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De Maradona en 1986 a Messi en 2022

LEYENDAS. En Qatar se terminó de construir la figura divina del actual capitán argentino, quedando al nivel del '10' que brilló con la Albiceleste en México.
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Efe

Pasaron 36 años desde la última vez que Argentina dominó el Mundial, en México 1986, liderada por un futbolista único, para la eternidad, como Diego Armando Maradona, con el 10 en la espalda tal como Lionel Messi, igual de determinante y con espíritu de líder, como quedó demostrado en Qatar 2022 con sus siete goles y tres asistencias en siete encuentros, similar a los cinco tantos, incluido "el gol del siglo", y cinco habilitaciones de su predecesor.

Messi, con un gol por partido de promedio en este Mundial por el 0,71 de Maradona entonces, no había nacido aún cuando él, a sus 25 años, marcaba la historia en México 1986, cuando capitaneaba al último equipo que había llevado a la cima a la Albiceleste, cuando sus actuaciones y sus goles memorables traspasaron los límites imaginables, como aquel maravilloso tanto para siempre, el mejor de todos los tiempos, por cómo regateó, condujo y desbordó rivales frente a Inglaterra en los cuartos de final (2-1).

Tan líder como lo es ahora Messi en Qatar 2022, con la responsabilidad y la presión que asume con la naturalidad de un súper clase como él, cuya dimensión es enorme en el campo, como fue la de Maradona, dentro de los 1,70 centímetros de altura del jugador surgido en Rosario por los 1,67 de la leyenda nacida en Lanús; los dos zurdos, aunque su destreza con cualquiera de los dos pies es formidable.

Los números

Los números describen la absoluta trascendencia de Maradona en todo lo que alcanzó entonces Argentina. Sin él, nada habría sido posible. Ni siquiera en la fase de grupos, cuando, aparte de los tres pases de gol que dio a Jorge Valdano (2) y Óscar Ruggeri en el 3-1 a Corea del Sur u otro que entregó a Jorge Burruchaga en el 2-0 a Bulgaria, anotó el tanto del 1-1 frente a Italia con el que niveló el 0-1 de Alessandro Altobelli en la segunda jornada del grupo A para ser primera. De haber perdido, habría sido segunda. Imprescindible.

Como lo fue Messi para Argentina en la fase de grupos de Qatar 2022. Anotó en la primera cita contra Arabia Saudita desde el punto penal, aunque fue insuficiente, y la reacción trasandina giró en torno a él, con el gol más clave de todos, cuando la presión y el miedo presionaban al equipo, cuando el 0-0 contra México, ya rebasada la hora de juego, era un peso insoportable.

Cuando surgió, combinó y conectó un zurdazo ganador al borde del área que liberó a Argentina, la activó dentro de su grupo y, realmente, visto el desenlace del cuarteto, la clasificó. Sin esa victoria, la Albiceleste habría bordeado la eliminación. Después, también dio el 2-0 a Enzo Fernández.

Pero, sobre todo, los dos han ido mucho más allá en las siguiente fases, cuando el margen de error no existe. Maradona marcó cuatro goles y dio otro entre los octavos y la final; Messi batió cinco veces la portería contraria (tres de penal) y dio dos asistencias.

México 1986. Cuartos de final. Estadio Azteca. Superados los octavos de final, con un triunfo por 1-0 sobre Uruguay, la siguiente ronda expuso a Argentina, que ganó al ritmo de Maradona, de la "Mano de Dios" y del golazo más grande de la historia de los Mundiales. Los dos tantos para alcanzar las semifinales son suyos. Igual que lo serían los dos, también, para ir a la final.

Porque en las semifinales, ante Bélgica, Maradona acaparó de nuevo los dos goles, en los minutos 52 y 63, para proponer a Argentina ante el último paso. Lo dio el 29 de junio de 1986 en el mismo estadio Azteca donde había asombrado aún más al mundo en cuartos. Argentina venció por 2-0, Alemania empató 2-2 y el astro dio el pase que inicia la carrera de Jorge Burruchaga hacia la cima, cuando cruza la pelota ante Harald Schumacher. El 3-2.

Maradona participó en diez de los 14 goles de Argentina en México 1986 (el 71%) para transformarse en un hombre indispensable en cinco de los siete partidos del equipo a lo largo del Mundial, bien como pasador o como goleador, porque una acción suya abrió el marcador, monopolizó los tantos o decidió el resultado, mientras que Messi lo hizo en diez de quince (67%), pero con la misma condición determinante de su predecesor en la fase final, con un gol en cada uno de los compromisos.

Marcó el gol que abrió el triunfo por 2-1 contra Australia en los octavos; dio el 1-0 a Nahuel Molina y logró el 2-0 de una pena máxima en el 2-2 contra Países Bajos en los cuartos; firmó el 1-0, también desde los once, y dio el 3-0 a Julián Álvarez en las semifinales ante Croacia; y en la final se anotó con dos goles para dar vida a la Albiceleste.

Regates, pases y duelos

En la comparación global del Maradona de México 1986 y del Messi de Qatar 2022, la cifra de tiros al arco es favorable a Messi (18 frente a 13), mientras que en varios de los apartados ofensivos o de distribución gana Maradona, con especial incidencia en regates (90 frente a 27 de Messi) y en los que resolvió con éxito (53 contra 15).

