12 años | 1 de septiembre de 2010

Comienza el rescate: Máquina alcanzó los 12 metros

Alas 22:25 horas del lunes comenzaba el sueño: La máquina Strata 950, bajo el sistema "race borer", daba inicio a las labores de perforación para lograr el rescate de los 33 mineros que hoy cumplen 27 días atrapados en la mina San José. Alcanzó los 12 metros y para hoy o mañana se esperaba el arribo del "plan B".

11 años | 1 de septiembre de 2011

Crisis hídrica se agudiza: Se agotó zona de extracción

La zona de la cuenca que fue usada

hasta ahora para extraer agua para

consumo humano se secó. La empresa sanitaria Aguas Chañar perfora pozos en los sectores 3 y 5, para garantizar el suministro por 20 años. Por ahora, el déficit en Copiapó se mantendrá, debido a los trabajos que culminarán en septiembre

10 años | 1 de septiembre de 2012

Entre las 3 regiones con mayor alza poblacional

Un importante crecimiento población ha experimentado la región. Según las cifras preliminares del censo 2012 Atacama está en el tercer lugar a nivel nacional en el aumento poblacional a nivel país.

De acuerdo a la información entregada por el Instituto Nacional de Estadística hay 290.581 habitantes.

El agravio a la bandera chilena en Valparaíso, el atropello a ciclistas en Santiago y la agresión del diputado Gonzalo De La Carrera a su par, Alexis Sepúlveda, han concitado el interés en los últimos días de cara al Plebiscito. Lamentablemente son hechos que se escapan de la convivencia democrática y, que a la vez, han motivado el debate si estamos o no en un país polarizado por este proceso crucial que se resolverá este domingo. Parece una difícil respuesta porque este concepto es muy amplio. Si bien ciertos expertos la definen como dos posiciones extremas que no pueden llegar a un acercamiento y que esto se manifiesta a través de la violencia, otros plantean que puede haber una polarización escondida, que no hace chocar a extremos, pero sí está marcada por evitar la apertura al diálogo y, con ello, se termina por no encontrar consensos a nivel político y la sociedad civil.

¿Qué es lo que se vive en Chile entonces? Parece errado hablar de un proceso electoral violento. Estos hechos que han ocurrido son muy lamentables y reprochables, pero son aislados y no representan el sentido democrático de los chilenos, que en distintos procesos eleccionarios han tenido un comportamiento ejemplar.

Incluso en circunstancia que estamos en un momento mucho más crucial que otros, como puede ser una elección presidencial, el comportamiento en gran parte del territorio ha estado a la altura.

Sí se podría decir que las redes sociales, especialmente Twitter, se han transformado en el escenario constante para debatir de forma grotesca e insultar violentamente al otro. Basta mirar los distintos mensajes para darse cuenta que tras una pantalla se expulsa todo el odio y fanatismo, que en la calle no se manifiesta porque se trata de acciones muy reprochables y que tendrán una condena transversal.

Basta revisar las declaraciones de los adherentes del Apruebo (Pasando desde el alcalde PC, Daniel Jadue, hasta sectores más de centro) para condenar lo de Valparaíso y las declaraciones de representantes del Rechazo (desde el Partido Republicano hasta parte de la DC) para condenar la agresión que hizo De la Carrera, para darse cuenta que ya se aprendió que la violencia no es bienvenida.

Así quizás lo que hemos estado viendo más bien son asuntos propios de una coyuntura y que tienden a ser inevitables entre millones de acciones democráticas y no violentas, que son el fiel reflejo del espíritu nacional en política.

Desde esta tribuna, hay total seguridad que al menos en Atacama el domingo será un proceso impecable, tal cual los últimos años.

Los libros son como las personas. Si los vemos en una estantería, inmutables, quietos, son solo un montón de hojas encuadernadas con un lomo que lleva su nombre o título, pisapapeles. Se convierten en libros cuando los tomamos en nuestras manos, hojeamos y leemos. Asimismo, las personas son en la interrelación con los demás.

El más pequeño puede pasar por insignificante como si el autor apenas quisiera decir algo, de qué otra manera hubiéramos sabido de los cuentos cortos de Horacio Quiroga o de Kafka, de El principito (de Antoine de Saint-Exupéry), Tombuctú (de Paul Auster) o Juan Salvador Gaviota (de Richard Bach). Los más voluminosos, al tomarlos, un gran tedio puede embargarnos, pero sin leerlos no hubiéramos conocido a Don Quijote de la Mancha (de Cervantes), ni a Horacio Oliveira ni a la Maga Lucía de Rayuela (de Julio Cortázar), ni a la ciudad ficticia de Santa Teresa de "2666", de nuestro Roberto Bolaño … Disculpen por los que no he recordado.

Del mismo modo pasa con las personas, las más calladas, prejuzgadas al pasar como apáticas pueden esconder historias valiosísimas; y los más elocuentes, los que hablan hasta por los codos, prejuzgados como lateros, son auténticos manejadores de un lenguaje exquisito y rico en palabras, de adjetivos correctos y pausas precisas, excepto los políticos.

Esos sí son lateros, ¡vendedores de humo en latas! No obstante, podemos disipar la nube de humo sobre nuestras cabezas, esa misma que les "compramos", la que llega a nuestra narices y boca asfixiándonos, con abrir un libro frente a nuestros ojos.

Podemos cambiar al recibir una mano extendida y un reconfortante abrazo, no juzguemos mirando sus tapas. El libro ajado, el olvidado en un banco de la plaza, al que le faltan algunas hojas, … en nuestras manos, al igual que las personas en un abrazo fraternal, recobran su alma.

Ningún libro debe ser tirado a las piras. Por más errados o confundidos, deformados o mal escritos estén, no desatendamos la empatía ni deshumanicemos los afectos. Por más que sepamos que no todos los libros pueden ser Biblia. Parafraseando el cuento corto de Augusto Monterroso, en el amanecer del 5 de septiembre: "Cuando despertemos, todavía estaremos acá".

Álvaro Lira

Ingeniero Civil Industrial