Tiempo ha pasado en que las formas tomaron ventaja, especialmente en el ámbito público. Lo cierto, por ahora, es saber convivir con la idea de que las cosas que de ahí nazcan, posiblemente tengan mayor significado que lo propuesto generaciones anteriores. Hay una especie de buena voluntad para que estos cambios ocurran. Sin embargo, decir que ello no está completamente en condiciones, toca otro de los obstáculos que rememoran el espacio tradicional en el camino de las decisiones, la consideración de la experiencia como característica previa.
Digamos que, nadie está exento de tal observación, ni siquiera de los que ya hablan de sus bases históricas y que podrían exceder en la confianza, aunque ello no del todo de forma frecuente. Es el recorrido y vaivenes cuando la representación y el poder, tocan fibras menos comunes, sin entrar en el escenario de la incomodidad que ello trae por defecto. ¿Son solo dichos los que se entonan en este cálculo de la convivencia? ¿Podría tratarse de otra forma de seguir intentando corregir lo que históricamente es parte de las diferencias en relación al poder? ¿Sabemos lo suficiente para no caer en el mismo frenesí?
No nos incomoda el saber que la perfección no existe, pero sí la manera de tratar este concepto. De ello se deduce lo probable, que tome otro tono a través del tiempo. La incertidumbre asume un control cada vez que el error es condición plausible, pero no del todo decidor. Otro aspecto que conocemos como conocimientos de los riesgos, al contar con una expectativa mayor, y sin caer en fanatismo, por cierto.
La política, como instrumento de carrera social, se acerca a esas realidades que se presentan en conjunto, esperando que la respuesta a esas inquietantes referencias, tomen ventaja y el camino, en consecuencia, se torne mayormente aceptable. Es por ello que, las palabras en público y en versión de guía, hacen del accidentado rompecabezas una fuente legible.
¿Es esta la realidad que nos corresponde vivir? Probablemente. Pero, quizás esto no solo descansa con la idea de saber enfrentar de momento un traspié. Se espera, ante todo y para todos, ganar experiencia. Fomentando un cambio no únicamente de forma, especialmente de fondo.
Mauricio R. Gallardo
Relator, escritor y columnista