¿Somos ó no somos buenos electores?
Cuando estamos a corto tiempo de tener muchas elecciones, con un padrón de 14,7 millones de electores habilitados para votar, es de vital importancia analizar cuán más ó cuán menos, están preparados para asumir la crucial labor de elegir a las futuras autoridades.
En general el perfil del elector nacional, dice que vota por los candidatos que pertenecen a su pensamiento político, a tabla rasa, sin cuestionar nada, sus respaldos profesionales, experiencias laborales, antecedentes personales y generales, etcétera, es decir no muestra mayor interés en saber si su candidato, por el cual va a votar, está en condiciones de ejercer el cargo para el cual postula, en la forma y en el fondo, en otras palabras, no analiza que hay detrás de la foto llena de sonrisas y rodeada de promesas de su elegido, en este caso, estamos en presencia de una "cita a ciegas", entre el elector y el candidato, y solo el tiempo le dirá, si su opción fue la indicada ó definitivamente fue un voto al agua...
Sería muy oportuno conocer el motivo, aunque para muchos la respuesta sería obvia, del poco interés de la Familia Política & Asociados en preparar mejor a los electores, porque sería lamentable, que la clase política prefiriera mantener a los electores en un estado de sopor constante en estas materias, para que no terminen cuestionando con conocimiento y causa, a los candidatos que ellos les colocan en el voto...
Por último, no existen motivos fundados, para decir que el hecho de preparar mejor al elector, para que pueda "escanear" a sus candidatos antes de ser votados, sea no democrático, pues son dos cosas muy diferentes, una es querer ser diputado, senador, alcalde, gobernador y la otra es tener, diciendo en buen chileno, "los dedos para el piano", a no confundir, la democracia, no está para amparar ineptitud, está para cosas más importantes.
Raya para la suma, lo mejor que le puede pasar a Chile hoy, es tener electores mejor preparados para analizar a sus candidatos, antes de votarlos, porque cuando nos quejamos de los políticos, digamos que la culpa no es del elegido, sino que de quienes los eligen...
Luis Soler
Higiene bucal: Enjuague o seda dental
Muchas personas se preguntan cuál será la mejor manera de llevar a cabo una adecuada rutina de higiene oral. La publicidad que se difunde en los medios de comunicación confunde al mostrar diversos productos con características diferentes, por lo que surgen muchas dudas: ¿Qué pasta dental es la mejor? ¿Debo utilizar enjuague bucal? ¿Es realmente necesario utilizar seda dental? ¿Podré reemplazar el uso de seda por enjuague bucal?
La respuesta es que la seda dental es un elemento de higiene dental imprescindible, incluso más importante que el uso de pasta dental. Se ha demostrado que la mejor manera de controlar el biofilm o placa dental es desorganizándolo, evitando así que las bacterias vivan y se reproduzcan sobre nuestros dientes. La forma de lograr esto es a través de un barrido mecánico. ¿Qué quiere decir eso? A través del cepillado y el uso de seda dental.
La mayoría de las lesiones cariosas se presentan entre los dientes, zonas donde las cerdas de los cepillos no pueden ingresar. Es aquí donde la seda dental juega un rol fundamental. A través del barrido mecánico que hacemos al utilizarla, evitamos la acumulación de bacterias y alimentos y disminuimos la probabilidad de padecer caries. Si bien los enjuagues eliminan de una manera química algunas bacterias orales, no son tan eficaces en la desorganización de la placa bacteriana como la seda dental. Sin embargo, esto no quiere decir que los enjuagues bucales no sirvan, ya que efectivamente disminuyen la probabilidad de padecer caries o enfermedades en las encías y muchas veces los dentistas los indicamos en tratamientos específicos odontológicos.
Mi recomendación es utilizar seda dental previo al cepillado y luego limpiar los dientes con un cepillo de cerdas suaves y rectas, barriendo desde la encía hacia la cara oclusal, ocho veces por cada diente. Repetir este procedimiento tres veces al día o, mejor aún, después de cada comida. Si desea, puede utilizar luego un enjuague bucal, pero lo importante es no olvidar los primeros dos pasos de esta rutina de higiene dental.
Por último, en relación a la pasta dental, sugiero utilizarla de acuerdo a las necesidades de cada uno. Por ejemplo, si sufre de caries recurrentes, prefiera dentríficos con alto contenido de flúor. En cambio, si se padece de sensibilidad dentaria, es preferible las pastas que se definen hechas para ese propósito.
Catalina Ogalde