Secciones

  • Portada
  • Actualidad general
  • Actualidad general
  • Opinión
  • Deportes
  • Clasificados
  • Servicios
  • Espectáculos
ENTREVISTA. José Antonio Garcés, director de Embotelladora Andina y fundador de Un Nuevo Equilibrio:

"Hay grupos de empresarios que se atrincheran y están mirando este proceso desde la galería"

La invitación del naciente grupo de empresarios y emprendedores es a crear puentes y participar del proceso constituyente.
E-mail Compartir

"Comprometidos con el diálogo, involucrados en lo público, activos en las soluciones y visionarios en los desafíos del país". Así definieron 19 directores y fundadores de empresas la plataforma que lanzaron para "contribuir a la cultura del diálogo, propiciando la legítima vinculación de la empresa con la evolución institucional del país" y que tiene por nombre Un Nuevo Equilibrio, UNE.

La iniciativa, que fue presentada a fines de octubre, cuando el país definía un nuevo itinerario constitucional, aglutina a nombres como los Bernardo Larraín Matte, Juan Sutil, Nicolás Luksic y Rosario Navarro, entre otros empresarios y empresarias que buscan tener un rol activo en tres dimensiones: País, Reactivación y Sostenibilidad.

José Antonio Garcés, director de Embotelladora Andina, es uno de los fundadores y quien advierte que "lo maravilloso del lenguaje es que se convirtió en UNE".

-¿Qué es "Un Nuevo Equilibrio"?

-Parte de un hecho de juntarse este grupo de personas que tiene una inquietud de efectivamente tener la conciencia de que hay que buscar un nuevo equilibrio y generar de alguna forma puentes para poder discutir sobre distintas cosas que nos permitan ver cómo vamos a trabajar hacia adelante, en forma muy optimista, muy positiva y muy realista al mismo tiempo; y con la idea de generar propuestas. Para nosotros es muy importante el tema del tono. Cuando tú vas a discutir, hay formas de discutir, hemos sido testigos de que la discusión que se está llevando hoy a nivel político y en otras áreas tiene un tono donde no se escucha, donde lo único que quieren es convencerte de algo. Es bueno intentar convencer, pero también es bueno dejar que te convenzan a ti también. Esto se lanzó el 26 de octubre, un día después del plebiscito, que fue un hito muy relevante, porque nos estamos enfrentando a una nueva Constitución, a una discusión sobre cómo queremos ir armando las cosas en la cual queremos tomar un rol activo, estar presentes, no pasivos; y activos no implica decir que vamos a mandar un constituyente a sentarse a la mesa, sino a estar presentes en la discusión. Queremos ser actores en este tema. Nosotros podemos influir mucho en las políticas públicas, tenemos experiencia.

-Al hablar de nuevo equilibrio, ¿se está reconociendo implícitamente que hay un desequilibrio?

-Más que desequilibrio, hay una situación bien particular, que las cosas han ido cambiando bastante, todo ha ido evolucionando. Hoy hay mucha más información, tenemos un tema bastante fuerte a contar del 18 de octubre. A lo mejor veníamos de una posición en que las empresas crecían mucho y esto hizo de alguna forma que se generara un velo que nos tapaba algunos problemas sociales importantes. Todos tenemos grados de responsabilidad en este tema, las empresas y las organizaciones políticas, y nos enfrentamos a esta ansia de cambio. Entonces, más que desequilibrio, hubo un desajuste.

-Una de las demandas del estallido social era el desequilibrio entre el ciudadano común y las elites económicas y políticas.

-Eso es efectivo, hay un ansia también de ser escuchados, de que te tomen en cuenta ante una decisión. El diagnóstico estaba más que claro, muy hablado. Las cosas son dinámicas y vivimos en período de auge que tapó muchas cosas. Hubo una crisis institucional de todos lados, de Fuerzas Armadas, de Carabineros, de la iglesia, de los políticos, empresarios; entonces al final se juntó todo esto y explotó una cosa a la que mucha gente no le estaba tomando el peso. Eso generó un cambio importante en la visión de las cosas. Nos obligó a las compañías grandes a mirar cómo estábamos haciendo las cosas, quiénes son las personas que trabajan con nosotros, en qué están, y un poco también ver cómo estábamos con respecto a la comunidad, con nuestros vecinos. En muchas cosas que tal vez teníamos la solución y estábamos trabajando en ellas, pero no eran prioridad o no eran tema. Te lo hablo porque a nivel de los directorios de las compañías hoy, después del 18 de octubre, han ido cambiando su agenda.

