Esta semana se conmemora el Día del Estudiante y desde Explora Atacama -perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y ejecutado por la Universidad de Atacama a través de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado- queremos destacar el rol fundamental que juegan las y los estudiantes en la sociedad. Cada niño, niña y adolescente tiene mucho que decir respecto del futuro de la región y el país, un futuro que, por cierto, comienza hoy.

Nuestros estudiantes son agentes de cambio capaces de influir, modificar y determinar las dinámicas que se desarrollan en el diario vivir. Comparten espacios comunes como la escuela, allí establecen relaciones y se ejerce el derecho a la educación, que es precisamente el objetivo de esta conmemoración, que se realiza desde 1992, para reflexionar en torno a los derechos de la infancia que garanticen el acceso equitativo a la educación sin exclusiones, lo cual se reconoce a nivel internacional.

En este sentido, el desarrollo del conocimiento a través de las ciencias es esencial en los procesos de enseñanza y aprendizaje ya que les permite a nuestros estudiantes comprender y reflexionar sobre el mundo que los rodea, buscar respuestas e interactuar con otros, contribuyendo en el desarrollo integral de las nuevas generaciones.

Nuestra visión como proyecto apunta a que los niños, niñas y adolescentes sean protagonistas de su aprendizaje, indagando a partir de su propia cultura y conocimiento previo, desde sus propias dudas e inquietudes, involucrándose activamente en la búsqueda de respuestas, generando nuevos conocimientos a partir de relaciones significativas, para así fomentar la curiosidad y el pensamiento crítico reflexivo basado en evidencia que les permita plantearse interrogantes respecto del futuro de la humanidad y cómo vamos a resolver aspectos tan relevantes como la crisis climática, calentamiento global, la contaminación, entre otros temas.

"La educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor", Gabriela Mistral.

Un estudio al menos a la vista completo y trascendente para el manejo de las costas de Atacama, es el que realizó un equipo interdisciplinario del Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS) y del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile, que mostró la "salud" de los océanos de la zona y a nivel nacional. En detalle, la región está bajo la media nacional, pero lo más importante es que hay un desglose por comuna donde la destrucción del hábitat impacta a las comunas de Caldera, Chañaral y Freirina, mientras que el calentamiento global sería lo más complejo en Copiapó y Huasco.

Hay explicaciones en torno a lo que ocurre en cada zona y los resultados no dejan de ser preocupantes especialmente en el caso de Chañaral, tierra de nadie en muchas ocasiones y ahora "mar de nadie", dado que está contando con un deterioro en sus costas que no se detiene. La destrucción del hábitat estaría asociado a factores como la reducción de las algas, problema de nunca acabar dada la alta rentabilidad que genera para unos pocos el extraer de forma ilegal estos organismos.

Es grave lo que está pasando en la costa chañaralina. La deforestación marina trae consecuencias para los ecosistemas y por ende a animales marinos y a los mismos seres humanos. Las incautaciones suman toneladas al año, pero eso no es suficiente dado que es imposible realizar una fiscalización a territorios tan vastos con un reducido personal de las instituciones como la Armada y la ausencia de un mapeo adecuado de la zona norte.

Nadie gana en esto. Unos pocos reciben ganancias por un daño enorme y, más encima, las algas son enviadas al extranjero para hacer productos cosméticos que llegan a un alto valor al país.

Se debe tomar conciencia en que estamos ante un problema muy grave para todos.