Secciones

  • Portada
  • Actualidad general
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Servicios
  • Espectáculos
  • Contraportada

Compasivo con el que sufre

La compasión es la consecuencia lógica del saber, ya que al tener conocimiento de la vida y de la muerte necesariamente significa tener compasión por todo lo que vive y muere. Mily Soler Grez, Comunicadora social
E-mail Compartir

"La vida es, en su mayor parte, espuma y pompas de jabón; pero existen dos cosas que son sólidas como el mármol: la compasión ante la desgracia ajena y el valor ante la desgracia propia." (Adam L. Gordon, poeta australiano).

Queridos amigos lectores, cuando decidimos llevar una vida más compasiva, tenemos que intentar ser prudentes al enfrentarnos empáticamente al dolor de los demás. Es esencial para lograr permanecer optimistas y fuertes tener primero compasión por nosotros mismos.

Si queremos ayudar al resto intentemos tener claro que el sufrimiento de una u otra manera siempre pasa, así podremos enfrentarnos a él de manera equilibrada, sin ira, culpabilidad o pesar.

La compasión es la consecuencia lógica del saber, ya que al tener conocimiento de la vida y de la muerte necesariamente significa tener compasión por todo lo que vive y muere.

Les contaré una historia que hace un tiempo leí y que me parece excelente para ilustrar el poder transformador que tiene la compasión.

Un día un príncipe se vio poseído por la convicción de que era un pavo. Nadie pudo disuadirlo de comportarse como un pavo; y el príncipe acabó viviendo debajo de la mesa, desnudo y comiendo migas del suelo. El rey hizo ir a los médicos más prestigiosos para que lo trataran, peo el príncipe continuó igual. Un buen día llegó un sabio a palacio diciendo que él podía ayudarlo. El hombre se desnudó, se colocó debajo de la mesa y empezó a comer migas. "Quién eres" preguntó el príncipe-pavo. "Soy un pavo", respondió el hombre, lo que satisfizo al príncipe. Al día siguiente, el hombre volvió e hizo lo mismo, pero esta vez se puso una camisa. "¿Por qué llevas eso?", preguntó el príncipe. "Se puede llevar camisa y seguir siendo un pavo", explicó el hombre. Así que el príncipe también se puso camisa. Al siguiente día, el hombre se puso sus pantalones. Misma pregunta, misma explicación e igual resultado. Y así sucesivamente con toda la ropa, hasta que el príncipe siguiendo el ejemplo, salió de debajo de la mesa y se incorporó. Después de una semana, los dos estaban sentados a la mesa y cenando con el rey.

"El primer paso de la acción compasiva es abandonar las ideas, roles y expectativas preconcebidos y ponerse al mismo nivel que el otro. Esto exige empatía y humildad".

Los fundamentos de ENAMI

Hoy ENAMI cumple 61 años impulsando un modelo de fomento integral único en el mundo, cuya eficacia recogió un reciente estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe-CEPAL. Robert Mayne-Nicholls, Vicepresidente de la Empresa Nacional de Minería
E-mail Compartir

Desde sus orígenes, la Empresa Nacional de Minería se construyó en torno al desafío de mantener activa la tradición minera de cientos de familias y emprendedores dedicados a la minería de menor de escala, un importante sector de nuestro país que, con su labor, contribuye con el desarrollo de decenas de economías locales.

Cuando la pandemia todavía nos afecta, la pequeña y mediana minería siguen demostrando su compromiso con Chile. Así también lo hacemos en ENAMI, gracias a la dedicación de cada uno de los integrantes de nuestro equipo, quienes desde Arica a Concepción han permitido la continuidad operacional de nuestras cinco plantas, fundición, poderes de compra y oficinas mineras; además de nuestro rol de fomento, asistencia técnica, procesamiento de mineral y pago oportuno a los productores mineros.

Sin embargo, 2020 fue un año complejo para nuestra institución. La insospechada crisis sanitaria también generó impactos en nuestros resultados. Mayores gastos asociados al reemplazo de trabajadores pertenecientes a grupos de riesgo y a la aplicación oportuna de medidas de prevención en nuestros planteles, detenciones inesperadas de nuestra fundición producto de condiciones meteorológicas adversas, la caída en el tipo de cambio, los pagos en coberturas, entre otros, no nos permitieron alcanzar un desempeño financiero como el que nos habíamos trazado.

