Estamos viviendo una época donde las personas pueden captar fotos, videos y grabaciones de audio a través de dispositivos móviles, razón por lo cual cualquier hecho que salga de lo cotidiano queda susceptible de ser registrado y compartido a través de las redes sociales. Es justamente ese el contexto bajo el cual fueron compartidas al menos cuatro funas en una semana ¿El denominador común? daños a la floración del Desierto Florido.
En el curso de la última semana nadie se salvó, de hecho, el primer registro viralizado corresponde a una camioneta en la cual iba una pareja, siendo la copiloto ni más ni menos que una funcionaria del Gobierno Regional, el segundo video pertenece a un conocido dueño de un local nocturno de la capital regional y los dos restantes son de personas que menor figuración mediática.
La opinión pública juzgó a través de las redes sociales, pero fueron las autoridades regionales quienes tomaron cartas en el asunto y presentaron denuncias formales por daños ante la Brigada Investigadora Investigadora de Delitos Contra el Medioambiente y Patrimonio Cultural (Bidema) de la PDI.
Si bien las personas que protagonizaron los videos de mayor figuración pública reconocieron el error en entrevistas con este medio de comunicación, las sanciones a las cuales se encuentran expuestos todos los infractores no son precisamente las más ejemplificadoras.
El motivo, no existe una Ley que pueda castigar este tipo de situaciones, que de momento solo son vistas como faltas y solo se pueden establecer multas, cuya cuantía queda establecida en las ordenanzas que tenga cada municipio.
Si bien el día jueves el gobernador emplazó a los parlamentarios de Atacama a que propongan iniciativas que apunten a endurecer las medidas sancionatorias contra quienes dañen el Desierto Florido, la responsabilidad del cuidado nos compete a todos, a los concejos municipales para que sesionen y endurezcan las multas, a los mismos legisladores para que estudien propuestas de ley, a las autoridades de gobierno para que el Desierto Florido sea considerado patrimonio de la naturaleza y finalmente la misma ciudadanía, que debe seguir las indicaciones de las autoridades respecto a no transitar con vehículos motorizados sobre zonas de floración, pasar solo por los pasos autorizados y en el caso de testigos de un caso de daño medioambiental, no solo quedarse con la funa por redes sociales y denunciar por la vía forma.