Muerte de persona en situación de calle
El coronavirus se llevó a un hombre de 48 años en Copiapó al poco tiempo del Día de la Solidaridad. La pandemia puede ser un riesgo para la salud, pero también es un peligro en no hacernos reaccionar como corresponde. Es urgente, sano y sensato el reflexionar si realmente como sociedad estamos bien direccionados en la lucha por una completa justicia social, frase tan manoseada en el último tiempo.
Cinco personas en menos de 48 horas fallecieron de covid-19, siendo una de ellas una que estaba en situación de calle. Su deceso ocurre a poco tiempo del Día de la Solidaridad en Chile, instaurada en honor al Padre Alberto Hurtado, y que nos recordó si en el país realmente impera la solidaridad o es un asunto circunstancial. Cruda es la muerte, pero más cruda es cuando está rodeada de la extrema pobreza, el frío y condiciones indeseables para cualquiera en una sociedad que se dice desarrollada, pero que no lo es porque le falta más humanidad.
Pero quizás es más penosa cuando pareciera que el fallecimiento de esta persona en situación de calle simplemente pasa a engrosar los registros, sin que en general en Copiapó hubiese una reacción en cadena para pedir por él y los otros que están en las mismas condiciones, para hacer emplazamientos o reclamando afuera de la intendencia, el municipio o donde sea.
Fue uno de los más jóvenes en morir de coronavirus en la región y tenía aquel terrible vicio como el alcohol. ¿Hubo un último adiós como corresponde?
Esta pandemia es un riesgo para la salud, pero también es un peligro para socavar nuestra capacidad de sorpresa y que no reaccionemos como le corresponde a una nación que se dice solidaria.
Alberto Hurtado (u otro religioso de otra década por si la imagen de él no le gusta) ante la muerte de una persona en situación de calle quizás habría hecho un llamado fuerte a cuidar a quienes diariamente están expuestos al frío, al hambre, a las adicciones y a un virus que es letal. Quizás habría estado pidiendo explicaciones o estaría emplazando a las personas o la sociedad.
La muerte de una persona en situación de calle debe hacernos reaccionar en cadena. Si no lo hacemos, nos debe hacer reflexionar de forma urgente si realmente como sociedad estamos bien direccionados en la lucha por una completa justicia social, frase tan manoseada en el último tiempo.
Si nos remitimos a los hechos expuestos, quedan muchas dudas si efectivamente estamos abarcando todo el concepto y a todos.