Calentamiento global, pobreza y resiliencia
Juan Sánchez Quero , Jefe Regional de la PDI de Atacama, Paulo Egenau, Director social del Hogar de Cristo
Seis son las regiones bajo emergencia agrícola y escasez hídrica entre el norte y el centro del país. Valparaíso es la más afectada por la falta de agua y está declarada zona de catástrofe. Por el sur, 4 comunas de la región de Biobío -Curanilahue, Santa Juana, Hualqui y Chiguayante- han visto quemarse casi 1.300 hectáreas de bosque y peligrar viviendas, sobre todo esta última, donde los vecinos han evacuado de manera preventiva y voluntaria sus casas. Por el norte, en Atacama, en el pequeño poblado de El Tránsito, a las cinco de la tarde del lunes pasado, se sintió el rugido de un aluvión a causa de las intensas lluvias que provocaron crecidas de ríos y deslizamiento de tierras, provocando la muerte de un adulto mayor que se resguardaba en un hogar de ancianos y no ha sido la única víctima.
Sequías devastadoras, incendios imparables y aguaceros torrenciales son manifestaciones de lo mismo: el cambio climático, que, como suele suceder con todo, afecta con mayor dureza a las personas en situación de pobreza y exclusión social.
A estas alturas, ya es sabido que los desequilibrios medioambientales, como la contaminación o los desastres naturales, empujan a los hogares vulnerables a la pobreza y mantienen a los pobres en ella. Por esto es fundamental considerar el contexto territorial al momento de diseñar políticas de protección comunitaria, así como considerar la equidad y la justicia medioambiental en las que buscan reducir las causas y los efectos del cambio climático. No es menor que mientras la fría Noruega prospera, la caliente Nigeria se empobrece cada vez más.
La mayor parte de los países más pobres del mundo se encuentran en zonas ecuatoriales con temperaturas elevadas, por lo que un leve aumento puede tener graves efectos. Sin embargo, los países más ricos son los que producen más gases de efecto invernadero que afectan al cambio climático. Dos grados centígrados de aumento de la temperatura mundial generarían un sufrimiento mucho mayor en El Congo que en países del norte de Europa, por dar un ejemplo.
Un concepto relevante para abordar estas "nuevas pobrezas" que surgen del calentamiento global y otros "asesinatos" ecológicos es el de la resiliencia, que es la capacidad de las personas, las familias y las comunidades para afrontar situaciones adversas, como los desastres naturales o la contaminación.
Chile completo ha puesto a prueba su resiliencia cuando de, tanto en tanto, "el caballo iracundo patea el planeta y escoge la patria delgada", para descargar su furia telúrica, en palabras de Neruda. Con regularidad, cataclismos, incendios, sequías nos golpean, lo que se ha ido acentuando con la acción humana y generando las lamentables "áreas de sacrificio".
Pero atención a esta resiliencia tan chilena, porque si bien puede servir para reducir la vulnerabilidad de las personas en situación de pobreza, también puede ser a costa de su propio bienestar en el largo plazo.
En el Hogar de Cristo y en nuestros más de 330 programas de Arica a Punta Arenas velamos porque el concepto de resiliencia inspire medidas adecuadas a la equidad y a la justicia social, para que las personas no renuncien al cumplimiento de sus derechos fundamentales como forma de "adaptarse" de mejor modo a la contaminación o a los desastres naturales. Estas nuevas soluciones a las nuevas pobrezas fruto del cambio climático, son imprescindibles de tener en cuenta en este momento de crisis y reconstrucción social que enfrentamos.
La investigación criminal
HUna buena investigación, es la mejor estrategia para evitar la perpetración de hechos delictivos, entendiéndose aquella que logra determinar la participación punible, con evidencias concretas y fiables, y en definitiva la condena de los mismos por parte de los tribunales de justicia.
La investigación policial desarrollada por la Policía de Investigaciones de Chile, ha utilizado la metodología de establecer las relaciones entre los hechos y enunciar leyes que expliquen sus circunstancias y orígenes, permitiendo obtener información útil, por medio del método científico. La aplicación del referido método desde hace décadas de existencia, ha permitido un continuo perfeccionamiento y aplicación, desde los rústicos detectives que desarrollaron las indagaciones de nazis en nuestro territorio, en el hace poco conocido Departamento 50, de la década de los años 30, pasando por los Oficiales que en el retorno a la democracia, pudieron esclarecer diversos hechos en contra de los derechos humanos, hasta la actualidad, en que las diversas áreas investigativas de la PDI, cada día toman portada en los distintos medios de prensa, siendo parte de la necesidad de la ciudadanía, de contar con una policía profesional y científica.
Los éxitos investigativos, no son propios de la casualidad, sino que son parte del trabajo cronológico y sistemático, donde las evidencias y medios de prueba fiables, se forman indispensables en el sistema penal, aportando lo necesario para la persecución de los delitos, de ésta forma las investigaciones se transforman en las aplicaciones evidentes de la coerción social, que se busca en el sistema judicial y siendo ejemplos de que las huellas del crimen siempre son descubiertas.
En consecuencia, la PDI en virtud a sus investigaciones, no solo demuestra que cumple con su principal misión encomendada por la ley, la investigación de los delitos, sino que también, realiza una labor paralela, el mantenimiento de la tranquilidad pública. Esto se logra a través del análisis criminal, la inteligencia policial y los medios científicos y tecnológicos que nos proporcionan las distintas secciones del Laboratorio de Criminalística, investigación exitosa que al ser develada, genera la sensación de seguridad en la ciudadanía, un traslado geográfico del delito o su aplacamiento, al permitir sacarlos de circulación.