Junji destacó la diversidad cultural en la infancia de la Región de Atacama
FORMACIÓN. Jardines infantiles y sus equipos de trabajo relataron cómo trabajan en las diferentes comunas de la zona.
En la conmemoración del "Día de la Diversidad Cultural", la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) presentó la labor educativa que busca instalar la valoración de la diversidad cultural, como un componente permanente de la vida social. Los jardines infantiles Burbujitas (Huasco), Nevadito (Juntas de Valeriano), Juan Pablo II (Copiapó), Arcoíris (El Salado) junto a las ELCI, educadoras en lengua y cultura indígena, son parte del trabajo que presenta esta institución educativa con presencia en toda la Región de Atacama.
María Rodríguez, educadora encargada y Yelda López, educadora de párvulos del Jardín Infantil Arcoíris de la localidad de El Salado en la Provincia de Chañaral, plantean que, desde su proyecto educativo institucional, "la diversidad fortalece el proceso educativo y promueve una educación basada en los derechos de las niñas y niños".
En palabras de su encargada, tanto las niñas y niños que son recibidos en la unidad educativa, deben ser atendidos según su contexto, considerando en su educación las características familiares y sociales.
Por su parte, la profesional Yelda López mencionó que "en las diversas actividades que desarrollamos, participan todas las familias y compartimos las distintas expresiones de su cultura, ya sea la de su identidad indígena o sí son migrantes, comprendiendo el rol de nuestro jardín como garante de la diversidad".
De esta manera, la encargada del jardín Arcoíris define que estas acciones se enmarcan en un curriculum integral, "que engloba todos los elementos que enriquecen nuestra labor y las posibilidades que las niñas y niños tienen en una localidad que debe enfrentar una serie de dificultades para su existencia, situación que no debe restar al desarrollo de niñas y niños".
La diversidad, una conexión al territorio
Por su parte, Sonia Rojas , educadora encargada y Mónica Díaz, educadora de párvulos en el Jardín Infantil Burbujitas en Huasco, relevan una larga trayectoria del establecimiento que ha buscado reconstruir su historia, la que se transforma en una potente plataforma de aprendizaje, dentro y fuera del jardín.
Sonia Rojas planteó que "al llevar 30 años trabajando en Huasco, puedo describir los esfuerzos que el equipo pedagógico ha desarrollado para reconstruir nuestra historia local (...) hemos sido capaces de llegar a nuestros 'patriarcas naturales', las personas de mayor edad en la comunidad, quienes en distintas instancias nos han acompañado en la reconstrucción de nuestra historia local, compartiendo con las niñas y niños, hechos desconocidos y que sólo se accede por la oralidad".
En este sentido, la educadora Mónica Díaz sostuvo que "como equipo hemos realizado adecuaciones al curriculum que permitan la aproximación lúdica de los párvulos a juegos tradicionales, desarrollados históricamente en nuestra comunidad, con insumos característicos, tales como: arena, totoral, aceitunas, entre otros".
La diversidad migrante en la educación inicial
El jardín infantil Juan Pablo II, ubicado en los sectores altos de Copiapó, alcanza un 60% de su matrícula, con párvulos provenientes de familias inmigrantes de países latinoamericanos, en donde destacan: Venezuela, Ecuador, Bolivia, Perú y Colombia. Para su educadora encargada Carla Carvajal, este escenario multicultural es un importante desafío para el equipo pedagógico, "que reconoce a las familias en sus saberes y diversidad".
De esta manera, a través de la estrategia "Cómo sueño mi jardín", las familias se han incorporado de las decisiones pedagógicas, "definiendo importantes proyectos para los distintos niveles de atención que son parte de la comunidad educativa".
La educadora de párvulos comentó que "durante los últimos meses del año 2019, nuestra comunidad participó en un maravilloso proyecto de cantos inclusivos, gracias al aporte de la Agrupación Cultural Cantantes Líricos Atacama. Canto inclusivo para niños".
La grabación y composición es local y las letras están basadas en las historias de vida de las familias, "cuestión muy significativa, puesto que esto ha generado una vinculación muy sentida de todas y todos, con lo que implica la inclusión de las culturas migrantes".
En la localidad rural de Juntas de Valeriano, al interior del valle del Huasco, funciona el jardín étnico "Nevadito", a cargo de Angélica Huanchicay . Este establecimiento desarrolla un importante trabajo de rescate y transmisión del saber indígena para la primera infancia. Desde esta perspectiva, su encargada Angélica Huanchicay, planteó que buscan que su labor implique el rescate de las actividades tradicionales del valle.
Por su parte, Lesly Rojas, agente educativa en el recinto, releva el rescate de la alimentación tradicional. "Nos hemos preocupado de que las niñas y niños vivencien los usos cotidianos de la alimentación diaguita, por medio de cambios en las raciones que da Junaeb, estableciendo una minuta intercultural que acerca a las niñas y niños a tradiciones muy propias de su hogar", dijo.
Este relevante trabajo es fortalecido por las educadoras en lengua y cultura indígena (ELCI), María Franco Campillay y Juana Huanchicay Rodríguez, mujeres diaguita que han abrazado un importante rol en el rescate de la cultura ancestral del valle.
María Franco ELCI del Jardín Sendero de Esperanza en El Tránsito, sostuvo que "soy una mujer diaguita nacida en este valle. Por mucho tiempo, pensamos que nuestra cultura había muerto, incluso nuestra lengua kakan, pero alguien me dijo por ahí, que sólo estaban dormidas. La mayoría de las familias de los jardines JUNJI del valle son diaguitas, por lo que el rescate de lo nuestro es esencial, para poner en valor nuestra cultura y los niños desarrollen su identidad, ya que la familia es portadora de una raíz indígena, necesaria para educar".
Para Luis Campusano, director de Junji Atacama, este trabajo implica "que los jardines infantiles estén permanentemente vinculados a los territorios y su rol educador, trascienda a las comunidades en donde se encuentran".
Campusano, agregó que, "esta conmemoración es un hito que debe extenderse a todo el año, como sociedad tenemos un compromiso con la diversidad y debemos tender puentes para el encuentro de todas y todos, en una sociedad abierta, que establezca relaciones de respeto por todos los grupos que forman parte la región y Chile, compromiso que seguiremos renovando a través del trabajo pedagógico de nuestros jardines infantiles" finalizó la autoridad regional.
Educar en diversidad, un derecho para la niñez
saberes diaguitas que renacen en el valle