerte rechazo ciudadano a la clase política. Situación que incluso coincidieron los mismos involucrados en las críticas, quienes en una especie de "mea culpa" reconocieron que no habían estado a la altura de las circunstancias y que algunos lejos de servir se habían servido en el desempeño de sus cargos.
Junto a ello se comprometían con la probidad y la transparencia y pedían retomar las confianzas, porque el sistema de gobierno requiere de la política y de instituciones sólidas que den gobernanza a la nación.
Decreció la política partidista practicada hasta ese año y se formaron agrupaciones ciudadanas con la intención de incursionar en el sistema pero con la mirada de la gran masa de la población. Rostros nuevos que no tienen sobre sus espaldas compromisos con quienes se habían encargado de concentrar el poder en el país.
Muchos de ellos hoy están en los municipios como alcaldes o concejales y otros llegaron al nuevo cargo de gobernador regional o constituyente.
Hace pocos días empezaron en sus funciones, con ese desafío. El de gobernar de cara al pueblo y sin visos ni acercamientos a decisiones dudosas, éticamente criticables o definitivamente con trazas de corrupción.
Hay quienes identifican a la política con los malos políticos o con lo vicios que permean la política. Mientras otras le dan el valor que tiene y la consideran de suma importancia para el desarrollo de las naciones.
Entonces, no nos podemos alejar de la política, pero sí de los malos políticos y su vicios.
Una tarea que es posible lograr. Quienes hoy ostentan nuevos cargos tienen todas las condiciones para ser políticos, gobernantes y grandes estadistas.
Son nuevas incursiones, nuevos rostros, pero un sistema similar que tiene que cambiar desde dentro hacia fuera para interpretar lo que quiere la comunidad en cuanto a oportunidades y equidades en el desarrollo de las más diversas actividades.
Es un largo andar, pero que debía partir ante los cambios que exigen los nuevos tiempos en Chile. Es de esperar que los pasos que se den sean en el sentido correcto, no se solucionará todo de un plumazo, pero es necesario que se trace el camino correcto desde este momento.