Constitución
Las elecciones de convencionales se acercan a paso acelerado y ya va siendo hora de que la ilusión constituyente vaya abriendo paso al realismo para así evitar una deslegitimación del proceso por culpa del abuso de las expectativas. Como bien señaló el arquitecto del progreso argentino Juan Bautista Alberdi: «Una constitución no es inspiración de artista, no es producto del entusiasmo; es obra de la reflexión fría, del cálculo y del examen aplicados al estudio de los hechos reales y de los medios posibles». Cuanto antes internalicemos las palabras de este sabio argentino, mejor será para el futuro de la Nueva Constitución.
Juan L. Lagos, Fundación para el Progreso
La ruta de la basura
Casi el 30% del estímulo fiscal anunciado por distintos gobiernos, en medio de la pandemia, está destinado a apoyar el impulso a los sectores relacionados con el medioambiente. La suma total de los anuncios es de alrededor de 11,8 billones de dólares, tanto para este tipo de iniciativas, como para su reimpulso como consecuencia de una inminente crisis económica a raíz del coronavirus.
Las economías más desarrolladas son las que han comprometido mayores aportes, pero, sin duda, esta pandemia ha afectado más a los países menos adelantados y, seguramente, es en este sentido que va orientado el llamado del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instando a los países más ricos del mundo a mostrar más solidaridad en dicho ámbito.
Es muy necesario que estos estímulos sean parte de la carta de navegación de una recuperación sostenible y por lo mismo debe existir un compromiso para generar ideas concretas en el marco latinoamericano, empujando así un cambio necesario en materia de medioambiente. Se trata de un llamado a las administraciones públicas, empresas, sociedad civil, políticos, organizaciones no gubernamentales y a todos quienes quieran que las acciones que impliquen la reactivación, sean con esta mirada de sostenibilidad, sin perder de vista el cumplimiento de los objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
Hay ejemplos destacables en ese sentido, como la descarbonización de la electricidad a través de la inversión en energía solar fotovoltaica; o construir con eficiencia, modernizando el rubro de la construcción mediante programas específicos y, al mismo tiempo, generando nuevas plazas de empleo, como ya ocurre en Francia y el Reino Unido.
Es una real necesidad generar soluciones basadas en la naturaleza. Sirva el ejemplo de India, con sus iniciativas de manejo forestal que estimulan la economía en los sectores rurales, aumentan la cantidad de carbono almacenado en los árboles, disminuyendo la erosión del suelo.
En síntesis, una economía circular y digital, con el debido esfuerzo de los países, contribuye a reducir emisiones, evitando la cultura del desecho, fomentando el reciclaje y, por otro lado, permite contar con una mejor gobernanza asegurando así una implementación de nuevas iniciativas acorde con las necesidades actuales.
Nuestro país tiene una gran oportunidad a través de la "Hoja de Ruta Nacional a la Economía Circular para un Chile sin Basura", que se encuentra aún en Consulta Pública. Hay una esperanza en que nuestras acciones, públicas y privadas, se alineen virtuosamente en el camino de la economía circular.
Luis Martínez, académico Escuela de Gobierno y Comunicaciones UCEN
Desafíos en inclusión laboral
A casi tres años de la publicación de la Ley 21.015 sobre Inclusión Laboral, que obliga a las empresas de 100 o más trabajadores a contratar al menos a un 1% de personas en situación de discapacidad, hay nuevos avances en la materia que implican desafíos para el 2021: la promulgación de la Ley 21.275 que exige la contratación de un experto en inclusión laboral y la generación de políticas inclusivas al interior de las organizaciones.
Esta iniciativa es un tremendo avance para un cambio cultural que valore la diversidad, pero no asegura el éxito del proceso, pues aún existe mucho desconocimiento y falta de compromiso de las empresas, pues muchas siguen priorizando las medidas alternativas que propone la Ley 21.015 para cumplir con las exigencias.
Por ello, es prioritario que el Estado considere a las personas en situación de discapacidad como grupos vulnerables en las medidas de reactivación económica, focalizando recursos para promover su inclusión y permanencia laboral, generando programas para las personas y las empresas, con un impacto significativo y sostenible.
También es importante que las empresas se asesoren por entidades competentes y con trayectoria para la elección del experto en inclusión laboral, para que así la medida sea exitosa y un aporte para la empresa y sus colaboradores.
Ya hay organizaciones que han tomado este desafío, acción que debe tomarse como un ejemplo a seguir. Pero es importante no considerar la contratación de personas en situación de discapacidad como una acción de Responsabilidad Social Empresarial, sino que valorar a cada persona como un aporte y entender que el talento y la gestión de la diversidad otorga grandes beneficios a las compañías.
Marcela Varas, vicepresidenta de la Comisión de Salud de ASIVA