Uno instalado en campamento, otro trabajando en panadería y varios amenazados por el covid: así están "Los 33" a 10 años de accidente
MINEROS. Parte de los protagonistas de hecho ocurrido un 5 de agosto de 2010, hablaron de cómo viven o sobreviven en la actualidad. Jhonny Barrios luchando por los cortes de luz en una toma en Copiapó y reclamando por promesas del exministro Jaime Mañalich, Carlos Mamani lamentándose por no volver a Bolivia, Mario Sepúlveda con "ganas de volver a entrar a un turno" y José Ojeda luchando con distintas enfermedades, entre las historias.
Algunos enfermos, otros sin trabajo y muchos confinados nuevamente por la amenaza del COVID-19. Así es la realidad de parte de los 33 mineros de Atacama, que hace exactamente diez años protagonizaron del accidente que marcó sus vidas al estar 69 días atrapados a 700 metros de profundidad en la Mina San José y que aún conserva huellas físicas, psicológicas y sociales en sus protagonistas.
Uno de los mineros más conocidos es Mario Sepúlveda que vive actualmente en Santiago. El "loco Mario" o "Súper Mario", como lo bautizaron durante el rescate, comentó con su característico entusiasmo que "estoy trabajando todos los días para ser mejor persona y a la cuarentena hay que ponerle el pecho no más 'pue' hijo".
El minero comentó sobre lo ocurrido que "el recuerdo es de todo, angustioso a ratos, emoción y hay distintas reacciones espirituales y sentimentales. Yo sigo insistiendo en que Dios hizo un gran milagro con nosotros y hay que darle hasta que cuando él diga lo contrario".
En cuanto a la década del accidente, Sepúlveda afirmó que "se pasaron volando los 10 años y no han sido fácil. Yo soy un 'huevón' trabajador en lo que sea y si me lleva a limpiar el baño de su casa yo voy. Han sido 10 años con ganas de volver a entrar a un turno, con ganas de volver a tener compañeros de pega y todo".
Una vez afuera de la mina, Mario reconoció que "a mí me cerraron el mundo laboral obrero en el caso de postular a operador que es lo que estaba haciendo en la minería, pero sí se me abrieron otras puertas con el tema de las charlas motivacionales (…) con la pandemia se echó a perder todo el tema".
Barrios en un campamento
Otro que no le ha sido fácil la vida luego del accidente es Johnny Barrios que trabaja en el Municipio de Copiapó desde 2016. El minero se encuentra en cuarentena desde marzo como medida preventiva, ya que es grupo de riesgo por su silicosis. "Esto no tiene cura (silicosis) y se agrava cada vez más sobre todo en invierno. Yo casi no salgo, paso adentro y me compré mercadería para no salir", dijo.
Sobre estos 10 años el trabajador dijo que "se me pasaron volando… no recuerdo cosas buenas" y que está tomando medicamentos para poder dormir. Johnny vive actualmente en un campamento en los cerros de Copiapó donde debe esperar que le llegue el agua por camiones aljibes, cortes de luz y los problemas de convivencia.
Barrios criticó la gran cantidad de "mentiras" que le dijeron una vez que salió de la mina San José. Entre ellas recuerda que "el ministro Mañalich me ofreció un trabajo en algún hospital y una beca para estudiar enfermería (…)todo fue un cuento tonto, yo estuve esperando más de un año", ya que él fue el enfermero de sus compañeros durante los días encerrados.
Mamani no volvió a Bolivia
"Todo el mundo se olvidó de nosotros", dice Carlos Mamani, único minero boliviano en el accidente. El ex minero coincide que las puertas laborales se le cerraron una vez que salió de la mina y actualmente trabaja en una panadería.
El hombre vive en Copiapó junto a su esposa y dos hijas. Mamani dijo que estuvo 2 años en tratamiento con psiquiatra por crisis de pánico y que no ha podido volver a la mina. Sobre el ofrecimiento de volver a Bolivia que le hizo el ex presidente Evo Morales, el minero reconoce que "no supe manejar bien las cosas y con la cosa de la película al final me quedé por un trabajo que iban a dar. Al final yo la 'jodí' con no irme esa vez".
Amenazados por el covid-19
En cuanto a salud el minero que tiene mayor riesgo en la actualidad es Mario Gómez, que es el más longevo del grupo y que se encuentra encerrado desde marzo en su casa en Copiapó por sus problemas respiratorios que lo han obligado a usar un respirador artificial portátil de por vida.