Profesores
Señor director: En representación del Consejo Regional de Atacama, envío un afectuoso saludo a los profesores y profesoras en su día a nombre de los 14 cores.
Deseamos saludar a cada uno de las y los docentes que laboran en nuestra querida región de Atacama y reconocen, en cada uno de ustedes su compromiso, vocación y cumplimiento en la formación de generaciones de estudiantes que, en tiempos de pandemia, han tenido que reinventarse, reaprender para entregar sus procesos educativos a través de la pantalla y modalidades diversas en tecnologías, respondiendo a la necesidad tan presente de la educación en cada uno de los hogares. Los saludo por esta entrega, en el crecimiento, orientación y aprendizaje que, día a día, entregan a los estudiantes y futuros profesionales y autoridades para Atacama en el desarrollo diario de tan hermosa tarea que es el proceso, enseñanza y aprendizaje, reciban ustedes un abrazo y admiración del Consejo Regional y, muy especialmente, de esta profesora que hoy preside el Consejo.
Ruth Vega Donoso, presidenta del CORE Atacama
¿Seguiremos "retirando" a la sabiduría y la experiencia?
Sin duda, como sociedad chilena hemos tenido que atravesar meses muy particulares desde finales del año pasado hasta la fecha. Más allá de las legítimas diferencias en las miradas, si hay algo que ha sido un denominador común en cada persona es la capacidad de adaptación, aprender a lidiar con la incertidumbre y aumentar los tiempos de reflexión sobre lo que nos parece importante y aquello que perdió valor en nuestras vidas.
Lamentablemente, durante los períodos de mayor confinamiento, nuestros adultos mayores tuvieron que vivir limitaciones aún más estrictas que las personas de menos edad.
En este aspecto, volvió a pesar mucho el "molesto" paradigma que como sociedad hemos alimentado, que consiste en llamar a "retiro" a las personas que cumplen cierta edad. Este enorme constructo social, que genera grandes pérdidas y daños a la cultura occidental, produce básicamente dos efectos negativos.
Por una parte, disminuye la calidad de vida de las personas de la tercera edad, quienes comienzan a sentir las consecuencias del "edadismo", o sea el sentirse fuera de la sociedad por su rango etario, abandonadas y al margen. Asimismo, tampoco continuamos entregándoles educación y capacitación continua, cuestión que todo ser humano, independiente de sus años, necesita en una lógica de aprendizaje permanente.
El segundo gran perjuicio, igual de grave que el primero, es el hecho de descartar la experiencia, el aprendizaje y la sabiduría humana de millones de personas que estarían encantadas de entregarlos de vuelta a las generaciones venideras, aportando a su crecimiento y evolución.
Ahora, nos encontramos en un proceso histórico de reflexión en camino a un nuevo plebiscito, por lo que frente a este proceso, vale la pena que nos preguntemos si vamos a considerar la voz de la sabiduría y los años o continuaremos en nuestra lógica del retiro y de que lo vivido no sirve.
En nuestra experiencia como Fundación MÁS, podemos decir que existe un inmenso repositorio de sabiduría y conocimiento en las personas de 60 años y más que, puesto al servicio de proyectos, genera gigantescos beneficios y valor.
A raíz de lo anterior, nos parece relevante tomar esta experiencia, ya que sin duda el valor de la tercera edad en Chile podría contribuir a aportar lo que ha sido valioso en la construcción histórica de nuestro querido país.
José Manuel Jaramillo, cofundador de Fundación MÁS
Una nueva sociedad
La pandemia ha golpeado fuertemente a la sociedad chilena, dando un remezón a todos los sectores, acompañado de un llamado de atención fácilmente distinguible: la innovación es el único camino. Lamentablemente, pareciera que el discurso público no ha tomado la más mínima importancia en ello, sino que incluso ha incursionado en los problemas de antaño -a priori- como la solución de lo que hoy nos aqueja.
Este ambiente resulta, por más extraño que parezca -, la normalidad de nuestro país. Desde los personeros políticos hasta los grupos intelectuales de mayor renombre no existe otra alusión al cambio que el recuerdo de "esto ocurrió" o "esto lo viví". La construcción de una sociedad moderna exige revitalizar dichos pensamientos, y en esa línea, tal cual el exministro Velasco dijera: "necesitamos un modelo a la chilena, con fórmulas que no estén escritas en inglés ni en alemán".
El Chile del 2020 es un país con exceso de liderazgos jóvenes y testimonios de innovación capaces de escribir ese modelo y confeccionar las nuevas fórmulas. De lo último no tengo la menor duda, pues en siete meses de trabajo junto a miles de secundarios y universitarios en la agrupación Juntos por Chile he sido testigo de todas sus esperanzas y capacidades. Entonces ¿no será tiempo de que esta nueva generación tome el relevo y continúe este colosal camino?
Es momento de una nueva sociedad en que valoremos profundamente el camino construido por muchos, y a partir de la que sepamos capaces de proyectar nuestro futuro común.
Luis Gallardo, equipo de trabajo Juntos por Chile