La elección de los gobernadores regionales está a la vuelta de la esquina. Será en abril de 2021 que a lo largo del país serán elegidas las autoridades que en el papel reemplazarán al intendente en un proceso que impulsa claramente la descentralización, pero que actualmente mantiene variadas incongruencias sobre las herramientas internas y externas que puedan tener quienes guiarán a Atacama tras ser elegidos en los comicios.
En cuanto a las herramientas, especial preocupación se debe tener por la Estrategia de Desarrollo Regional, que es la hoja de ruta de la región y que está atrasada en su desarrollo, dados los inconvenientes de la Corporación para la Competitividad e Innovación de la Región de Atacama (CCIRA).
Se suponía que el impulso de la nueva ERDA vendría a hacer justicia a al ERDA 2007-2017, que no cumplió con los porcentajes adecuados de los objetivos planteados, pero actualmente está en la incertidumbre y se desconoce cómo se podrá reactivar.
De esta forma, sin una ERDA definida, el gobernador regional podría navegar sin un timón en aguas que de por sí serán turbulentas, dado que cualquier cargo nuevo debe pasar por un periodo de adaptación e inconvenientes constantes, lo que implica que habrá desajustes y tormentas que son inevitables.
Quién quede en el cargo de gobernador regional puede tener muchas buenas ideas, magnas intenciones y una gran probidad, pero terminará convirtiéndose en una especie de "bombero" que gestionará emergencias constantes y que, además, no tendrá las herramientas adecuadas para planificar.
Bajo este escenario, bueno es preguntarse por el perfil de la autoridad al menos al comienzo. ¿Es necesaria una persona que conozca el aparataje público y sea capaz de articular el mundo privado y la academia? Al menos María Paz Troncoso, subsecretaria de Desarrollo Regional dice que esos deben ser los atributos de quien asuma en cada zona y eso hace más sentido en una etapa inicial, donde la figura no puede generar más desorden del que habrá.
Como sea, el futuro gobernador debe ser capaz de no perder el rumbo entre tanto inconveniente y deberá someterse a los tropiezos y ajustes constantes que vayan surgiendo.
En tanto, el electorado debe informarse de cada uno de los rostros y propuestas para decidir en conciencia, porque de lo que haga la autoridad dependerá cómo la región navegará en aguas turbulentas.