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De los 9 a los 14: una ventana se abre (o se cierra)

La implementación de medidas de política pública orientadas al bienestar de los adolescentes es altamente rentable en cuanto a la mejora de los niveles de bienestar de la próxima generación. Liliana Cortés, Directora de Fundación Súmate
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No es trivial que el paso de octavo básico a primero medio sea donde apreciamos la mayor tasa de abandono escolar. En los hogares de mayores ingresos que un adolescente pase de enseñanza básica a la media es parte de la vida, un tránsito natural, pero en los sectores socioeconómicamente más vulnerables, resulta un logro titánico. En muchos casos, suele ser el inicio de una precaria y prematura vida laboral, de la castración del aprendizaje, de la asunción de tareas de cuidado o maternidad o paternidad precoces. En suma; un condena a la pobreza.

La Alianza para la Erradicación de la Pobreza Infantil, de la que somos parte como Hogar de Cristo y Fundación Súmate, acaba de presentar el estudio "Nacer y Crecer en Pobreza y Vulnerabilidad". El estudio demuestra con evidencia nacional e internacional las nocivas consecuencias que tiene para la infancia desarrollarse en esa condición. Incluye además testimonios y reflexiones de jóvenes que crecieron así, y hace una propuesta concreta de un Piso de Protección Social para la Niñez.

En el texto se describen con claridad dos importantes "ventanas de oportunidades" que tienen los niños y adolescentes para superar esa cadena de carencias que les impiden un desarrollo pleno. La primera ventana son los primeros mil días de vida, incluyendo la etapa embrionaria. No existe momento de la existencia humana en que el sistema cognitivo sea más receptivo al aprendizaje; de ahí la importancia de la educación inicial.

La otra ventana de oportunidad está entre los 9 y los 14 años, cuando los niños y las niñas requieren imperiosamente desafíos de aprendizajes, experimentar la convivencia con otros, la participación y la práctica de actividades culturales y deportivas. La neurociencia confirma que la adolescencia es una etapa crucial para el desarrollo de las funciones cerebrales. ¿Cuál es el espacio para que esas funciones bien estimuladas florezcan? El educativo; es en las escuelas donde la interacción permite que esa posibilidad de desarrollo se exprese. Por eso si un niño o niña es excluido del sistema educativo, no sólo se vulnera su derecho a la educación, se le cortan las alas, la posibilidad de desplegar todo su talento.

La implementación de medidas de política pública orientadas al bienestar de los adolescentes es altamente rentable en cuanto a la mejora de los niveles de bienestar de la próxima generación. Y, humanamente hablando, no podemos aceptar que sólo por el lugar y la condición en que se nace y se crece, haya adolescentes a los que esa ventana se les cierre en la cara. Eso es inaceptable.

Cambios en norma de los ascensores

La suspensión de clases en un liceo Bicentenario por ascensores malos, muestra que cuestiones tan básicas no se cumplen. La normativa es arcaica y faltan los técnicos. Una norma que rebaje a tres los pisos es una idea debatible, siempre y cuando se asegure la capacidad técnica. En el caso del Liceo Bicentenario son tres los pisos y aún así tiene un elevador que está de adorno.
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Un paro de tres días realizaron los profesores del Liceo Bicentenario "Mercedes Fritis Mackenney", producto que el ascensor se encuentra en mal estado. El gremio de docentes acusó "agobio laboral" y que profesores sufren por condiciones de salud relacionada con la espalda, mientras desde el gremio de apoderados del recinto educacional no estuvieron de acuerdo en la suspensión de clases presenciales. "Los ascensores no están malos desde ahora, en otros años no se han suspendido las clases por este motivo", dicen.

Como sea, estamos hablando de una disfunción que se arrastra hace años y que, por lo demás, es estructural en educación. El liceo "Fernando Ariztía" de Paipote está en las mismas condiciones, mientras que el SLEP Atacama anunció que el otro año se repararan estos y otros elevadores de liceos.

El irregular funcionamiento no solamente tiene que ver con lo educacional, sino que abarca otros edificios. Hace un tiempo ya se ha mencionado en este Diario la ausencia de técnicos para reparar los elevadores, lo que termina con equipos que pueden estar meses sin funcionar.

Junto a esto, la normativa es bastante arcaica. La Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones indica que en edificios de hasta cinco pisos no es obligación el contar con ascensores. Expertos dicen que hay encarecimiento de los proyectos habitacionales tanto en su desarrollo como a posterior, en lo relacionado con mantenciones y cambios en piezas y otros.

Esto es un perjuicio para adultos mayores y personas con movilidad reducida, que poco y nada tienen que ver con asuntos económicos de empresas o de normativas del Minvu. Hay un desgaste tremendo para los usuarios y un empeoramiento en la calidad de vida, que requiere de una inversión a partir de una redistribución de los impuestos.

Una norma que rebaje a tres los pisos es una idea debatible, siempre y cuando se asegure la capacidad técnica de instalación y reparación. En el caso del Liceo Bicentenario son tres los pisos y aún así tiene un elevador que está de adorno.

Sigamos cuidándonos

todas estás mejoras y avances que hemos logrado, nos han permitido tener seis meses consecutivos con cifras sobre los dos dígitos en el Índice Mensual de Actividad Económica. Manuel Nanjarí Contreras, Seremi de Economía, Fomento y Turismo
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Han sido largos 20 meses desde el inicio de la pandemia del covid-19 en nuestro país, en donde hemos tenido que afrontar en términos sanitarios el desafío más complejo de los últimos 100 años para Chile y el mundo, pero, además, durante el año 2020 enfrentar la reducción más fuerte de la actividad económica de los últimos 35 años y la mayor caída del empleo en 60 años, provocando una tremenda afectación en los ingresos de las familias, las Pymes y en los sectores productivos de nuestra economía.

No obstante, durante los últimos meses y frente a un mejor escenario epidemiológico, hemos tenido mejores cifras, las que han ido acompañado por el avance en las etapas del plan paso a paso y el avance del proceso de vacunación. De hecho, en la actualidad alrededor de 13.729.858 de personas han completado su esquema de vacunación en nuestro país, lo que representa el 90,32% de la población objetivo mayor de 18 años y en el caso de Atacama tenemos alrededor de un 95% con sus dos dosis. Cabe destacar, la adquisición de vacunas de forma diversificada por parte de nuestro Gobierno, lo que ha permitido contar con la seguridad en el arribo de dosis de diversas vacunas para todo el 2021 y para el año 2022.

Ahora bien, todas estás mejoras y avances que hemos logrado, nos han permitido tener seis meses consecutivos con cifras sobre los dos dígitos en el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec), recuperando los niveles prepandemia, producto de la mayor apertura de la economía, de las medidas de apoyo de nuestro gobierno a los hogares chilenos y por el mejor desempeño de los sectores productivos, provocando, además, la recuperación de los empleos a nivel nacional y regional, por ejemplo, en Atacama hemos recuperado más de 16.600 desde el peor momento de la pandemia.

Nuestro llamado es a no bajar los brazos, estar sumamente comprometidos y seguir cuidándonos, solicitando que aquellas personas que están rezagadas o que no se han vacunado puedan hacerlo, de forma tal, que continuemos avanzando en el Plan Paso a Paso y por la senda de la recuperación económica, lo que nos permite dar tranquilidad a las familias de Atacama, así como también, a miles de micro, pequeñas y medianas empresas que día a día siguen trabajando en la reactivación de sus emprendimientos.