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Salud
Además, Pastén mencionó que Australia cuenta con un sistema de salud pública universal, el cual ofrece una cobertura básica automática para todos los residentes del país y que en Nueva Zelanda tienen una cobertura de salud, también pública, similar a lo anterior, pero que está bajo una fórmula distinta. "En ambos países las personas compran seguros de salud complementarios de acuerdo con sus necesidades y posibilidades para tener acceso a mejores tarifas en la salud privada o a prestaciones no cubiertas por el sistema público. En el sistema público de salud también existen las listas de espera para ver a especialistas, tratamientos, cirugías, etcétera".
Trabajo y derechos
En términos de empleo, Pastén explicó que en ambos países solo está fijado un salario mínimo por hora y que los contratos de trabajo son infinitamente más flexibles que en Chile, lo que entrega un gran dinamismo en el mercado laboral.
Por otro lado, en Nueva Zelanda también existe una gran dinámica con respecto a la naturaleza, donde existe un río llamado Whanganui, venerado por el pueblo Maorí de tal país, cuenta con los mismos derechos que una persona normal, pasando a ser "persona jurídica", lo que permite a los miembros de esta tribu representar al río ante cualquier procedimiento legal.
Pensiones
Así también, Paola Pastén abordó el sistema de pensiones de estos lugares, donde Australia cuenta con un sistema individual similar al de Chile, pero con mayor flexibilidad, donde las personas pueden depositar fondos en empresas administradoras, parecidas a las AFP, pero con la diferencia que es posible realizar un retiro de fondos (10 mil dólares máximos por año) en caso de crisis financiera. "Sin embargo, es necesario indicar que, si la persona eventualmente queda sin fondos de pensiones, el Estado garantiza una pensión mínima a través del servicio de ayuda social".
Al contrario, en Nueva Zelanda es el Estado el que otorga una pensión a las personas automáticamente al momento de jubilar, el cual se financia con impuestos generales y no con el ahorro individual.
Copiapinos
Gabriel Kokaly y Francisca Droguett, son una pareja de jóvenes copiapinos que decidieron hace más de un año emprender viaje hacia Nueva Zelanda con la opción de "Working Holiday Visa".
"Sinceramente nos vinimos porque surgir en Chile es bastante difícil, nosotros trabajábamos en un casino, teníamos un sueldo decente, pero en realidad la plata no alcanzaba (...) acá con cualquier trabajo igual puedes tener una situación buena", explicó Gabriel, quien trabaja como barman en un bar irlandés en la ciudad de Auckland.
"Cuando nosotros nos vinimos para acá fue porque queríamos un cambio, la verdad es que estábamos aburridos de siempre lo mismo en Chile, del sueldo básico, que no te alcance la plata para fin de mes, entonces nosotros dijimos cuando nos vinimos que queríamos vivir bien y acá en este país pudimos hacerlo", mencionó Francisca, quien además cuenta que trabaja en un café de la ciudad.
Además, la pareja mencionó que ganan el sueldo mínimo, el cual alcanza para vivir en Nueva Zelanda, también cuentan que los trabajos son muy respetados. "En el trabajo en el que estés aquí te van a respetar siempre, sea limpiando la calle, barriendo o lo que sea, te van a respetar, nunca te van a discriminar por tu trabajo".
Gabriel por su parte, comentó sobre Chile y sus potencialidades para llegar al primer mundo, "Chile es un país que tiene todos los recursos para ser una potencia, tiene en la entrada de dinero los recursos minerales (...) sinceramente Chile tiene todo para ser parte del primer mundo, el problema es que las cosas están mal repartidas, aquí por ejemplo se pagan muchos impuestos, pero esos impuestos se ven en la calle, como en las señales del tráfico que están reguladas, no hay baches en la calle y si hay un problema en las vías del tránsito se arreglan inmediatamente, sinceramente se ve el empeño del impuesto aplicado en las leyes sociales".
Los jóvenes señalaron que una gran diferencia que encontraron entre Copiapó y ese país fue el acoso callejero. "Yo estaba en Copiapó caminando y no faltaba el caballero que te silbaba o te gritaba, acá tú vas a la calle, te vistes como tú quieras y no te dicen nada. Puedes ir a cualquier parte, con escote, falda o lo que sea y nadie en la calle te va a estar gritando cosas", finalizó Francisca.