Delicada situación productiva y de innovación
El Gobierno Regional no podrá aportar $250 millones a la CCIRA, dado un dictamen de Contraloría. La entidad sigue con los proyectos y estudios paralizados. Se hace necesario repensar la estructura y si la entidad es funcional a su idea base. La paralización de la CCIRA resentirá a Atacama en momentos que innovar es clave en una pandemia.
Con los proyectos y estudios paralizados seguirá estando la Corporación para la Competitividad e Innovación de la Región de Atacama (CCIRA), luego que la Contraloría General de la República se pronunció respecto a la imposibilidad de modificar el convenio de transferencia con el Gobierno Regional, lo que implica que no podrá recibir $250 millones.
Esta trama, que viene de 2015 por el Plan Maestro de Chañaral lo que es más grave dado que en esa idea había ilusión de tener una mejor ciudad, denota la desprolijidad en la ejecución de los recursos del Estado y, solo ese simple hecho, debe hacer repensar la estructura, si realmente hay una entidad funcional y si se deben chequear los débiles mecanismos de control. ¿Es público el balance anual por ejemplo?
Hacer estos ejercicios es lo mínimo que se puede pedir a un ente tan poderoso, dado su carácter público-privado y su capacidad de recibir miles de millones de pesos, aunque no tan conocido por la población atacameña.
Es indispensable conocer en qué van los proyectos que tiene a cargo. Solo en 2019 la carpeta incluía la Estrategia de Desarrollo de la Región de Atacama (ERDA), un plan del eterno Atacalar y estudios de turismos especiales, entre otros. Especial atención debe tomarse con la ERDA, que debería ser la guía para el desarrollo de la región y que mantenía expectantes a los distintos sectores de Atacama, dado que se decía que por fin, se realizará un plan como corresponde.
Este golpe a la CCIRA no solo impacta en el mediano y largo plazo, sino que en el presente. La pandemia obliga a buscar de forma urgente fomentar la innovación y la competividad, que permitan tomar nuevos caminos en materia económica, empleo y desarrollo para la región.
Con la estructura de la CCIRA paralizada, las opciones para lograr una región más resiliente y con nuevas oportunidades se reduce ostensiblemente y eso debe ser materia de mucha alerta, dado que nuevamente Atacama puede quedarse abajo en un tren que ya ha arrancado en otras partes del mundo.