Solamente queda ser pacientes y confiar en la experiencia
A un año del primer contagio en Atacama, esta especie de "maratón" está potenciando el mal ánimo y las dudas por la vacunación. Hay que esperar y saber que hoy estamos más preparados, además hay un aspecto clave: hay otras crisis que han durado años y de la que no había salida, la que igual se consiguió. Pueblos pasaron muchos años con miedo por hechos terribles y salieron victoriosos. Y aunque sigue habiendo miedo, su vida es más tranquila; sepamos que siempre que llovió, paró.
Un 14 de marzo de 2020 se informaba el primer caso positivo en Atacama de coronavirus y con ello el inicio de una "maratón" que no sabemos cuándo terminará, pero de la que sí podemos decir estamos más preparados.
Es cierto, hay cansancio, hay mal ánimo y hasta dudas dado que avanza el proceso de vacunación pero los casos y hospitalizaciones no bajan, pero lejos de potenciar este sentimiento y pensar negativo, solamente queda esperar, ser pacientes y confiar en que la experiencia que hemos adquirido para lo que resta de esta carrera.
Es una pandemia traumática porque mantiene una incertidumbre diaria. Los que aún no se contagian sufren por un eventual positivo; los que ya se contagiaron por posibles efectos secundarios y una eventual reinfección; los que sufren a diario por el encierro; los que detestan vivir sin aquella libertad tan ansiada por un toque de queda; los que ven un futuro sombrío.
El presente es duro y lo es más cuando se bordean los 6 mil contagios diarios como durante los últimos día a nivel nacional. Eso exacerba lo negativo, pero hay que saber que no hay mejor remedio que ser pacientes y esperar, porque las crisis son así, llegan un día o llegan tras un largo proceso y se convierten en un asunto con el que se debe lidiar.
Hay que saber que hoy estamos mejor preparados que hace un año. Ya hay más certeza que un espacio cerrado puede ser un mayor foco de contagio que un espacio abierto, que los brotes familiares son los que predominan en el alza y que la vacunación sigue avanzando. Junto a esto, hay que recordar que hay pueblos que pensaron que jamás se sacudirían de sus crisis, como aquellos donde el terrorismo, el narcotráfico y otros males terminaron agobiando a todos los habitantes de esa tierra, y que pensaron que finalmente la salida era imposible.
Pero lo consiguieron y viven más tranquilos, ya con el miedo más lejano, aunque aún ahí quizás escondido. Sepamos ser pacientes y esperar, que -como dice la frase- siempre que llovió, paró.