Atacama está dentro de las cinco regiones que más emisiones netas de CO2 libera a nivel nacional
MEDIO AMBIENTE. Datta Intelligence dio a conocer informe basado en datos del MMA. Dirigente de la CODEMAA apuntó a actividades productivas.
Un ranking elaborado por Datta Intelligence a partir de los informes del Ministerio de Medio Ambiente respeto a la emisión de Gases de Efecto Invernadero, sitúo a la Región de Atacama en el quinto lugar a nivel nacional, después de las regiones Metropolitana, Antofagasta, Valparaíso y Biobío
De acuerdo con Naciones Unidas, a consecuencia del avance de la industrialización, deforestación y agricultura a escala, la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera ha ido aumentando en niveles nunca antes vistos en tres millones de años.
De hecho, según el "Programa de la ONU para el Medio Ambiente", a nivel planetario se requiere una reducción del 55% de emisiones para limitar el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5C. Esto, tomando en cuenta que el calentamiento trae consigo mayor frecuencia e intensidad de calores extremos, olas de calor, precipitaciones, sequías, reducción de hielos, entre otros.
En Chile, cada dos años se tiene acceso a un inventario de emisiones actualizado y presentado de manera pública por el Ministerio de Medio Ambiente. En el último informe disponible, se publicaron datos consolidados a escala nacional y regional, comprendidos desde 1990 hasta 2018.
Dentro de estas cinco regiones con mayores emisiones (, las dos primeras mostraron un nivel de emisiones netas más alto, promediando las 22 mil kilotoneladas cada una, alcanzado incluso una emisión tres veces mayor que Atacama.
Esto se contrapone en gran medida al caso de las regiones del sur del país, en donde se observó una mayor cantidad de absorciones de GEI, situación que puede explicarse por la gran cantidad de bosque en la zona.
Por ejemplo, la Región de Aysén absorbió prácticamente todo lo que emitió la Región de Antofagasta en un año.
Criterios y enfoques de medición
La forma en que se intenta medir la emisión de estos gases es a través de la huella de carbono, que se define como el conjunto de emisiones de gases de efecto invernadero, producidas directa o indirectamente por las personas.
De acuerdo con la información que entrega el Ministerio de Medio Ambiente, esta medición se realiza con un enfoque corporativo, es decir evaluar la huella de carbono de una organización por un periodo de tiempo establecido (usualmente un año calendario) y que agrupa las emisiones bajo tres alcances. El alcance 1 o emisiones directas se refiere emisiones de gases de efecto invernadero que provienen de fuentes que son propiedad o son controladas por la empresa, como, por ejemplo, consumo de combustibles fósiles en fuentes fijas y/o móviles, fugas no intencionadas de los equipos de climatización, etc.
El alcance 2 o emisiones indirectas son aquellas que están asociadas al consumo de electricidad y/o vapores generados por terceros. Mientras que las emisiones de alcance 3 son aquellas emisiones de gases de efecto invernadero que no son de propiedad ni están controladas por la empresa, como, por ejemplo, transporte de los funcionarios, viajes aéreos o terrestres por motivos de trabajo, transporte de insumos, generación y trasporte de residuos, entre otros.
Para Luis Acuña, dirigente socioambiental y parte del Colectivo en Defensa del Medio Ambiente de Atacama (CODEMAA) lo que debe haber es un "cambio en la matriz de carbono con la incorporación de las plantas de producción fotovoltaica y el impedimento de la instalación de nuevas termoeléctricas".
Acuña agregó que esto "se sabe hace mucho tiempo, producto del requerimiento energético de la minería. Una de las principales fuentes contaminantes en la zona son las empresas termoeléctricas, las fundiciones y la actividad minera que están dejando una enorme huella de carbono".
Todo lo anterior, muy a pesar "de que Atacama tuviera un avance importante luego que se terminara el proyecto de la termoeléctrica Castilla, en que se redefinieron las políticas energéticas de la región y en donde se apostó por el desarrollo de las energías limpias, pero esto no ha significado una disminución de la posición de la región en el ranking de estas energías contaminantes".
Pensando en futuros planes de mitigación o acciones más concretas, Acuña señala que "mucha esperanza está puesta en el proceso de salida de las termoeléctricas a carbón, que va a significar una baja importante dentro de lo que son los contaminantes que contribuyen a los gases de efecto invernadero" puntualizó.
"La discusión de una Nueva Constitución Política de Estado tiene que hacerse cargo de estas grandes falencias que tenemos como país, y que pueda significar una modernización en el actual Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, además de recoger todas las posturas que se han venido sosteniendo de parte de las organizaciones medioambientales", finalizó Acuña.
"Mucha esperanza está puesta en l proceso de salida de las termoeléctricas a carbón, que va a significar una baja importante dentro de lo que son los contaminantes que contribuyen a gases de efecto invernadero"
Luis Acuña, dirigente de la CODEMAA.