Cada día son más las calles y avenidas colapsadas de vehículos en distintas horas del día. El incremento automotriz, los arreglos en las vías y el crecimiento poblacional, así como los nuevos proyectos inmobiliarios, parecen añadir ingredientes a una problemática que es grave para sus habitantes.
Los permanentes retrasos en la conducción, estarían ocasionando una mala calidad de vida urbana, afectando la salud de las personas producto del estrés y el nerviosismo.
No es suficiente levantarse más temprano para salir de casa, ni tampoco que los establecimientos educacionales modifiquen el horario de ingreso de los estudiantes. Las soluciones deben partir por acciones más vanguardistas, acorde a una realidad intensa donde el parque automotriz aumenta, año a año, en medio de las mismas calles atochadas.
Según estudios, Israel es el país con mayor congestión vehicular en el mundo. Para atender a su problema se evalúa aplicar el uso de inteligencia artificial y algoritmos para regular el tránsito en las ciudades. ¿Cómo operaría esto? la empresa Intelligent Traffic Control (ITC) propone un programa que almacene datos en tiempo real mediante cámaras de vigilancia en las vías, para luego intervenir los semáforos según el flujo de circulación de los vehículos; esto permitiría reducir los tiempos de espera de los conductores y generar un desplazamiento más continúo en las principales calles.
En el caso de Copiapó, las decisiones deben ser descentralizadas, sumando al sector público y privado además del mundo académico. Se sugiere: elaborar un estudio completo de tráfico; indagar incentivos para el uso de alternativas en el transporte diario; restricción vehicular de lunes a viernes; buscar vías alternativas; mejorar el pavimento de calles; por nombrar algunos.
Si bien toda transformación ocasiona resistencia, avanzar en un plan piloto que incorpore distintas opciones puede significar dos cosas: reconocer el problema y hacerse cargo, y segundo, impulsar soluciones según el contexto en que se mueve la comuna, anticipándose a la llegada de marzo y su icónico dolor de cabeza con el regreso a clases.
Claudia Peñailillo Cronoro
Periodista y licenciada en comunicación social