Vacaciones: al rescate del patrimonio
Baldo Prokurica , Ministro de Minería, José Albuccó, Autor del blog Patrimonio y Arte
Las vacaciones son una de las conquistas sociales más universales del mundo laboral moderno, uno de los fenómenos colectivos más esperados por la ciudadanía. Una nueva extensión del tiempo conquistado durante todo un año o más y que nos ofrece la ruptura espacial del entorno más cercano, abriendo nuevas fronteras físicas y mentales.
Por ello es totalmente condenable que entre quienes tengan el privilegio de conocer nuevas fronteras haya personas que dañen el patrimonio, como fue lo sucedido en el Cerro Unitas en el Gigante de Atacama y en las Torres del Paine. Lamentablemente, en numerosos lugares del mundo se ha destruido el patrimonio, incluyendo un saqueo continuo a la memoria de los pueblos originarios.
El caso es que hoy muchos turistas parecen estar en la búsqueda de emociones relacionadas con la hedonía y la recreación extrema, en vez de querer hacer comunidad y valorar los espacios. Hoy es un turismo de la selfie y del yo, con una cierta compulsión narcisista y una permanente necesidad de aprobación, aceptación y status. Experiencia muy lejana a la conquista social del vacacionar con el objetivo de hacer comunidad, poniendo en valor a los otros, dejando hablar al lugar con sus silencios.
Si tiene la oportunidad de vacacionar, acérquese al patrimonio cultural del lugar. El patrimonio, tangible e intangible, en cualquier sociedad es considerado como algo propio, una referencia para enfrentar problemas de cualquier tipo, desde grandes crisis hasta preguntas de la vida cotidiana. El patrimonio es una guía para realizar aspiraciones y proyectos, para imaginar, gozar y expresarse.
Pero tenga en cuenta que no hay un solo patrimonio cultural en cada región o país, sino que pueden coexistir diversas culturas al interior de cada sociedad. Esa diversidad no significa la anulación del otro, ni tampoco la destrucción sistemática del patrimonio a causa de las diferencias.
En esta temporada estival, y a pesar de las desigualdades en el acceso a los bienes culturales, tenga una actitud de integración e inclusión, para conocer y comprender su entorno. Este es el primer paso para enfrentar cualquier desafío sociocultural, ante los cuales hoy estamos en América Latina y el mundo, en estas fechas y meses.
Valoremos y cuidemos a nuestra pequeña y mediana minería
Hace algunas semanas comenté en este mismo espacio la necesidad de aprovechar las condiciones que nos ofrece la minería para este 2020.
En dicha columna, me referí entre otros aspectos a que Atacama representa un 22% de la inversión minera total proyectada para el 2019-2028, lo que la sitúa como la segunda mayor región en términos de recepción de inversión minera, según un reciente informe de la Comisión Chilena del Cobre, (Cochilco).
A lo anterior, debo añadir que la mediana minería de nuestra región produce el 67% del total nacional de este segmento, mientras que la de pequeña escala representa un 44% del total nacional.
Es decir, no cabe duda de que ambas cifras son importantes ya que dan cuenta de la importancia de esta actividad para esta zona. Por lo tanto, el llamado es a valorar y cuidar a nuestra pequeña y mediana minería.
En este sentido, hemos trabajado desde el primer día, por ejemplo, en mejorar la eficiencia de los planteles de Enami y alcanzar su equilibrio operacional, lo que ha derivado en positivos resultados que logramos gracias al esfuerzo de ejecutivos y trabajadores de la compañía.
En esta línea, podemos resaltar la reducción de un 25,8% de las pérdidas en 2018 en comparación a las registradas el 2017 durante el Gobierno anterior. Asimismo, la compañía ha continuado mejorando su gestión, por lo que proyectamos un nuevo descenso en sus pérdidas cercano al 50% para el 2019 frente a 2018.
Por otra parte, no debemos olvidar que gracias a Enami hemos podido materializar la entrega de recursos a nuestros mineros a través del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) y del programa PAMMA.
Este año, otorgaremos $ 2.882 millones correspondientes a los fondos concursables PAMMA, es decir un 6% más respecto al ejercicio anterior. Por su parte destinaremos $ 8.800 millones a través de recursos FNDR a 11 regiones del país y el 2021 ampliaremos su ejecución a 15 de las 16 regiones de Chile.
En definitiva, debemos valorar la presencia de la pequeña y mediana minería, ya que contribuye a la generación de empleo y desarrollo para las familias de Atacama. Conscientes de lo anterior nuestro gobierno continuará trabajando en el fomento a estos dos sectores tan relevantes de la minería nacional.