Defensa de UES del Estado
Malos son los síntomas que se observan en la administración de las universidades del Estado de Chile, acrecentado por la desprolijidad del actual gobierno que "por efectos de la pandemia y el estallido social", ha determinado sustraer 42 mil millones de pesos del presupuesto de las universidades de todos los chilenos para el año 2021, junto a no disponer de 3 mil millones de pesos para los estudiantes de capas empobrecidas.
A pocos días de finalizar el año 2020, la Universidad de Tarapacá de Iquique ha manifestado un déficit de 39 mil millones de pesos que la transforma en candidata a precipitarse en el abismo de la disfuncionalidad económica sobre la base de lo que se ha anunciado para el 2021.
¿Qué pretende el ejecutivo del gobierno con la situación de las universidades del Estado a la que se une el esquema delicado de la Universidad de Atacama de Copiapó cuya comunidad estudiantil, académica, administrativa y de servicios está en alerta ante el 8.8% de no renovación de contratos a su personal?
Menos alumnos se están matriculando en las universidades de todos los chilenos lo que con la gratuidad parcial, serán menos los ingresos que se tendrán para el año próximo.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, y su Informe de Desarrollo Humano, dicen sectores del neoliberalismo de la nación, ha ubicado a Chile como líder en América Latina y en el lugar 43 entre 189 países.
Sus logros: avances en expectativas de vida, educación e ingresos. Lo que no se logra entender es que el problema fundamental de Chile, según el informe de Desarrollo Humano del PNUD, es precisamente la desigualdad por el ingreso.
Sabemos que Chile tiene la desigualdad más amplia en el mundo entre los que ganan más y los que ganan menos. Las remuneraciones en Chile son exiguas en relación a otras naciones del planeta lo que desemboca en pensiones de montos catastróficos al final de la vida laboral.
Esa poderosa razón provocó que se reunieran en Santiago un millón 200 mil personas en octubre del 2019, destrozando la constitución de 1980, por lo que estamos en los trámites de confeccionar otra decente.
Este panorama ha hecho que el gobierno deje de lado a las universidades del Estado, como si no tuvieran importancia para el comentado Desarrollo Humano que pregona el PNUD.
Una universidad del Estado es, o debiera ser, el laboratorio del desarrollo integral de una nación y sus regiones en sus aspectos económicos, sociales, laborales, culturales; y uniendo esos factores con la ciencia y la investigación que deben estar desarrolladas en las casas de estudios estatales con investigadores de nivel como ocurre en los países realmente líderes en el fomento mundial de la calidad de vida de los seres humanos.
Una universidad del Estado no debe constituirse en un recinto para desarrollos personales sino en un baluarte del pensamiento colectivo donde se formen las generaciones permanentes que se integrarán a los desarrollos de los gobiernos nacionales y locales.
Osman Cortés Argandoña
Intervención social y desafíos en tiempos actuales
El escenario actual en que nos encontramos como sociedad chilena, desafía a los profesionales de las distintas áreas del conocimiento para desarrollar estrategias de intervención social, que estén basadas en el enfoque de desarrollo humano.
Los contextos sanitarios, políticos, económicos y sociales, presentan grandes retos en este ámbito. A modo de ejemplo: El sistema previsional, las redes presenciales y virtuales de las personas mayores; intervenciones específicas, con calidad y oportunidad, que respondan a un proyecto de vida esperanzador para niños, niñas y adolescentes; la evolución y reinvención de las familias, que pasan de los esquemas tradicionales a otros más complejos; y las y los trabajadores que buscan modalidades laborales más equitativas e igualitarias. En suma, se trata de responder a las interrogantes que surgen en esta tarea de contribuir a una mejor sociedad, con bienestar para todos y todas.
Para iniciar ese camino, resulta fundamental basarse en la reflexión argumentada y situada, aquella que considera los diferentes factores que inciden en nuestra realidad social y que - en su complejidad - permiten construir propuestas pertinentes e integradoras.
Como profesionales de la intervención social debemos plantearnos el desafío de generar nuevas estrategias a nivel macro, meso y micro social para desarrollar, orientar y mejorar la calidad de vida de las personas en sus entornos sociales y culturales, diseñando e implementando intervenciones transformativas vinculadas a vertientes teóricas, históricas, contextuales, metodológicas y políticas, centradas en el desarrollo humano y en el bienestar social, desde una perspectiva ética y reflexiva, que contribuyan al cuidado, fortalecimiento y promoción de las personas.
Cecilia González, directora Mg Intervención Social y Desarrollo Humano, UCEN