Banco Mundial prevé mayor crecimiento para Latinoamérica
ECONOMÍA. Mejora pronóstico 2023.
El Banco Mundial aumentó ligeramente sus perspectivas de crecimiento para Latinoamérica y el Caribe para 2023, y aseguró que la región crecerá un 1,4%, según su nuevo informe de perspectivas regionales, publicado ayer. En 2024 y 2025, el crecimiento se mantendrá en el 2,4%.
La cifra para este año es una décima superior que la incluida en su anterior informe de enero, pero sigue estando "por debajo de lo esperado".
Esto se debe, principalmente, a los efectos de las subidas de tasas de interés de los bancos centrales para luchar contra la inflación y a la bajada de precios de las materias primas, explicó el economista jefe del Banco Mundial para Latinoamérica y el Caribe, William Maloney.
Sin embargo, el crecimiento de los próximos años será demasiado bajo como para traer una reducción significativa de la pobreza, ahondó el experto a Efe.
Además, la integración de la región en la economía global continúa siendo muy baja. "América Latina, por lo general, comercia menos de lo que debería, teniendo en cuenta la proximidad a sus socios y sus tratados de libre comercio. Deberíamos estar exportando mucho más", dijo Maloney.
A esto se le suma una progresiva reducción de las inversiones extranjeras en la región.
Maloney dijo que "Chile está enfrentando un año difícil, estamos esperando una caída de -0,7% en el PIB y luego rebotará a 2,1% el próximo año. Esto es principalmente por una combinación de una política monetaria restrictiva y la caída de los precios de los commodities".
"Chile está tratando de hacer un reforma constitucional ambiciosa, pero tenemos fe de que es un país competente con gran experiencia y que resolverán esto con el tiempo", agregó.
Para 2024, la entidad prevé un crecimiento de 2,1%, contra el 2,3% que calculó antes.
Oportunidades verdes
La institución considera que existen dos grandes oportunidades para la integración económica: la deslocalización cercana de empresas (o "nearshoring") y la producción de energía verde.
Maloney avanzó que el Banco Mundial se trabaja junto a algunos países latinoamericanos para impulsar el comercio de hidrógeno verde. Panamá y Chile ya han avisado su intención de convertirse en importantes actores internacionales.
Sin embargo, estas ambiciones requieren también un ajuste a los estándares del resto de economías, como la trazabilidad -poder verificar el origen y la cadena de producción-, necesaria para vender combustible verde en los mercados europeos.