Messi completó más pases en Qatar (348) que Maradona en México 1986 (262), pero el astro de la década de los 80 y 90 dio más envíos clave: 27 frente a 21. También Maradona ganó más duelos (200) que Messi (108).

Igualmente, en aquel contexto, diferente al actual, Maradona recibió el doble de faltas que Messi (53 frente a 22), aunque cometieron las mismas a lo largo del torneo (diez).

Qatar 2022 fue el quinto Mundial de Messi, tras Alemania 2006 (eliminado en cuartos); Sudáfrica 2010 (también hasta cuartos); Brasil 2014 (subcampeón) y Rusia 2018 (cayó en octavos por 4-3 ante Francia).

Para Maradona, México 86 era su segundo Mundial después de España 82. Fue titular y jugó todos los minutos. Él fue la diferencia en el conjunto que dirigía desde la banca Carlos Bilardo como lo fue ahora Messi, que también jugó cada minuto.

25 años tenía Maradona cuando lideró a la Albiceleste en México 1986. Messi lo hizo con 35 años en Qatar.

10 participaciones directas en los goles tuvo cada uno en su torneo consagratorio. La "Pulga" anotó siete y su predecesor cinco.

El Mundial de Qatar en diez frases: "¡Qué mirás, bobo!"

RECUERDOS. La cita estuvo marcada por curiosos dichos de sus protagonistas.
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En diez frases se puede desmenuzar casi un mes de competencia, que condensan las reivindicaciones, polémicas y explosiones de júbilo que se vivieron en Qatar 2022.

"Hoy me siento qatarí, árabe, africano, gay, discapacitado, trabajador, inmigrante", dijo Gianni Infantino, presidente de la FIFA, el 19 de noviembre, en medio de la polémica cuando explotaban las críticas por haber concedido al país asiático la organización del torneo, señalando "la hipocresía" de Europa por respaldar una organización que prohibía manifestaciones de disgusto contra la censura a ciertas manifestaciones.

En el partido entre Argentina y Arabia Saudita ocurrió lo imposible, el equipo de Scaloni llevaba una racha invicta de 36 partidos, a un partido de igualar el récord histórico de Italia, pero los asiáticos sabotearon el registro.

El entrenador Hervé Renard, de Arabia Saudita, aseguró que "se alinearon todos los astros" después de ganarle en una histórica remontada que sólo duró cinco minutos.

El DT de Canadá, John Herdman, cometió ante las cámaras uno de los excesos verbales del torneo luego de perder contra Bélgica a pesar de mostrar un gran nivel: "Les dije a los jugadores que pertenecen a este torneo y que vamos a jodernos a Croacia, así de simple y sencillo. Hemos demostrado que merecemos estar aquí".

Ni siquiera cumplió su palabra. Los balcánicos golearon por 4-1 y los norteamericanos quedaron eliminados.

"¿Presión? Presión es pensar qué comer al día siguiente", fue otra de las frases que marcaron el Mundial, luego de que Ghana perdiera contra Portugal y el entrenador de los africanos, Otto Ado, se enfrentaba a una eliminación prematura.

Diego Alonso, estratega de Uruguay, también protagonizó uno de los dichos polémicos: "Nos eliminó el penal con Portugal, que la FIFA dice que no fue".

El técnico quiso defender el trabajo de sus jugadores tras quedar fuera de octavos de final y criticó el arbitraje".

Lionel Messi también fue uno de los que se robó las miradas fuera de la cancha, en especial cuando, tras ganarle a Países Bajos en una definición caliente, encaró a un rival en plena entrevista en zona mixta.

"¡Qué mirás, bobo! Andá pa' allá, bobo", le dijo el astro argentino a Wout Weghorst.

"somos rocky balboa"

El entrenador de Marruecos, Walid Regragui, ante el éxito de su selección y luego de eliminar a Portugal aseguró que "somos los Rocky Balboa de este Mundial" y que "esto no es un milagro, es trabajo".

Tras ese mismo partido, Cristiano Ronaldo, que se retiró entre lágrimas, publicó en redes sociales que "el sueño fue bonito mientras duró", pues con 37 años es muy difícil que vuelva a disputar una Copa del Mundo.

"Ahora, esperemos que el tiempo sea un buen consejero y permita a cada uno sacar sus propias conclusiones", agregó el delantero que no quiso ahondar en su suplencia.

En la víspera de la final, Didier Deschamps, entrenador de Francia, fue consultado, al igual que en cada conferencia de prensa, por un posible regreso de Karim Benzema, al menos para presenciar el compromiso.

"Yo no me ocupo de las invitaciones de los lesionados o de los antiguos jugadores", fue la respuesta del DT, que se desligó de la decisión de una petición que incluso había expresado el presidente del país, Emmanuel Macron.

La última frase célebre que dejó el Mundial fue de Messi, que en medio de la euforia por ganar el torneo aseguró que "no me retiro de la selección".

"Quiero continuar jugando para Argentina para honrar el título de campeón del mundo. Es el título que me faltaba y aquí está. Es una locura. Ha habido que esperar mucho", agregó el atacante del PSG que, a pesar de conseguir el único título que le faltaba, seguirá escribiendo su historia con la Albiceleste.