Mafias y robos de paneles solares
La sustracción de estas estructuras forma parte de un lucrativo negocio. Lo ocurrido en luminarias de Copiapó, Chañaral y El Salado solo es una muestra de que hay sitios que son "tierra de nadie". Un robo puede ser descubierto a los días, semanas y hasta meses no por una fiscalización, sino que por algún conductor o caminante se dio cuenta que faltaban paneles.
El robo de los paneles fotovoltaico de luminarias denunciados en Copiapó, Chañaral y El Salado es solo una parte de un irregular negocio que crece en Atacama sin control, que provoca un grave perjuicio fiscal y privado y, de paso, en el caso de los caminos un claro peligro dado los accidentes que podrían haber en la noche.
La cultura del "pillo" gravita en estos hechos. Y es que la lejanía de los centros urbanos son un aliciente para que sujetos saquen estructuras de alto costo que después venden informalmente.
Por culpa de irresponsables Atacama no va a avanzar en el desarrollo de este tipo de energías, al menos en los lugares que no tienen resguardo. No hay controles de seguridad que impidan los robos, mientras que la práctica va ganando adeptos con mafias que recorren puntos sin protección.
A pesar que durante los últimos años las policías han logrado la detención de personas por el robo a grandes empresas, lo ocurrido en las luminarias es el fiel reflejo de que hay sectores que terminan siendo "tierra de nadie". Es de tal magnitud la desprotección que un robo puede ser descubierto a los días, semanas y hasta meses, no precisamente por una fiscalización, sino que por algún conductor o caminante que se dio cuenta que faltaban paneles.
De esta forma, el detectar estas mafias se complica y se puede terminar llegando solo a quienes compran estas estructuras, es decir pasan a ser detenidos por receptación.
Quizás no hay una situación caótica, pero es porque el uso de los paneles solares no es masivo al menos en los hogares, pero a la hora de que crezca el interés por contar con estos elementos para ahorrar en gas, por ejemplo, podemos entrar en una dinámica muy complicada.
Finalmente los ciudadanos de bien son los que pierden ante una maraña que se exacerba en pandemia, dado que los esfuerzos se van concentrando en otros ámbitos y donde el robo de paneles en sitios con luminarias, pueden pasar a segundo plano.