Alarma entre apicultores por masiva extinción de abejas
EN EL VALLE. Quemas masivas, heladas por el cambio climático y mezclas de pesticidas del rubro agrícola figuran entre las teorías de los productores ubicados en el sector de San Pedro.
Tras los aluviones de 2015, los apicultores del sector de San Pedro se vieron fuertemente afectados por la pérdida de sus cajones de abejas. Sin embargo, con diverso apoyo estatal retomaron de a poco su producción, hasta que, desde hace más de un año, los problemas nuevamente surgieron debido a la masiva pérdida de éstas.
Para los apicultores del sector de San Pedro son muchos los factores que podrían estar incidiendo en esta dramática merma. Uno de ellos es el humo que se genera debido a la quema de residuos (orgánicos e inorgánicos) en terrenos que antes eran de uso agrícola y que ahora se parcelaron y vendieron para uso residencial.
Otra razón por la cual se producen las quemas es -según los apicultores- la protección de los cultivos del frío, que realizarían los agricultores. Justamente en este año en que se han enfrentado grandes heladas, ha aumentado -en percepción de los apicultores- el número de quemas que se llevan a cabo para evitar perder los cultivos.
El humo es un enemigo de las abejas, pues ellas emigran de los lugares asociando su presencia al fuego y por ende al peligro.
Para los apicultores no es claro si la presencia de nuevos o prohibidos pesticidas, pueda ser otra de las variables por la que las abejas están muriendo y decidiendo emigrar.
Lo que es claro, es que la merma es cuantiosa. Cifras entregadas por integrantes de Api Atacama, revelan que, en periodo normal -antes de 2015- en el sector de San Pedro podían contabilizarse hasta 2 mil cajones de producción. El número estándar de cada cajón de producción tiene una cría teórica de 22 mil abejas y un costo promedio de $100 mil.
En la actualidad no habría en el mismo sector más de 500 cajones de producción, lo que significa una merma dramática del 75% de la producción local.
Agregan, desde Api Atacama que, si bien es conocida la mayor dificultad de la producción apícola en el norte, se realiza este esfuerzo debido a que la miel que se produce del chañar es única y de alta calidad; con características especiales en color, textura y propiedades bien conocidas para la salud. Otro factor clave y de preocupación es el que realizan las abejas en la polinización de -por ejemplo- los melones de la zona, que de hecho están próximos a su temporada de siembra.
Bernarda Quispe, presidenta de la Asociación de Apicultores de Atacama "Api Atacama", agrupación que reúne a una treintena de productores, explicó que siempre han recibido ayuda estatal y que de hecho la Conaf hizo entrega de árboles y otras especies para mantener la floración en la zona y ayudar a la mantención de las abejas. Sin embargo, realizó una crítica abierta al Indap, "este año las ayudas estuvieron enfocadas a nuevos productores, cuando en un momento crítico como el que se vive, el apoyo debiese haber estado enfocado a aquellos productores que tienen experiencia", sentenció.
De acuerdo con información entregada por la ONU; las abejas polinizan 71 de las 90 especies cultivadas que entregan al mundo el 90% del alimento humano.
En la última década, se ha observado con preocupación que las colonias de abejas se están muriendo o emigrando de zonas agrícolas, afectando gravemente la producción de esta industria.
Según la ONU, el cóctel de pesticidas, es decir combinaciones de pesticidas usados por la industria agrícola es uno de los factores más devastadores para estos insectos, lo que, sumado a parásitos y problemas para acceder a alimentos, tiene como consecuencia la masiva muerte de estos polinizadores.
Quedará entonces en las autoridades y principales afectados dar con la causa que está matando a tres cuartos de la población apícola de la zona.