Para este mes, mi idea era escribir sobre las mujeres y el trabajo en Atacama, y las herramientas que nuestro Servicio ofrece para reforzar las autonomías económicas de las usuarias. Sin embargo, hace unos días se publicaron los datos de una nueva versión de la "Encuesta de Percepción Mujer y Consumo" del SERNAC, en donde se establece que, a nivel nacional, más de un 59% de las mujeres se ha sentido discriminadas por razones de género, al momento de comprar o adquirir algún servicio.

Muchas veces pensamos que la violencia puede ser un ataque físico o verbal, pero la violencia también se puede dar de forma implícita y es igual de dañina. ¿Cuántas veces nos hemos sentido mal al ir a la ferretería? ¿Cuántas veces nos han cuestionado cuando hemos ido al mecánico? En dicho estudio las mujeres encuestadas indicaron que la discriminación provenía mayoritariamente de los mercados automotriz, financiero, ferretería o tecnológico, donde los dependientes les atienden suponiendo que no saben nada.

Este fenómeno, conocido como "mansplaining", lamentablemente es una tónica frecuente en Atacama, una región con trabajos altamente masculinizados, en donde las mujeres y sus diversidades han debido luchar arduamente por su adecuada inserción, derribando mitos y acortando brechas de género. A pesar de los avances, estas cifras nos demuestran que, para erradicar este tipo de discriminación, se necesita un trabajo mancomunado entre todas y todos.

Desde el SernamEG Atacama, el nuevo Programa de Prevención de las Violencias de Género busca contribuir a sensibilizar y visibilizar este fenómeno al interior de comunidades y organizaciones públicas y/o privadas, para así realizar un mapeo conjunto que pueda entregar una respuesta a dichas problemáticas a través de capacitaciones, talleres y otras instancias formativas.

No olvidemos que la discriminación hacia la mujer o por orientación sexual, es una forma de violencia de género que atenta contra la dignidad de dichas personas; es tarea de todas y todos erradicar esta problemática, para que, como reza nuestra campaña #LleguemosACero.

Si necesitas más información acerca del Programa de Prevención de las Violencias de Género, puedes acercarte a las Municipalidades de Copiapó, Caldera, Vallenar y Huasco, comunas donde se ejecuta la iniciativa, o bien, entrar a la página web www.sernameg.gob.cl

En Santiago el anuncio de un show de "sexo en vivo", seguramente no causaría tanto revuelo dada la normalización de un evento de este tipo. Sin embargo, en Copiapó puede que sea distinto dado que estamos en una comuna con tradiciones más arraigadas y religiosas, o moralistas si se quiere decir.

No olvidemos que hace unos años el por entonces obispo de Copiapó, Celestino Aós, calificó como una falta de respeto que la Iglesia de La Candelaria sea una "pokeparada" a propósito del boom del juego Pokemon Go.

Pero ahora más bien desde parte de su entorno los cuestionamientos apuntan a otro sentido, como es la falta de conocimiento y posibles molestias en torno al evento.

La actividad sería en la Alameda de la capital regional sin que se haya dado mayor información, lo que ahonda la incertidumbre de los vecinos que hace años reclaman por los ruidos y otras molestias producto de que es una zona "de carrete".

En el sector pareciera que no hay una interacción adecuada ante estas actividades y eso es responsabilidad directa de quienes organizan eventos o están encargados de locales nocturnos. Si bien es necesario que Copiapó tenga bohemia y cuente con shows, eso no se puede confundir con la falta de interacción con que los días previos se converse con las comunidades.

A empresas se les exige mucho integrar a sus entornos, lo que no pasa en este caso y, por ello, el municipio debe exigirles más, como también los organizadores saber que sus eventos causan repercusiones, por ende deben acercarse por mutuo propio a las juntas de vecinos.

No dar la ubicación y esconder el evento es un error y no está a la altura de lo que se requiere en esta relación de las actividades nocturnas con la ciudad.