Bendición entrega fe a enfermos y sus familiares en la Fiesta de la Candelaria
RELIGIÓN. Varios creyentes asistieron al quinto día de la novena para pedir la bendición y unción.
Personas de todas las edades vinieron al hito de la bendición de enfermos, parte de la Fiesta de la Candelaria. Francisca Araya tiene 68 años y es una de ellas. Cuenta que se operó ayer de la vista y que todo salió bien. "Por eso y porque tengo fe todos los años vengo a la virgen. Es muy bonito estar acá.", comenta. La fiesta le anima en su confianza en Dios y la fiesta le conmueve: "me da emoción, por el amor tan grande y porque tengo a Dios y yo sé que él me tiene acá". Cree que su estado de salud se mantiene bien gracias a Dios: "Soy diabética desde hace muchos años, pero igual me he mantenido, no ha estado más grave y nunca he ido al hospital porque tengo fe".
La creyente Marisol (42) explica que para ella "significa mucho porque tengo familiares enfermos, tengo mi esposo enfermo, mi hija enferma y mi papá que le acaba picar una araña, así es algo significativo que ella me las sana, me las tenga en su fe y me las puede salvar". Asistio al hito porque la bendición le entrega "mucha humildad, mucho carisma, paz y amor", comenta.
La bendición y unción de los enfermos es uno de los hitos más importantes de la Fiesta de la Candelaria y se desarrolla el quinto de los nueve días de novena. La misa empieza con la procesión de la figura de la Virgen de la Candelaria. Diego Cruz, 20 años, es uno de los que llevan la figura sobre sus hombros. Desde hace seis años la gratitud le motiva a hacer ese servicio: "Le pedí a la virgen que protegiera a mi padre, que es minero. Sufrió una amputación de dedo y de la pierna. Le dije a la virgen si le ayudaba a mi papá, yo le iba a cargar hasta que mi cuerpo me dijera basta", comenta. Está convencido que la virgen puede ayudar, sobre todo a los adultos mayores: "que tengan la protección de Dios y de la Virgen, que es la madre del Señor, para que combatan esa enfermedad no solos sino que junto a ella, porque ella es la madre. Cada uno tenemos que poner el 50 por ciento y ella pone el 50. Yo pongo de mi parte y ella lo pone también". Para él los días de la Fiesta de la Candelaria son algo especial: "cuando apenas empiezan las novenas yo me desconecto de todo lo exterior, televisión, noticias y me enfoco aquí y en ella".
La unción de los enfermos tiene por objeto dar la gracia a las personas enfermas o ancianas para fortalecerlas, reconfortarlas y prepararlas para el encuentro con Dios. Es uno de los siete sacramentos de la iglesia católica que acompañan a los creyentes a lo largo de su vida.
Giontina Acevedo, 63 años, cuenta que para ella este sacramento es muy importante: "esto es un sacramento que está destinado a las personas que se encuentran enfermas, no solo del cuerpo, sino que a veces también dolores internos, de pena, de angustia. Entonces es un sacramento que nos da alivió, nos da esperanza, confianza en el señor".