Patricio Guzmán: "De Chile nunca se puede terminar de aprender"
CINE. El realizador, que se encuentra en el país con motivo del plebiscito, habla sobre el estreno de "La cordillera de los sueños".
Amelia Carvallo
"La cordillera de los sueños", documental del cineasta chileno Patricio Guzmán, está disponible en estreno en la nueva sala online de Cinemark.cl y llega a completar una trilogía que partió con "Nostalgia de la luz" en el desierto, pasó por el extremo sur con "El botón de nácar" y termina en el centro del país y su cordillera. Actualmente el autor de "La batalla de Chile", quien vive en Francia desde hace décadas, se encuentra en el país registrando desde su cámara el plebiscito.
-¿Cómo ha sido esta última estadía en Chile?
-Encontré a un Chile luminoso, en un momento de reflexión general. La gente está preocupada de votar, hay una nueva coyuntura para cambiar la situación política del país, algo que nunca antes había ocurrido en Chile. Esta situación de cambio, de pensar en un futuro diferente, me gusta.
-¿Cómo ve a las mujeres chilenas?
-Las mujeres son estupendas y las de Chile son las más guapas de América Latina. Chile es un país de mujeres, de madres, de amantes, de compañeras de curso. La mujer en Chile es más importante que el hombre, sin ninguna duda. Piensan más, son más organizadas, saben hablar mejor del futuro. Desde hace años que Chile es un país de mujeres.
-¿Y la juventud chilena?
-A la juventud no la veo, no sé dónde está, yo soy demasiado viejo para verla tal vez. No sé qué pasa con la juventud, espero que estén bien, pero no sé.
-Cuénteme del paso de "La cordillera de los sueños" por Cannes.
-Bueno, cuando terminas una película no tienes idea de lo que va a pasar. En este caso fue seleccionada para ir al Festival de Cannes, pero van muchas películas a Cannes en la sección paralela y nunca pensamos que iba a ganar un premio. Bueno, esto se produjo, lo cual está muy bien, porque significa que la película puede atraer a más gente que lo normal. No está mal, pero tú nunca sientes algo especial. Fuimos a Cannes y nos sentamos en una mesa en un café, como todo el mundo, y fuimos a la función, y la gente aplaudió bastante, fue bonito eso, pero nunca pensamos que iba a tener un premio, de tal manera que tener un premio no significa nada. El asunto es que después la gente la compra más y la ve más, eso es mejor.
-¿Qué aprendió de Chile a lo largo del trabajo que hizo con esta trilogía?
-De Chile nunca se puede terminar de aprender, porque es un país complejo, hermoso y que veo cada vez que vengo de una manera nueva. Me gusta eso, porque es como estar enamorado de alguien y abandonarlo y luego volver una y otra vez. Me gusta mucho sentir esa sensación de novedad cuando vuelvo, esa sensación de ver qué cosas han cambiado y qué permanece, y también veo el hecho de que Chile siempre está estático, no se mueve y todo continúa igual, y no hay cambio. Por eso me gusta mucho el momento actual, porque hay posibilidades de un cambio político importante.
Filmar para guardar
Uno de los personajes que Guzmán registra en "La cordillera de los sueños" es el de Pablo Salas, un documentalista chileno que ha registrado desde fines de los setenta. "Pablo es un gran cineasta que filma durante años de años la realidad chilena, filma metros y metros de lo que pasa y lo guarda en su mesa de montaje. Los vende, sí, pero la mayoría de sus filmaciones están guardadas, él filma para guardar lo que filma, lo cual es muy raro y único. Entrar a la habitación donde él guarda ese tesoro es como entrar a la historia de Chile. Cuando lo conocí y lo filmé, me parece que llegamos a una especie de compromiso de dar a conocer lo que hace sin que pierda su personalidad, su autoría, su fuerza.
-¿Le gustaría abordar la figura del mar?
-¿El mar? El mar es demasiado grande para hablar de él. Este es uno de los pocos países que mira constantemente el mar, desde el norte hasta el sur solo hay mar, es la costa más larga del mundo y por lo tanto, estamos en el aislamiento más absoluto. El horizonte es una línea tan abstracta que una frontera de Chile es el infinito, como de otro planeta. La cordillera es más concreta, nos resguarda del viento, pero el mar es una inmensidad tan grande que no lo vemos. Vamos a la playa, nos bañamos, qué se yo, y ahí está el mar, pero analizar el mar es imposible, es demasiado grande, es el planeta.
-¿Cuál es su invitación?
-Vayan a verla, porque es una película chilena y es muy buena. Lo van a pasar bien, es entretenida y pasa de todo.