El Presidente estadounidense, Barack Obama, defendió ayer el acuerdo con Irán como acorde a la máxima prioridad de EE.UU. de impedir que Teherán acceda a una bomba nuclear, pese a las críticas de legisladores en Washington y de Israel, aliado clave del país norteamericano.
Obama urgió al Congreso a no echar por tierra el acuerdo, que aseguró debe ser juzgado en base a "hechos, en lugar de desinformación". "Si no elegimos inteligentemente, creo que futuras generaciones nos juzgarán duramente por dejar esfumarse esta chance", señaló.
El Jefe de Estado dijo esperar "un robusto debate en el Congreso". Su equipo está en contacto con republicanos y demócratas, y con informes extensos buscarán que todas las partes puedan examinar minuciosamente el acuerdo con Teherán.
"Los detalles de estos acuerdos son muy importantes", sostuvo. Pero los involucrados no pueden perder de vista el "cuadro general", ya que EE.UU. se encuentra ahora, luego de su disputa de años con Irán, ante una "decisión fundamental".
El Congreso tiene 60 días para aprobar el acuerdo y Obama podría vetar un rechazo. Pero los republicanos, que tienen mayoría en ambas cámaras, podrían invalidar el veto con el apoyo de demócratas escépticos para construir una mayoría de dos tercios.
Obama afirmó que, sin el acuerdo nuclear con Irán, amenazan más guerras y conflictos en Cercano Oriente. "También con este acuerdo tendremos diferencias básicas con Irán", explicó, y se refirió entre otros, a violaciones a los derechos humanos.
Obama consideró que los temores israelíes de un ataque militar por parte de Irán son justificados. "Creo que los israelíes tienen muy buenos motivos para estar nerviosos", dijo.
El Mandatario afirmó que Irán es un país con una importante fuerza militar que se manifestó contra el derecho a la existencia de Israel, negó el Holocausto y financió a Hizbollah. Además, Irán tiene sus misiles apuntando a Tel Aviv. "Israel tiene preocupaciones justificadas sobre su seguridad", dijo Obama.
Previamente, en una entrevista a The New York Times, Obama defendió el acuerdo y afirmó que el éxito debe medirse en base al objetivo de impedir al menos durante diez años que Teherán fabrique una bomba atómica.
"No me juzguen en base a si este acuerdo transforma Irán, termina con su comportamiento agresivo hacia algunos de sus vecinos árabes o lleva a una distensión entre sunitas y chiitas. Júzguenme en base a una cosa: ¿sirve este acuerdo para evitar que Irán tenga un arma nuclear en los próximos diez años?", señaló.
"No estamos considerando el acuerdo en base a si puede cambiar el régimen dentro de Irán", subrayó el Presidente. O "si estamos resolviendo todo problema que tenga su origen en Irán, ni si estamos eliminando todas sus actividades dañinas en el mundo".
Surgen dudas en irán
Al día siguiente de alcanzarse el histórico acuerdo, empezaron a aflorar en Irán las dudas sobre el contenido del documento, que, al menos tácitamente, recibió el apoyo del líder supremo del país, Alí Jameneí.
El más crítico fue el director del diario extremista "Keihan", Hoseín Shariatmadarí, muy próximo al líder y quien, sin atacar directamente el pacto, alertó sobre "las serias diferencias" entre la interpretación que hace Obama del acuerdo y la que hace Irán.
EE.UU. distribuyó ayer al resto de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU el borrador de la resolución con la que se espera ratificar el acuerdo con Irán. Según fuentes diplomáticas citadas por EFE, el texto fue presentado en un encuentro a puerta cerrada del máximo órgano de decisión de las Naciones Unidas y, a priori, podría someterse a votación a principios de la próxima semana. El proyecto de resolución fue redactado por EE.UU. en nombre del Grupo 5+1 y de la Unión Europea, y cuenta con el visto bueno de todos los miembros con capacidad de veto.
60
días tiene el Congreso de EE.UU. para aprobar el acuerdo sellado entre Irán y las potencias internacionales.
1980
EE.UU. e Irán rompieron sus relaciones diplomáticas. Obama desestimó la posibilidad de restablecerlas.