Hoy ENAMI cumple 61 años impulsando un modelo de fomento integral único en el mundo, cuya eficacia recogió un reciente estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe-CEPAL. Trabajamos con el orgullo y la convicción de que nuestros fundamentos son los correctos. Somos la única empresa del rubro cuyos resultados no dependen de la cotización del cobre, por cuanto transferimos en su totalidad el beneficio del precio del mineral al productor minero. Buscamos ser el motor que hace sostenible la actividad minera de menor escala, que también se traduce en mayor empleabilidad y encadenamientos productivos locales.

Compatibilizar este desarrollo con el equilibrio financiero de nuestra empresa no es una tarea fácil; es el desafío permanente de nuestra labor, y es en lo que estamos trabajando fuertemente. A partir de agosto de 2020, hemos obtenido márgenes operacionales positivos, que se suman a significativos avances en materia de fomento con impacto. En los últimos meses, hemos puesto en marcha 55 yacimientos a lo largo del país y proporcionamos un apoyo económico expedito para la continuidad de faenas mineras entre Taltal y Cabildo. Solo en Atacama, la entrega de minerales de pequeños productores aumentó 28%, gracias al apoyo constante de los ejecutivos de fomento en terreno.

De esta manera, al enfatizar en la rentabilidad social de la única institución del Estado de Chile que administra fondos de fomento para la minería de menor escala, también estamos aportando en la descentralización y mejora de la distribución de los recursos a lo largo de Chile. Así ha sido por 61 años y esperamos lo siga siendo por muchos más.

Tratamientos millonarios de enfermedades

Una niña de 4 años en Freirina padece de un extraño síndrome, cuyo costo mensual de tratamiento es de $10 millones. Su caso vuelve a poner en el tapete que la salud debe ser prioridad en el nuevo Chile. Es muy cierto que cualquier sistema de salud tiene miles de complejidades, pero es deber del Estado abordarlo. Si es que no lo paga, debe propender a que las familias tengan opciones para no sufrir con el endeudamiento.
E-mail Compartir

El caso de Ignacia Fernández, la niña de cuatro años que padece una extraña enfermedad y cuyo costo mensual es de $10 millones, volvió a poner en el tapete uno de los temas que sí o sí deben estar en la agenda de la nueva Constitución: cómo aseguramos salud digna, diagnósticos adecuados y tratamientos cuyos costos no sean desesperación para las familias.

El de Ignacia es uno de los pocos casos a nivel país y sus exámenes debieron ser enviados a Estados Unidos, porque en Chile no se sabía qué padecía. "Todo lo hemos costeado particular, nada por la red de hospital", dice su madre Estefanía Salazar, que junto a su pareja no solo deben convivir con la angustia del estado de la niña, sino que pensar en cómo seguir financiando el tratamiento y que este depende en gran parte de la buena voluntad y solidaridad de su entorno y los atacameños.

En estos tiempos, el país se vanagloria de su rápida vacunación, pero carece de esa misma celeridad para brindar alternativas que no vengan de la comunidad.

Es cierto, no estamos en un país al que le sobre dinero y que cualquier sistema de salud tiene miles de situaciones complejas, pero sí debemos priorizar los aspectos más urgentes que resolver -y eso lo ha demostrado la pandemia- y uno de estos es que se debe fortalecer ya sea bajo la vía constitucional o a través de proyectos de ley el sistema sanitario.

La familia de Ignacia espera que esta enfermedad sea incluida en la Ley Ricarte Soto, pero también hay otros males que irán apareciendo o que ya están en el mundo, que necesitan incluirse en esta u otra normativa.

A diferencia de otros aspectos de la vida, las enfermedades suelen ser una situación no esperada. Es por ello que el Estado sí o sí no puede eludir su responsabilidad, porque o se hace cargo o bien debe generar mejores condiciones económicas para las familias. Puede sonar duro, pero un crédito sin intereses estatal es más necesario para estas familias, que en otros. Es eso y mucho más lo que necesitan aquellos que si no es por la solidaridad, no podrían pagar estos tratamientos. No hay bolsillo que aguante.