¿Más recursos para Salud?: Sí, pero…
Recientemente varios especialistas han propuesto como medida indispensable para avanzar en salud, aumentar su porcentaje del gasto público, desde el casi 5% actual, a más del 6%.
La primera consideración es a qué sector le quitamos para transferirlo a salud, considerando que las demandas sociales en pensiones, educación, trabajo, obras públicas o vivienda, entre otras, son también legítimas y apremiantes.
Creo que más importante poner atención a una grave debilidad del sector salud: ineficiencia en el uso de recursos.
La Comisión Nacional de Productividad, nombrada por la Presidenta Bachelet en 2015, presentó hace unos días su informe sobre la eficiencia en el uso de una de las áreas más costosas de un hospital: los pabellones quirúrgicos. Estos, tienen en promedio un uso del 53%, su utilización real es de 4,8 horas diarias promedio y de 9 horas institucionales teóricas. Además, se efectúan 3,3 operaciones por día por cada pabellón, las operaciones empiezan con casi una hora de retraso y terminan en promedio dos horas antes del fin teórico de la jornada laboral.
Además, sólo el 14% de los pabellones se utilizan los fines de semana y existen significativas brechas respecto al uso y desempeño de los quirófanos electivos entre los hospitales de alta complejidad analizados. Esto está dado por varios factores: importante ausentismo del personal no médico, deficiente manejo de la lista de espera, escasez de insumos, limitaciones para el traslado interno de los pacientes, heterogeneidad de las estadías hospitalarias para iguales prestaciones, bajo nivel de procedimientos ambulatorios e insuficiente presencia de anestesistas, entre otros.
Lo anterior es un indicador de las serias deficiencias en la gestión de un costoso recurso como son los pabellones quirúrgicos, y que probablemente están presentes también en otras áreas del trabajo hospitalario, algo no incluido en este informe.
Todos estos factores explican razonablemente las lamentables listas de espera quirúrgica no GES y naturalmente, hacen cuestionarse la lógica de solo inyectar más recursos, los que sí son necesarios al sector.
Manuel Irarrázaval, director Instituto de Políticas Públicas en USS
Reforma tributaria ¿apoyo a las Pymes?
Hace algunos días fue aprobado la reforma tributaria, presentada por el actual gobierno, después de 17 meses de tramitación en el Congreso nacional. Esta iniciativa trae novedades como el retorno a la tasa del 40% en el Global Complementario para rentas altas, IVA para las empresas extranjeras no domiciliadas en Chile, léase Uber, Netflix, Spotify, la creación de la Defensoría del Contribuyente, entre otras medidas.
No obstante, el objetivo de esta columna es reflexionar sobre las medidas específicas para las Pequeñas y Medianas Empresas, Pymes. Esta nueva ley establece un nuevo régimen Pro Pymes, ampliando el rango para ser considerado en este estrato, llegando ahora a considerar a empresas con ventas de hasta 75 mil UF por año. Este nuevo régimen, adicionalmente incluye una integración total entre los impuestos de la sociedad y los del socio, llegando incluso, a eximir de pago de impuestos a la sociedad para traspasar íntegramente esta obligación al o los socios.
Adicionalmente, las PYMES pagarán solo un impuesto del 25%, a diferencia del resto, cuya tasa queda en 27%, sobre retiro efectivo, equiparando las condiciones con las grandes empresas, lo que se ve como una mejora para los pequeños y medianos empresarios.
Por otro lado, se configura un nuevo régimen, denominado Transparencia, que simplifica la relación de las Pymes con sus obligaciones tributarias, liberándolas de algunas llamadas obligaciones accesorias, tales como llevar contabilidad, realizar inventarios, balances, entre otras, lo que, sin duda, aliviará la carga administrativa de estas empresas y de esta forma poder centrarse en su operación. Este nuevo régimen, asimilable al actual 14 TER, también incluye propuestas de declaración e incentivos a utilizar las plataformas electrónicas que el Servicio de Impuestos Internos ha diseñado para estos efectos, lo que se percibe como una mejora y simplificación de las tareas tributarias.
Finalmente, a pesar de estas buenas noticias para las Pequeña y Medianas Empresas, hay que ser cautelosos y esperar como esta nueva norma se aplicará en la práctica: como será entendida por los Fiscalizadores del SII y cómo será asimilada por los contadores, quienes son los que hoy soportan, en la mayoría de los casos esta dimensión procedimental. En suma, hay que esperar que la aplicación de esta sea realmente beneficiosa para las Pymes, de acuerdo al espíritu de la ley.
José Navarrete, director de Ingeniería en Administración de Empresas de la U. Andrés Bello