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Política del litio, algo falta
La Asociación de Proveedores Industriales de la Minería, APRIMIN, celebra la decisión de llevar adelante una mayor producción de litio en el país.
Sin embargo, el hecho de reservar el control mayoritario del Estado de esta explotación minera en asociación con el sector privado, nos lleva a tener una legítima duda que esta forma de diseñar la política nacional del litio pueda realmente transformarse en nuevas inversiones que hagan realidad estos proyectos y la producción. En efecto, por una parte, el mineral in situ que pertenece al Estado, no tiene suficiente valor para justificar que el Estado tenga la propiedad del 51% de una nueva empresa productora, considerando los enormes capitales que se requieren para este tipo de proyectos, salvo que el Estado también aporte parte importante de esas inversiones lo que, por tener el país insuficientes recursos y preferente destino de sus dineros a los urgentes planes sociales, nos parece una quimera. Este anuncio del gobierno, largamente esperado, ojalá sea complementado por el anuncio de algún modelo de negocios que pueda ser atractivo para que efectivamente se lleven adelante estos grandes proyectos, en beneficio del empleo, los planes sociales, el encadenamiento productivo y, en resumen, mayor bienestar para nuestra gente.
Philippe Hemmerdinger, presidente y Sergio Hernández, director ejecutivo de APRIMIN
Estrategia Nacional del Litio: una definición necesaria
El litio se ha transformado en un recurso vital para la economía actual y del futuro próximo, dado su uso en baterías y otros componentes electrónicos. Por tanto, los países productores de este recurso tienen una tremenda oportunidad de desarrollo, en una industria aún incipiente, pero de gran potencial mundial.
En este contexto, se ha dado a conocer una Estrategia Nacional del Litio, una suerte de hoja de ruta y postura respecto a la producción de este recurso a nivel nacional. Según la RAE, una estrategia corresponde a una serie de acciones, muy meditadas, para el logro de un objetivo. En función de esto, y dada la importancia que este recurso tiene para nuestro país y su relevancia mundial, la definición de esta estrategia era necesaria y vital.
Según las estimaciones, la demanda por Litio al 2030 será de aproximadamente 2,1 millones de toneladas, incrementada, entre otras cosas, por el mercado automotriz, que prevé que, a esa fecha, la producción de automóviles eléctricos superará a los tradicionales, habiendo marcas que estiman solo producir eléctricos en el futuro cercano.
Actualmente, Chile es el segundo país productor de Litio a nivel mundial, con aproximadamente 40 mil toneladas. El pilar de la estrategia está en la participación del Estado en toda la producción del mineral, de tal manera que, si un privado requiere explotarlo, necesariamente se tendrá que asociarse con el estado para estos fines. De esta manera, se tendrá un modelo empresarial mixto, vale decir, el estado participará en todas las empresas relacionadas con la industria del litio. También se indica que, para proyectos considerados "estratégicos", la participación del Estado debe ser mayoritaria. En este contexto, se creará la Empresa Nacional del Litio, una similar a Codelco.
Desde mi punto de vista, la definición de una estrategia es valorable desde todo punto de vista, puesto que permitirá coordinar actividades e iniciativas en torno a la industria, generar economías de escala y finalmente, ser más competitivos a nivel mundial. Sin embargo, veo con cierta preocupación el hecho de relegar a un segundo plano las iniciativas privadas, puesto que el Estado no se caracteriza por ser un buen gestor en actividades empresariales. Prueba de ello, es que Codelco, utiliza 3 veces más personal que una minera privada para generar una producción de cobre equivalente. En ese sentido, la nueva Empresa Nacional del Litio, debería ser competitiva, al igual que las empresas mundiales, sobre todo por el hecho que, en Australia, mayor productor de litio a nivel mundial, la explotación es privada y no pública.
Finalmente, también haría falta definir la participación en los eslabones siguientes de la cadena del litio, vale decir, no solo quedarnos con la explotación del mineral, sino que también participar en la producción de baterías, por ejemplo. Es decir, no solo vender materia prima, sino que producir productos con mayor valor agregado, tal y como lo hacen los países desarrollados.
José Navarrete, director Magíster en Tributación Universidad Andrés Bello
Los privados en la protección del patrimonio ambiental
La conmemoración del Día de la Tierra nos invita a pensar qué acciones estamos realizando en pos de proteger nuestro ecosistema. El cambio climático y la crisis medioambiental son realidades que ya son parte de nuestro día a día y donde definitivamente estamos en deuda, pues no hemos sido capaces de tomar medidas profundas para detener su avance, dado que muchos aún no actúan, ya que esto les significa salir de su zona de confort.
En nuestro país los resultados que se han logrado desde la conservación privada están jugando un importante rol en poder compatibilizar al ser humano con el resguardo de la naturaleza y la protección del suelo agrícola. Gracias a este modelo Chile ha alcanzado más de un 1 millón de hectáreas protegidas, cifras que prontamente serán actualizadas y se anticipan bastante más elevadas.
En este sentido, los modelos que han demostrado ser eficientes y eficaces para democratizar la conservación necesitan ser puestos en valor, como por ejemplo los parques rurales de conservación, donde la protección del patrimonio ambiental evoluciona del concepto tradicional de propiedad e invita a los privados (dueños de más del 70% del bosque nativo chileno) a ser actores relevantes en la protección del patrimonio ambiental.
Diego Varela, Fundador de Biósfera Austral