Ayer, durante el inicio del año académico de la Universidad Santo Tomás sede Copiapó, el contralor regional, Eduardo Veliz, iba a dictar una charla magistral sobre probidad y ética. Sin embargo, al principio de su exposición quedó claro que no iba a ser lo esperado. "Si alguien vino aquí esperando una charla sobre la ética esperando tener las visiones de Aristóteles o Platón, lamento decepcionarlo, porque voy a hablar desde la realidad, desde mi perspectiva", partió diciendo Véliz.
Luego de eso, cambió el tono para para recordar a su suegro y a su padre, citando un tango de Gardel, Cambalache, y explicar que el pesimismo de esa lírica, de casi 100 años de antigüedad, seguía sosteniendo peso en la sociedad actual. También citó a Sinatra, con My Way.
"Ese tango fue escrito en el 36, y de ese entonces al año 2024, nos damos cuenta que no hemos avanzado mucho. Seguimos con la misma problemática. Seguimos con los mismos vicios, errores. Como humanidad hemos avanzado mucho en aspectos tecnológicos, pero en el aspecto valórico hemos ido quedando al debe. Y eso nos afecta como sociedad", aseguró el contralor regional.
"Muchas veces vemos la ética desde el punto netamente normativo. Adecuados a las normas y a las reglas. Pero eso es una visión de la ética netamente normativa, prácticamente punitiva del castigo, pero ¿dónde está la ética valórica? Esos valores que vienen de la familia, que vienen de la religión, que vienen de la institución donde nos formamos. Esos son importantes, son los valores que se traspasan de padres a hijos", agregó, para luego entrar en una historia donde relató como él, un declarado colocolino, acompañó a su hijo, cruzado, al hotel para que viera a los jugadores y luego al estadio. "Esos ratos de conversación, de compartir opiniones con mi hijo, son impagables", dijo.
Además, hizo un llamado a los estudiantes presentes a ser personas íntegras y moralmente consistentes, dado que "los títulos, estos ropajes, pasan. Dejaré de ser contralor y pasaré a ser un abogado más, luego me retiraré y seré un ciudadano más, pero nunca dejaré de ser Eduardo Veliz Guajardo. Ese nombre, esa identidad y ese valor que da es inmutable".
Sobre las instituciones, el contralor aseguró que es rol de quienes están en cargos públicos el asegurar un mejor futuro para las próximas generaciones. "Las instituciones no fallan porque las leyes sean malas. Las instituciones no fallan porque falta de un acuerdo político. Las instituciones no van a mejorar con una nueva Constitución. No va a llover en el desierto por una nueva Constitución y los pajaritos van a ser felices. Las instituciones van a funcionar cuando quienes trabajamos en ellas hagamos nuestro trabajo eficazmente, con responsabilidad, consecuencia y honestidad", afirmó.