Frases
"Para siquiera pensar en mecanismos tiene que ganar el Rechazo"
Javier Macaya — Presidente de la UDI
"Llegó hablando de Wallmapu y diciendo mari mari, y hoy nos trata de delincuentes que robamos madera"
Héctor Llaitul
Líder de la CAM
"Para siquiera pensar en mecanismos tiene que ganar el Rechazo"
Javier Macaya — Presidente de la UDI
"Llegó hablando de Wallmapu y diciendo mari mari, y hoy nos trata de delincuentes que robamos madera"
Héctor Llaitul
Líder de la CAM
Derechos. Deberes. ¿Qué es primero? ¿Los derechos? ¿Después los deberes? ¿O al revés? Primero los deberes, después los derechos.
Soy un convencido de que originariamente, desde el comienzo, más se nos ha inculcado acerca de los deberes, de las responsabilidades, sino de las obligaciones. Más, mucho más se nos ha inculcado acerca de qué hacer, cómo hacer, y luego, solo luego de qué derecho nos asiste, o cómo se impetra u obtiene tal derecho.
En fin, ¿qué entendemos por derecho? En el DLE, el Diccionario de la Lengua Española, asoman, al menos cuatro acepciones afines a tal término. A saber, y de más a menos, la primera, "Facultad del ser humano para hacer legítimamente lo que conduce a los fines de su vida". Como se puede apreciar es una definición nominal, genérica, amplia. Una más, "Facultad de hacer o exigir todo aquello que la ley o la autoridad establece en nuestro favor, o que el dueño de una cosa nos permite". Ya en esta se aprecia una suerte de sujeción, de coacción, sino sometimiento. Otra más, "Facultades y obligaciones que derivan del estado de una persona, o de sus relaciones con respecto a otras". Es decir, estos derechos resultan de la interacción o quizás deberes con otros, como los derechos humanos, por ejemplo. Y una más, la última en realidad, "Conjunto de principios y normas, expresivos de una idea de justicia y de orden, que regulan las relaciones humanas en toda sociedad y cuya observancia puede ser impuesta de manera coactiva". Nuevamente, es de la interrelación que nacen estos principios normativos entre las personas.
Derechos, derechos y derechos, y ¿qué es de los deberes? Lo firmo y lo reafirmo, los deberes son primeros. Y es curioso, los deberes nacen en uno mismo y consigo mismo, y luego, en su relación con el prójimo, con el tú. Todos los días, todo el día. Primer deber, amar la vida, la vida propia, y la vida de los demás. Así, no más. Ni siquiera se separan. Son inseparables. No es uno primero, y luego el otro deber. En estos dos deberes ya comienza todo. Y luego, con ellos, los derechos, todos los derechos, los derechos naturales, los derechos consuetudinarios, los derechos adquiridos, los derechos humanos. Y vaya qué son derechos.
En estos días, he espetado a varios amigos con la pregunta del comienzo, ¿qué es primero?, ¿los derechos?, ¿después los deberes?, ¿o al revés? Les cuento el resultado, dubitativos, unos, resolutos y convencidos, otros. Las respuestas han sido variopintas. Comprendo. De sopetón, no es sencillo. Tendríamos que detenernos, sentarnos, reflexionar y platicar su resto, para esclarecer posiciones.
Raúl Caamaño Matamala
Profesor de la Universidad Católica de Temuco
El triunfo del tenista viñamarino en los
Juegos Olímpicos de Atenas, fue celebrado desde Arica a Punta Arenas. Copiapó no fue la excepción y la gente
salió en forma masiva a celebrar a la
Plaza de Armas de la ciudad, para expresar toda su alegría luego del histórico triunfo del chileno en la capital
del Olimpismo mundial.
E mocionantes muestras de alegría y esperanza marcaron la reacción de los familiares de los 33 mineros atrapados en el yacimiento de San José, y de quienes hoy se confirmó que se encontrarían en buenas condiciones y juntos en el sector del refugio,a 700 metros de profundidad. "Estamos bien, en el refugio los 33", fue el mensaje.
E n diciembre del año pasado Sergio Jadue confirmó que Copiapó será sede del Mundial Juvenil de Fútbol 2015, lo que fue ratificado a mediados de julio, sin embargo, en el municipio existe el interés de volver a la carga y repostular a la capital de Atacama para albergar la Copa América, según lo corroboró el alcalde Maglio Cicardini.
La ministra de Desarrollo Social, Jeannette Vega, anunció que el Gobierno espera anunciar próximamente los llamados "supermercados populares" que buscan reducir precios de productos y así dar un alivio a las personas en medio de una asfixiante inflación. La idea busca que elementos en buen estado y que aún no vencen sean comercializados. Así se lograría un "win win", ofreciendo precios más bajos y evitar el desperdicio alimentario.
Lo cierto es que se trata de una idea que debe ser mirada con 10, 20 y 30 ojos antes de ser implementada, especialmente en el plano sanitario. La entrega de productos a organizaciones por parte del sector comercio ha sido una idea ya ejecutada, con malos resultados. Hace un tiempo un alto cargo de una empresa del retail habló de una idea que suena muy parecida, en la que comenzaron a dar alimentos a una entidad que cuidaba adultos mayores con fines solidarios, sin embargo uno o varios se enfermaron y la idea se transformó en una especie de boomerang, dado que comenzaron a recibir las quejas. Simplemente el proyecto se desechó.
Bueno es preguntarse respecto a este ejemplo. ¿Quién responderá en caso de una enfermedad sanitaria? o veamos un tema más común ¿cómo se le responderá al usuario al que le salió un producto con mal olor?
Llama la atención que tres cadenas de supermercados hayan llegado a acuerdo con Desarrollo Social para entregar sus productos. ¿Por qué no lo hicieron ellos mismos en su momento para evitar pérdidas?
Pareciera que al menos en el plano sanitario, el "supermercado popular" es una idea más compleja que las "farmacias populares", porque estamos hablando de alimentos que pueden causar grave daño si son mal manipulados, pero aún así queda la duda del impacto en el comercio menor como almacenes y si la operatividad terminará siendo una pérdida económica.
Es cierto que el país debe dar grandes pasos para evitar la pérdida de alimentos y entregar un valor agregado a la industria de venta de productos comestibles.
Y es que la ONU informó que en 2019 el 17% de los alimentos en el mundo fue desperdiciado, lo que es una derrota para luchar contra el cambio climático dado que el botar alimentos aumenta emisiones de gases de efecto invernadero.
Pero este mismo estudio indica que el 61% de los alimentos desperdiciados provenía del hogar, es decir pareciera que el foco debería estar centrado en las familias con ideas que permitan reducir estas pérdidas.
Lo de los "supermercados populares" puede sonar bien por el famoso "win win", pero puede terminar teniendo un efecto boomerang con consecuencias sanitarias, si no se tienen los ajustes precisos que por lo demás son demasiados complicados.