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E l lunes, 22 profesionales de la salud recibieron la bienvenida oficial tras comenzar sus funciones en la Red Asistencial de Atacama, especialmente en Atención Primaria y Hospitales Comunitarios.
El despliegue ha sido descentralizado con siete en Copiapó, tres en Vallenar, tres en Huasco, uno en Chañaral, cinco en Diego de Almagro, dos en Freirina y uno en Caldera, proceso en que se ideó como un incentivo la opción de obtener una beca luego de tres años de ser parte del programa.
La idea no es nueva, pero siempre es buena analizarla en un contexto de ciudad. En este sentido, se podría decir que debe ser un complemento y no lo principal para atraer profesionales, los cuáles buscan especializarse pero como todo ser humano buscarán cumplir sus necesidades en otras dimensiones.
Las ciudades deben ser las principales propulsoras de estadía en Atacama y que las becas sean un incentivo extra, lo que no se está cumpliendo dadas las enormes brechas que siguen existiendo respecto a grandes urbes, especialmente cuando hablamos de comunas más pequeñas.
Hace diez años el estudio llamado Índice de Calidad deVida Urbana (ICVU) 2013, elaborado por el Núcleo de Estudios Metropolitanos del Instituto de Estudios
Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en conjunto con la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), reveló que Copiapó crecía respecto a otras comunas. Hoy podríamos decir que la capital regional sigue llevando los mejores estándares que por ejemplo Vallenar.
La descentralización y el desarrollo de las zonas alejadas del centro nacional no está avanzando y eso es muy preocupante, porque además se visualiza el estancamiento en otros ámbitos como el empleo, el desarrollo económico y la conectividad, esto último al menos en Copiapó.
Estamos recibiendo no solamente profesionales de la salud, sino que otras personas que vienen a trabajar, pero el progreso de las ciudades no sigue a la par y eso afecta no solamente a quienes llegan sino que a los mismos copiapinos y a quiénes ya viven hace años en la ciudad. La ola migratoria que parece bajar pero sigue siendo incesante, agudiza el problema y nos coloca en una realidad que puede ser muy compleja.