-¿En qué sentido?

-Es bien impresionante. Ahora se dedica mucho más tiempo a las personas, a ver cómo estamos funcionando en nuestro barrio, cuánta gente tengo hoy que está contratada y que vive cerca de la planta, que no requiere grandes traslados. Después vino el tema de la pandemia, que le puso la guinda a la torta y que nos obligó a trabajar de una forma distinta, pero nos acercó mucho más, porque se generó una mayor facilidad el contacto con las videollamadas. Esto también se dio en las compañías, los directorios se acercaron a la administración, la administración se acercó más a los trabajadores. Se sacaron cosas buenas de eso y todo esto lo metemos en este nuevo equilibrio. Esta discusión es lo que tenemos entre nosotros. Estamos atacando el tema país, en el sentido de que hay un cambio importante para adelante con la nueva Constitución.

-¿Se podría pensar que hacen esto más para defender sus intereses que para hacer cambios?

-Uno podría pensarlo, pero no es un interés particular lo que nos motiva, sino un interés común. Nosotros queremos seguir haciendo empresas, porque tenemos una vocación empresarial; somos empresarios, emprendedores, nos gusta el riesgo, estamos acostumbrados a la incertidumbre, pero queremos seguir trabajando.

-Hace poco salió un estudio entre directores de empresas y quedó en evidencia una gran desconexión entre la ciudadanía y la elite. ¿Está de acuerdo?

-Puede ser que hubiera una desconexión, pero no en todos los casos. Lo importante es cómo vamos cambiando las agendas para adelante y también saber si al trabajador le interesa tener relación con el directorio. Hemos hecho ese tipo de trabajo, hemos armado grupos en distintos gremios en que hemos tenido conversaciones con dirigentes sindicales escuchándonos mutuamente y conociéndonos y generando espacios de confianza. Sacándonos los prejuicios, nos damos cuenta de que vamos todos al mismo lugar. Pero antes no se generaban esos espacios de diálogo, porque estábamos preocupados de otras cosas.

-¿Quién puede participar?

-Todos los que sean empresarios o emprendedores, independientemente del tamaño que tengan. Queremos que todos participen. Serán bienvenidos para hacer crecer esta plataforma que al final del día es un puente. Hay gremios que trabajan muy bien, que están muy bien organizados, como la Sofofa, la Asech, la CPC, que tienen su estructura. Esto es de alguna forma un punto de encuentro de todos y hay mucha gente que está con ganas de dar ideas. Acá también puede entrar gente de la academia, de centros de estudios.

-¿Cuál puede ser su aporte en el proceso constituyente?

-Queremos aportar en el proceso constituyente con ideas. Aportar para el tema de las políticas públicas. Por ejemplo, discutíamos el otro día en una reunión con empresarios de regiones la importancia que tiene su participación para determinar políticas que efectivamente impliquen a las regiones y que no sea una cosa central en que participa la gente que menos entiende. Ese es el tipo de cosas nos referimos cuando decimos "País", que nosotros tenemos que tomar una posición activa en decisiones tan importantes como son las políticas públicas y también de alguna forma preocuparnos de lo que se discute.

-¿Qué tan representativo del empresariado es este grupo de UNE?

-En todo grupo hay gente que piensa distinto. No todos podemos pensar igual. Hay empresarios grandes que son bastante más negativos que nosotros; me dicen que soy optimista, pero les digo que también realista. Hay grupos de empresarios que se atrincheran de alguna forma y están mirando este proceso desde la galería. Nosotros queremos motivarlos a que no lo vean desde la galería, sino que en la cancha, que entremos a jugar.

-¿Debe la gente confiar en el empresariado?

-Sí, hay que confiar. Siempre insisto en lo mismo. Muchas veces se generalizan cosas particulares. Hay muchos empresarios que han hecho muy bien las cosas, que tienen muy bien a sus trabajadores y hay que imitar las cosas buenas y compartirlas. Pero no le puedes pedir a una empresa chica que les dé los mismos beneficios a sus trabajadores que los que les da una grande, porque dejarían de existir.

"Hemos sido testigos de que la discusión que se está llevando hoy a nivel político y en otras áreas tiene un tono donde no se escucha, donde lo único que quieren es convencerte de algo".